Martín cruzó la grieta. La cabeza le dolía, y sus brazos pasaron de sentir la presión de los músculos a sentirlos pesados e inmovilizados, además de un molesto cosquilleo. Caminó, la respiración había calmado. Las piernas le temblaban y tenia que apoyarse con la espalda contra la pared. Levantó la mirada hacia el techo, contemplando el opaco color blanco, la niebla había aumentado, y pequeñas motas brillantes podía ver en el ambiente
Se impulsó y siguió caminando, la sangre oscura comenzó a secarse en su piel y su ropa. Cerró los ojos, respiró hondo y al expulsar el aire comprimido vio como se mezclaba con aquella sustancia extraña. Dejó pasar muchas imágenes de su pasado, los atardeceres que morían, los olores muertos... cuando el dolor aun no se sentía, cuando aun, la verdad de todo estaba oculta.
Su garganta empezó sentirse seca, y lamió sus labios intentando lubricarlos. Pero la falta de saliva impidió que tal acción se realizara. Y al tragar saliva, sintió un leve raspado en su garganta. Se incorporó después de unos minutos y continuó. La pesadez del cuerpo era desesperante, y se percató que su brazo derecho sangraba. Lo supo al sentir un cosquilleó bajando desde su hombro hasta el codo. Se extrañó, ya que en ningún momento sintió algún corte. Siguió caminando, la respiración poco a poco fue tomando su curso normal, cruzó el umbral, agarrado del marco de la puerta, las pisadas de sus zapatos generaban ecos imposibles, de hecho por que no tenían la fuerza suficiente para provocarlos.
Si tan solo el sentido a todo le daría una respuesta contundente a lo que sucedía, si tan solo hubiera sabido que regresar no sería algo tan alegre como llegar a visitar a sus padres,darles un abrazo e irse con el corazón tranquilo reconociendo que están bien y que no necesitan de él... aún. Pero no fue así, saber que su padre era un traidor, un mentiroso... un falso, un hombre que usó la creencia católica para disfrazar su verdadera raíz religiosa, no le hacía para nada bien. Siguió caminando, la vista aveces se ponía borrosa y multiplicaba su imagen visual.
Cuando giró a la izquierda en busca de las escaleras, su cuerpo se detuvo, tembló y se desmayó golpeando el frío suelo con su rostro de costado. La herida de su brazo seguía sangrando y empapó gran parte de la ropa. para luego crear una mancha en el piso.
Su vista quedó mirando hacia la esquina, justo donde el barandal de la escalera se doblaba hacia abajo. Los párpados comenzaron a temblar, y todo lo que veía no era mas que figuras borrosas que se mezclaban con la blancura grisácea de la niebla. Oyó unos pasos subir... y la voz de su padre hablando con alguien....
Cerró los ojos esperando que en verdad aquella voz fuera la de su padre.