Metalord Revolution

CAPITULO 301 CMAA

 

 

[A partir de este capitulo en adelante, todo será narrado y descrito en “TERCERA PERSONA”].

 

Rodeados por incontables criaturas, los Insmoth asesinados son resucitados por el humanoide hablante Anq y cuya magia era capaz de defenderse de las balas de las armas de fuego. Desde la abandonada ciudad una bandada de monstruosidades voladoras con aspecto de protuberancia carnosa se acercaba, eran capaces de disparar un rayo que paralizaba de un solo impacto.

 

Pero lo más alarmante eran los tres gigantes de entre 7 y 8 metros, sus cuerpos eran como los Insmoth, pero su cabeza era de una sanguijuela cuya boca se podían observar cantidades de dientes desproporcionados y babeaba un líquido incoloro. Las criaturas se aproximaban lentamente junto a los seres voladores a su lado.

 

El grupo estaba rodeado, por un lado, estaba Anq y los Insmoth resucitados y del otro las monstruosidades aéreas y los gigantes, en eso una de las cabezas de sanguijuela comienza a inflarse y de su interior produce una abundante baba que la mantiene en la boca. Acto seguido dispara aquella baba como un proyectil que termina cayendo sobre el marinero del navío que había sido alcanzado por un rayo paralizante.

 

Aquel hombre termina dentro de aquella baba incolora que parecía gelatina a la vista, tenia el tamaño suficiente para atrapar a varios individuos en su interior, sus propiedades eran pegajosos con la finalidad de mantener atrapados a sus víctimas, lo más impresionante es que sus prisioneros no se ahogaban en su interior, eran capaces de respirar a pesar de lucir como algo hecho de líquido.

 

La misma boca que disparo aquella baba a manera de proyectil, lanza ahora de su boca una especie de red de telaraña hecha de la misma baba, esta se “ancla” con aquella que impacto y atrapo al marinero. Luego toda esa baba es arrastrada y llevada de vuelta hacia la boca del gigante, quien “devora” todo desde aquel liquido y al marinero en el proceso.

 

—Estas cosas pueden atraparnos a la distancia, estamos expuestos aquí -Dijo Rozuel en voz alta.

 

—¿Alguna sugerencia? -Crok pregunta.

 

—El camino que esa “voz” nos dijo, es la única posibilidad que tenemos -Aleab afirmo.

 

Rozuel y Aleab habían sido comunicados por una enigmática voz que les brindo “instrucciones” de como lidiar contra los Insmoth, aunque todo parecía una posible trampa, dada a la situación, no tenían alguna segunda alternativa.

 

—Si pudiéramos despistar a estas criaturas… -Rozuel dijo.

 

—Creo que puedo ayudar con eso -Aseguro Jhamel —Todos mantengan contacto conmigo, usare mi magia.

 

El Vigidente era un mago con la habilidad especial de invocar densas cortinas de humo del cual era capaz de ver a través de esta, pudiendo compartir aquella misma visión a través del obstáculo con quienes hagan contacto con él. Aquel poder toma tiempo cargar, pero el Vigidente ya estaba preparándose desde hace un rato su magia, solo esperaba el momento de utilizarlo.

 

—¡Aquí vamos! -Avisa Jhamel.

 

Choca las palmas y al separarlas crea esferas de humo en cada una, la cual arroja en el suelo y desata aquellas cortinas humeantes que envuelve a toda el área, todos hicieron contacto con Jhamel para ver a través de este, excepto Tayra, ya que su naturaleza como Sargaria rechaza la magia de todo tipo, se aferro a ellos para seguirles el paso.

 

—Adelante, guíanos cuanto antes.

 

Aquella cortina de humo no duraría para siempre, Rozuel y Aleab indicaron la dirección en la cual debían marchar, señalando hacia una de las casas de aquella ciudad abandonada. Los Insmoth empezaron a disparar chorros de su agua viscosa capaz de derretir todo lo material, como no podían ver al grupo, sus disparos eran en direcciones al azar.

 

Los tres gigantes inflan sus cabezas de sanguijuela y disparan aquellos proyectiles de babas con el fin de atraparles, todos logran llegar hasta las puertas de una de las casas abandonadas, habían conseguido salir del rango de alcance de los monstruos y sus ataques a distancia. La casa en cuestión estaba hecha de duras piedras que pese al demasiado tiempo que llevaba abandonada, mantenían firme la estructura.

 

—Esta allí dentro -Dijo Rozuel con su mano en la manija de la puerta —No abre… ¡la maldita puerta no cede, está fuertemente cerrada!.

 

—Con permiso -Digo Tayra usando su descomunal fuerza de Sargaria para derribarla de una tacleada —Ahora está abierta.

 

Todos se metieron en el interior del edificio justo en el momento exacto en que la magia de Jhamel se disipa, en el interior del hogar estaba rebosante de telarañas y oscuridad, el Vigidente guardaba consigo una antorcha la cual encendió con una piedra mágica de fuego de esencia pura.

 

—Por allí.

 

Dieron con la entrada a un sótano, como la puerta anterior, también se encontraba atorada y bien cerrada, pero la Sargaria reluce una vez más su fuerza semihumana, abriéndola en un instante. Las indicaciones del dúo llevan a que todos se dirijan allí, una vez adentro, con la antorcha iluminan la zona encontrando un sótano estrecho con objetos abandonados deteriorados por el abandono, la suciedad y telarañas.

 

Anq y el resto de los Insmoth llegan hasta la casa por la cual el grupo se metió en su interior, los monstruos le siguen hasta dar con la entrada del sótano abierta y meterse allí abajo también. Su visión en la oscuridad les permitía ver en aquel entorno oscuro, al entrar al sótano, no encontraron a nadie, ni a uno de ellos, solo una antorcha apagada en el suelo.

 

—Esta recién usada -Anq miro detenidamente la antorcha —¿A dónde se marcharon?.

 

No había ni el más mínimo indicio que arrojara una pista de hacia donde habían conseguido escapar, tanto Anq como los suyos estaban perplejos y confusos.



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En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

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