Mera y el Poder del Atrapasueños

Volver a Ser una Chica Normal

Después de haber escuchado todos los detalles de la fiesta que nuestros compañeros de facultad organizaron, según ellos para aumentar los ánimos de todos los de la clase. Fue algo en lo que tenían razón. Pasamos a hablar sobre cómo prepararon todo, seguidas de las descripciones de la cantidad de chicos que al criterio de Anetta y Remina merecían que ellas les dieran algún medio de contacto, yo solo reía cuando las dos no se ponían de acuerdo sobre si uno era más atractivo que el anterior. Perdí la cuenta de cuántos fueron pero se veían alegres de haber ido a esa fiesta, unos minutos más tarde saltó a la conversación la historia de mi amiga Mina sobre cómo conoció a un tal Deimos, un chico de unos 25 años, cabello castaño y de ojos hazel que no dejaban de mirarla desde que llegó al lugar, se veía muy animada al contar cómo le fue hablando con él que hasta intercambiaron redes sociales.

Habían momentos de la conversación en que trataba de mantener un aire de tranquilidad, y de atención a lo que ellas decían pero por cortos lapsos de tiempo recordaba lo ocurrido hace unas horas. Regresaban a mi mente las imágenes del Nóctofago, el combate con esa bestia y la mirada de Zeylan; volvían y se iban como olas en el mar, no esperaba que mis compañeras de habitación llegarán a creerme una historia tan extraordinaria, que había sucedido unas horas antes en este mismo lugar. Por mucho que les mostrara los símbolos en mis manos no me creerían tal historia, di un suspiro de resignación y traté de escuchar lo que decían las chicas.

—¿Saben que amigas? —Comentó animada Anetta después de ponerse el pijama de flores que le regaló su mamá en la navidad pasada, y por el cual le jugamos muchas bromas sobre lo kitsch que era —. Deberíamos salir este fin de semana en una noche de amigas —, concluyó la menor de las primas Maverak.

Remina dejó de cepillarse el cabello por un momento, pareció considerarlo en primera instancia luego asintió para darle su aprobación a su prima Anetta.

—Bueno, si la señorita ¡No estoy de ánimos hoy! ¡Este periodo me está matando! ¿Quiere ir también? —dijo sentada al borde de su cama tratando de imitar mi voz a la vez que hacía gestos graciosos con su rostro.

Le lancé una almohada cuando termino de hacer su broma, todas nos reímos enseguida hasta que ambas me miraron curiosas como esperando una respuesta de mi parte, al notar que me sentía observada dejé de leer una novela en mi móvil, para fijar mi mirada en mis amigas.

—Está bien, salgamos este fin de semana pero nada de citas sorpresas ¿Vale? —Dije mirando a Anetta de reojo.

—Okey, ya entendí pero David parecía la pareja perfecta para ti Mera —me respondió con una risilla.

—No creo que a Mera le haya gustado recibir una guía completa de como jugar Monster Smasher para pc y no olvidemos el spoiler de la serie que te estabas viendo en aquel entonces, eso fue decisivo para salir huyendo de ahí ¿No? —me recordó Remina.

Esa noche después de volver de aquella cita, mis amigas se rieron un buen rato cuando les conté lo mala que fue y las muchas veces que dije que no volvería a salir con ese chico, juré no pasar nunca por el edificio de su facultad y evitarlo a como diera lugar en los pasillos.

—Decirme qué Zincarla mató a Reilus en el capítulo diez de Outlanders ¡Eso fue imperdonable! —dije con cierto tono de enojo.

—Tómalo con calma, este fin de semana podrás deshacerte de ese enojo —. Me contestó Remina al acomodarse en su cama.

—Es mejor empezar a dormir ya, mañana son las clases con el profesor Galván y ya saben cómo se pone cuando ve que alguien cabecea en su clase. —Nos sugirió Anetta recogiendo las sábanas de su cama.

—Tienes razón, la última vez que alguien se durmió en clase tuvimos que escribir el doble de hojas en los ensayos —les dije a ambas.

—¡Si!.. —respondieron con un tono de temor.

Coloqué el celular en la mesita de noche al lado de mi cama y encendí la alarma del reloj despertador para levantarnos una hora antes de la que estábamos acostumbradas.

—¡Buenas noches chicas! —les dije al cerrar los ojos y acomodarme en mi almohada.

—¡Buenas noches Mera! —respondieron al unísono.

La noche terminó de pasar sin ninguna novedad, y pude decir que desde hace meses volvía a dormir tranquilamente desde que regresaron esas pesadillas, no volví a tener ninguna pero por unos instantes mi mente recordaba el momento en que Zeylan se descubre el rostro y la mirada de sus ojos azules, medité un tiempo si lo volvería a ver pero las últimas palabras "...Por tu bien es mejor que olvides todo esto..." se volvieron a repetir dejando en claro que debía ponerme al margen de lo que estaba pasando, al volver a la realidad ya me encontraba rumbo a la universidad en el spark que conducía Remina, pasaron como 30 minutos hasta llegar al aparcamiento del campus y vimos que un tumulto de gente se había formado al instante en que nos bajamos, fue cuando llegó otro automóvil que nunca habíamos visto antes, se veía como un deportivo de esos que conducían los chicos adinerados de las películas que a Anetta solía ver los fines de semana en alguna pagina de streaming.

—Wow ¿Cuándo la Metropolitan se volvió una universidad privada? — exclamó Remina en un tono sarcástico al ver el caro automóvil.

—Quien sabe. —respondió Anetta encogiéndose de hombros.

En ese momento mi corazón dio un vuelco, de todas las posibilidades esta era la más remota. Zeylan Levi, el chico que conocí en ese improbable acontecimiento, salía del auto vistiendo ropas muy diferentes a las que tenia puestas la noche anterior, diría que eran más bien normales, llevando un morral a cuestas, y nos dimos cuenta rápidamente que estaba acompañado. Las otras puertas del vehículo se abrieron. Un chico rubio salió del puesto del copiloto que al igual que él sacaba sus cosas mientras cerraba la puerta. Las ultimas en salir fueron un par de chicas de mi misma edad, una de ellas tenía el cabello castaño largo y ondulado, seguida de otra que parecía ser una pelirroja natural, daba la impresión de ser una wicca por como estaba vestida. Ninguno de ellos parecía del tipo de gente que acostumbrara a estudiar en una universidad pública, la pelirroja se abrazó con una sonrisa al brazo del chico rubio dejando en claro que era su pareja.




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