Mera y el Poder del Atrapasueños

Lo Que se Esconde en la Oscuridad Parte. 1

Se hicieron las 7:00 de la noche, las chicas y yo comenzamos a arreglarnos para salir, cada una en bata de baño y sentada en su respectiva cama en debate sobre que debía usar cada una para salir hoy, por fortuna se había decidido cuál era el lugar destinado para bailar, Deimos el chico que días atrás conoció Remina, le recomendó el Club Nocturna en la parte histórica de la ciudad, parece que el dueño de ese lugar tuvo que valerse de muchos baches legales para abrir ese club y no toparse con las leyes de protección de patrimonio histórico, lo que me parecía inusual pero estábamos en Belencia donde descubrí que lo impensable podía pasar. Mina se levantó de su cama y se acercó a su guardarropa y lo vio de arriba abajo y de izquierda a derecha.

—¡Ya sé que puedo usar! —expreso muy animada Remina al sacar las prendas del armario.

—Yo tengo algo en mente —comento Anetta, mientras empezaba a buscar en la cantidad de prendas que tenía en el suyo.

— Vi algo que puedo usar hoy —dije al sacar las prendas del guardarropa.

Remina fue la primera en mostrarnos de su armario una blusa blanca con escote junto a una chaqueta corta de color rojo y una falda corta de color oscuro con vuelo, se veía muy alegre con su elección para esta noche, yo por otra parte me decidí por un traje corto azulino y Anetta escogió un par de leggings negros y un top con vuelo de igual color.

—¡Bien! Solucionado el asunto de la ropa, ya podemos empezar a vestirnos para al fin poder salir amigas. —les comente a mis amigad al colocar en orden sobre la cama las prendas que iba a usar.

—Mera, ¿me ayudarías con el maquillaje? —me pregunto Anetta.

—Claro cuenta conmigo —le respondí sonriente —además contamos con la donación de un kit de maquillaje al grupo por una benefactora anónima —mire sin disimulo a Remina.

—¡Oye! —farfulló Mina para después reír con nosotras —pues de cierta manera lo compre para que las tres lo usáramos —comento mientras se acomodaba la falda después de cerrar el broche a su costado.

Cada una fue colocándose la ropa que escogió, luego nos turnamos para peinarnos el cabello y maquillarnos, cuando estaba maquillando a Anetta frente al enorme tocador de madera cerca a la cama de Remina se escuchó de improvisto el canto de un cuervo que nos dio un gran susto, el animalucho estaba detrás de la ventana y parecía no querer irse.

— ¡Craac, craac, craac! —cantaba el molesto cuervo.

—¡Chuu! ¡Fuera de aquí pajarraco molesto! —le grito Remina golpeando con la punta de los dedos el cristal de la ventana.

El ave se marchó enseguida como si hubiese entendido las palabras de mi amiga y las tres tratamos de volver a elevar de nuevo nuestros ánimos, termine de ponerle maquillaje a Anetta y recogimos nuestros bolsos del perchero donde siempre los colocábamos, recogiendo lo que íbamos a necesitar esta noche para luego salir del apartamento, Remina tomo las llaves de su spark que estaban tiradas en la mesa de la sala de estar, justo antes de salir por la puerta principal mi móvil empezó a sonar era una llamada de mi madre, Mina cerró la puerta después que pase, saque el teléfono y conteste la llamada.

— ¡Hola mamá!, estoy bien y ¿cómo están Kevin, papá y tú? —le pregunte animada.

—Estamos bien hija, tu hermano está muy aplicado este año, ha sacado muchas buenas notas en el trimestre pasado y tu papá ha conseguido grandes avances en nuestra empresa de ventas. —Me respondió —¿Y cómo vas en la universidad mi pequeña?

—Si vieras ma' estos tres meses en la facultad han sido agradables, los profesores son amables y mis compañeros también lo son. —les respondí contenta.

—Es bueno que te sientas a gusto con el cambio de ambiente, pero si así van las cosas ya podemos dejar de preocuparnos Mirena, Marissa y yo cada vez que nos reunimos a tomar el té y hablar sobre cómo les va en sus estudios —exclamo animada.

Me sorprendió saber que la mamá de Remina aún se acordara de la amistad que tenían su hermana Marissa y ella con mi madre, desde su divorcio con el papá de mi amiga, ella dejo de ser la mujer sonriente lo que heredo a su hija para ser una empresaria fría y distante, a veces Mina se quedaba en casa de alguna de la dos, porque ella decidía quedarse más días de lo acordado en sus viajes de negocios.

—Las chicas también te mandan saludos mamá —le dije mientras nos dirigíamos al ascensor.

—¡Hola tía Damaris! —dijeron a la vez.

—¡Te queremos tía! —expreso Netta en un tono tierno.

Anetta acciono el botón de la planta baja y Remina se cruzó de brazos a esperar a que bajara junto con ella mientras se hacían bromas.

—Me imagino que tendrán planes para hoy ¿Cierto hija? —me dijo en un tono curioso.

—Pensamos en salir a divertirnos un poco las tres por la ciudad. —respondí animada.

Mientras descendía el ascensor mis amigas conversaban sobre el programa de tv que vemos en las noches y que muchas veces nos hacía discutir sobre cual tema era el mejor de la semana.

—Me parece bien que hagan esos planes de fin de semana, cuando Mirena, Marissa y yo teníamos su edad, se nos ocurría salir a bailar una vez entre fines de semana —escuche a papá llamarla. —Bueno hoy tengo planeado ir a comer con tu papá ya vamos a salir, mañana me cuentas que tal estuvo su noche de chicas, se cuidan hija y les mando un beso.

—Está bien mamá, tú también me cuentas que tal estuvo esa cena con papá, te quiero.

—Yo también te quiero mi pequeña—.

Colgue la llamada sonriendo y la puerta del ascensor se abría hacia la planta baja donde estaba el estacionamiento del edificio, mina acciono el botón del control de alarma del automóvil en sus llaves para desactivarla, nos acercamos al spark y cada una de nosotras abrió una de sus puertas, Anetta se sentó en el asiento del copiloto, Remina el del conductor y yo el del pasajero, después de habernos instalado en nuestros puestos, Mina puso a andar el motor y Netta presiono el botón para abrir la verja corrediza de la salida del parqueadero.




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