— ¿Quién eres? — Preguntó — ¿Cómo conoces a mi hijo?
— Yo fui novia de su hijo — contesté.
— ¿Cómo es que me conoces? — Volvió a preguntar — me fui de casa cuando me enteré que el pentágono me buscaba, ¿cómo me conoces?
El hombre se acercó a mí y me zangoloteo varias veces después de hacer la pregunta. Era difícil contestar en esa situación. Por fortuna, Stefan llegó en mi rescate y apartó a Raphaël de mí.
— Oliver me enseñó una foto de usted, nunca podría olvidar su cara.
Una noche que Oliver y yo peleamos, me enseñó la foto de su padre, me dijo que los había abandonado, y que no sabía nada de él desde entonces. No sabía que era por esto.
Pero...
Si él es su padre biológico... ¿no significa que?
— Oliver ¿también es un híbrido? — alcancé a preguntar después de salir de mis pensamientos y recuerdos.
Alcancé a mirar la cara de Drake, estaba celoso que me interesara en eso, pero tenía que saberlo. Tal vez él también está en peligro. Raphaël asintió. Solté un suspiro, entonces él es mitad, vampiro y mitad hechicero. Genial, un chupasangre encantador.
— Pero el aún no sabe de sus poderes — comentó — por eso me fui, tampoco le comenté a mi exesposa de lo que era, quería que fuese un secreto. Y cuando me enteré que el pentágono me buscaba, no pude hacer más que pedirle el divorcio a Alice y huir de la casa. Y si me alejaba, él tendría una infancia normal.
— Sera peligroso que Oliver nos vea con su padre — comentó mi hermano — tendríamos que vernos con más cuidado. A menos que no quiera ayudar.
— Si quiero ayudar — contestó de inmediato — Drácula no puede volver a la vida.
* * *
—...y eso es todo — dije finalizando la exposición — ¿alguna pregunta? —Nadie alzó la mano y dimos por concluida la exposición.
— Bueno, Rixton, Wilson, han hecho una exposición digna de una nota alta — al escuchar esas palabras me alegraron el día, al fin una buena noticia — Los dos tiene la nota más alta.
Fui a mi lugar y me senté a que la clase pasara, o que algún equipo interesante pasara al frente. Por suerte, después de un equipo tan aburrido que hizo que me durmiera estando despierta y realmente descansara, pasó al frente el equipo de Rayven. Pero antes de que ella o Bryan comenzaran a hablar, alguien externo al salón golpeo la puerta desde afuera, haciendo que todos volteásemos en su dirección. El maestro dijo que continuaran, pero ninguno de los dos hizo caso, solo prestaron atención a la puerta, y cuando se abrió mostró a un chico castaño y de ojos oscuros, con una remera azul, unos jeans de mezclilla y una cara de desgasto.
— Oh no...Steven – dije con una voz casi audible.
— Profesor me permite a Rayven – dijo el chico.
No sé si el maestro se apiado de la cara del chico, no sé si en realidad pensaba que Bryan podía hacer la exposición solo. O solo lo hizo para que el chico no molestara, pero al salir Rayven pude ver la pequeña riña que tenían desde mi lugar.
Rayven
Cerré la puerta casi por completo, para no tocar para que me abrieran cuando quisiese entrar. Encaré al chico que estaba frente a mí, tenía que ser firme, no pediría ningún deseo, no quiero perder a mi mejor amigo. Pero las palabras que usó me rompieron el alma en mil pedazos.
— Me están torturando – dijo en un hilo de voz – sino cumplo un deseo en menos de 24 horas moriré.
—Steven, no – dije tomándolo de los hombros – tienes que ser fuerte, ellos no pueden manejarte como una marioneta.
—Si pueden – contestó contrayéndose por el dolor – el pentágono nos controla a todos los genios. Por favor – imploró – solo un pequeño deseo. Necesito vivir para ver a Harnerstay de nuevo en su apogeo.
Era duro para mí, si comenzaba con uno los demás se irían volando. Me conocía, el poder en mi cabeza hacia mal, pero tenía que controlarme. Ya había aguantado dos meses, puede aguantar otros dos.
Llevé la vista al salón y pude ver los ojos azules de mi amiga, ella asintió. Sabía de lo que hablábamos. Miré a Bryan explicando la maqueta al Frené te del salón. Quería impresionarlo, pero más importante era la vida de Steven. Y ya sabía que deseo iba a pedir.
No podía pedir amor.
No podía pedir dinero.
No podía revivir a los muertos.
Ni podía pedir más deseos.
Así que tenía que ser algo que no dañara a nadie, la mayoría fe los deseos de los genios traen consecuencias malas, o eso leí en un cuento. Pero no me arriesgaré.
—Deseo...– ¿Qué deseo? ¿Un poni? – Deseo...– anda, vamos dilo ya – un cup cake de chispas de chocolate.
Editado: 16.02.2018