CAPITULO 326 LA FORMACIÓN DE UNA COMPAÑÍA

[25 DÍAS ANTES]

En pleno mediodía, docenas de combatientes voluntarios portaban los fusiles Springfield Modelo 1863, mantenían una formación desordenada con el arma en manos apuntando al suelo, todos miraban hacia aquel que los dirigía y a la vez instruía, Crok, el hombre amazona.

—¡¡¡ATENCIÓN!!!

Todos al unisonó se mueven y aquella formación queda ordenada, sus pies se juntan en una posición determinada en el mismo ángulo, un brazo se mantiene paralelos al torso, con el puño cerrado, mientras que con el derecho sostenían el fusil en el hombro con la boca del arma apuntando hacia el cielo. Todos se mantenían firme de pie, con una postura asertiva y derecha, mirada al frente, barbilla en alto, con pecho fuera, hombros atrás y estómago duro.

Crok entonces da media vuelta y levanta en alto su pierna izquierda y luego trota con una elevación normal de ambas extremidades inferiores, se detiene y emite una orden.

—¡¡¡MARCHA!!!.

Con su fusil cargado en el hombre, todos marchan ordenadamente en la formación compuesto por alrededor de 60 voluntarios, el hombre amazona dirige dicha marcha y caminan en sentido circular.

—¡¡¡ALTO!!! -Cesa su marcha con media vuelta —¡¡¡DESCANSEN!!!.

Todos al unisonó bajan el arma de su hombro y la vuelven a colocar en el suelo con el cañón apuntando hacia abajo, el hombre amazona les aplaude felicitando a todos, notando la mejoría comparada al primer día de práctica.

—¡¡¡RETIRENSE!!!...

Con esa orden todos rompen fila y dejan las armas en una esquina ordenadamente, ¿el propósito?, era para que otro grupo de 60 voluntarios las tomen y realicen la misma práctica.

—Un trabajo esplendido -Rozuel se acercó elogiando a Crok.

—Gracias, la verdad es que improviso en parte, ya que ser instructor no está en mi formación -Dijo con sinceridad el hombre amazona —Dominan la formación casi a la perfección, como también las posturas para disparar, mañana se iniciara el entrenamiento para manejar el Springfield Modelo 1863, apuntar, disparar y recargar, una vez lo dominen, lo combinaremos con las formaciones practicadas para realizarlas en sincronía.

Rozuel le había encomendado otra tarea a Crok que aumentaba la dificultad de su labor como “Instructor”, era que, al enseñarles al manejar el fusil, lo hiciera con la menor cantidad posible de disparos, ya que cada disparo era un gasto al núcleo mágico alimentado por el núcleo Logiano. El propio hombre amazona era consciente de ello, por lo que se enfocaría en enseñarles a disparar correctamente el arma con el menor consumo posible de este, sonaba difícil para alguien que no estaba instruido en la enseñanza, sino a combatir, pero decidido estaba de aceptar aquel reto.

Cuando el resto de los fusiles se hayan terminado de producir, también lo harán a la vez con los primeros cañones de 12 libras.

—Por cierto, ¿has considerado que hacer con “ellos”? -Le pregunta el hombre amazona.

—Si, ya es hora de tomar una decisión.

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Los dos se dirigieron cerca de una de las casas, a su costado unos troncos estaban colocados para ser usado como asiento con una hoguera usada en el medio, allí se encontraban Riha, Allum y Anicia. Los tres mantenían “vigilando” a 20 individuos jóvenes que vestían unos harapos usados, eran 10 humanos, 3 elfos y 7 semihumanos, todos tenían algo en común, eran esclavos.

¿Quiénes eran aquel grupo de 20 esclavos?, todo sucedió un día después de derrotar al batallón de brujas de la capitana Lana Mora, un grupo de exploradores de Rozdraville se les encomendó la orden de buscar un campamento. Era sabido que la capitana Lana y sus brujas habían establecido un campamento para estacionarse en el área con abundantes recursos. El campamento fue encontrado, con los recursos materiales que quedaban en el este y no era lo único, allí mismo dieron con 20 esclavos.

De entre esos esclavos se contaban a 10 humanos, 3 elfos y 7 semihumanos, de entre los elfos se encontraba un elfo de tez blanca y dos elfos oscuros, de los semihumanos había tres Cait o hombres gatos, un demonio Tilq, un Draconiano de escamas verdes, un mestizo de humano Lupian con presencia de pelaje azulado en partes de su cuerpo y un Sargario. Todos y cada uno portaban collares mágicos de esclavitud, la calidad de los artefactos mágicos elaborados en cada uno de ellos era de alto nivel.

Los exploradores se acercaron a ellos, pero los esclavos no reaccionaban, se limitaban únicamente a mirarlos fijamente en silencio absoluto con rostro depresivos, no se movían de su posición salvo para gestos pequeños como rascarse la cabeza o en el caso de los semihumanos de sus orejas. Cuando uno de los exploradores tomo algo del campamento parar verlo detenidamente, los collares de los 20 emiten poder mágico repentinamente brillando con intensidad.

El Sargario siente que su cuerpo se debilitad y se desmaya, pero los 19 restante reaccionan con hostilidad atacando al explorador que agarro aquel objeto del campamento, este al verse abrumado retrocede y al salir del campamento, observa como los collares dejan de emitir magia y los esclavos retornan a la misma posición, totalmente en silencio y mirando a los exploradores.

¿Qué ocurrió aquí?: Las brujas relegaron a los esclavos el deber de proteger el campamento con SUS VIDAS, los collares mágicos se activarán si alguien ajeno al aquelarre Wicau intenta robar o usurpar cosas del campamento. El collar de esclavitud los forzara a volverse hostil contra ladrones u invasores, pero también está “programado” para que puedan defenderse en caso de ser atacados o si intenta ser ellos “robados” por otros esclavistas. En el caso del único Sargario, al ser incompatible con la magia, la reacción que siente al activarse el collar es que su cuerpo se debilite y por la presencia de mana en su organismo, pierda el conocimiento.