CAPITULO 333 EL “ARMA ÚNICA” DE LA YUDAZ

El aquelarre Aevi era un pequeño pueblo escondidos en un bosque, como era común para la inmensa mayoría de grupos de brujas, mantenían sus comunidades ocultas de las amenazas del exterior con la “Protección de Astado”. Vivian sus días en relativa calma y conseguían todos los que necesitaban para subsistir con el comercio.

Gracias a la habilidad desarrollada por la fundadora de su aquelarre, “Nuila Aevi”, creo un hechizo con sus manos con unas fórmulas mágicas que imbuía en una escoba y le daba la capacidad de flotar. Al subirse a esta, la usuaria y el objeto mágico se enlazan, permitiéndole a la bruja elevarse y surcar por el cielo, además de imbuirle en un aura que le brindaba protección limitada contra los vientos fuertes.

Nuila Aevi fue capaz de heredar esta habilidad a su comunidad, a lo que ahora es el “aquelarre Aevi”, es bien sabido que cada aquelarre posee la capacidad de crear habilidades, hechizos, magia o talento únicos que pueden ser “heredados” a otras brujas de su mismo grupo y trascender a generación posteriores, siempre y cuando tengan afinidad a estos.

El aquelarre Wildsword domina el arte del espada combinado con una magia llamada “Gladio Animalis” consistiendo en la transformaban extremidades inferiores o superiores para aumentar sus capacidades físicas. El aquelarre Cognitio poseía un prodigioso talento para la herrería arcana y toda arte de elaboración o creación de objetos de índole mágico. O el aquelarre Walgis con sus conocimientos de la alquimia y la creación de los homúnculos.

Como la “Protección de Astado” que estaba presente en cada comunidad de brujas, estas poseían la capacidad de crear un estilo de magia, conocimiento o talento único capaz de enseñar a su propio grupo y que esta se herede de generación en generación. De esa manera, el “Aquelarre Aevi” transfirió su magia única “Vuelo de Nuila”, a la siguiente descendencia de brujas de su comunidad.

Apoyados con la habilidad “Vuelo de Nuila”, a las brujas del aquelarre se les hacía sencillo buscar y dar con algún asentamiento discretamente, aterrizaban en las cercanías y ocultando su identidad, comerciaban con el poblado o pueblo en cuestión. De esta manera conseguían lo indispensable para subsistir en su grupo, así se mantuvieron por mucho tiempo.

Hasta que una banda de “cazadores de brujas” que estaba un tiempo tras pista de dicho aquelarre, logro interceptarlas montados en bestias aladas, debido a su poca experiencia en combate y que era superados en números como equipamiento de combate por sus enemigos, emprendieron una maniobra de retirada que desarrollaron, porque eran consciente de que eventualmente se encontrarían con dichas amenazas del exterior.

Aunque lograron huir de los “cazadores de brujas” sin ninguna baja, esta banda logro localizar el área boscosa en donde se encontraba el hogar del aquelarre, pronto los cazadores comenzaron a buscar minuciosamente en toda el área, solo era cuestión de tiempo para que terminaran hallando el pueblo de las brujas.

El “Aquelarre Aevi” poseía una habilidad increíble que le permitía volar por los aires, pero tu talento para luchar era penoso, aunque tenían la opción de usar dicha magia para escapar y evitar la confrontación. Eran consciente de que eso implicaba dejar a otros atrás, aquella magia solo podía ser “enseñado” a otra bruja si era “compatible” con esta, y la mitad de su comunidad NO LO ERA.

Debian elegir, la mitad podía salvarse abandonando al resto, ¿pero a donde irían luego de perder su hogar?, ahí estaba otro problema aparte, o tenían la segunda opción, todas juntas podían intentar defender su hogar, siendo conscientes, de que las posibilidades de victoria, eran nulas para ellas.

Entonces algo inesperado ocurrió, explosiones, espadas chocar entre sí y gritos a montón de fondo se oían con claridad en el exterior, los cazadores de brujas estaban luchando contra algo o alguien y estaban PERDIENDO. Entonces todo eco de destrucción, dolor y metal cesaron de repente, y se revela lo ocurrido.

Mujeres guerreras y usuarias de magia ingresan al hogar del aquelarre Aevi, ellas se presentan como brujas del “Aquelarre Wicau”, con el propósito de “unificar” a todas las brujas, fortalecerse y convertirlas en “superpotencia”. Las brujas de Aevi desconocían la última palabra, pero al oír la de “fortalecerse”, comprendían entonces de lo que ellas carecían.

El aquelarre Wicau les ofrecía ser parte de su hogar, la ciudad de Macur, toda su gente seria protegidas y su potencial mágico seria entrenado para “fortalecer” el decline de sus capacidades de combate. El aquelarre de Aevi llegado a este punto, sabía que, si volvieran a pasar por lo mismo con otra banda de cazadores de brujas o amenazas peores, no volverían a tener la misma suerte de ser salvadas.

Escogieron el camino de ser parte del aquelarre Wicau en su objetivo de “unificar” a todas las brujas, ahora protegidas por gruesos y altos muros, se sentían seguras, la grandiosidad urbana que ofrecía su “nuevo hogar” no les hacía echar de menos su antiguo. Y con su magia de “Vuelo de Aevi”, las brujas de Wicau veían un grandioso futuro con prestigio para el aquelarre Aevi.

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Bajo el nombre de la “compañía Aevi”, una unidad militar aérea del aquelarre Wicau, luego de meses de arduo entrenamiento y preparación, 250 brujas de Aevi se embarcaron en su primera batalla real, para repeler a los invasores de Macur. El muro sur había sido derribado y la “compañía Aevi” avisto a un numeroso grupo de monstruos aproximarse.

Todos los frutos de su adiestramiento con su habilidad “Vuelo de Aevi” para fortalecerse fue demostrado, la maniobrabilidad de cada bruja para moverse por los cielos era más rápido que un barco volador y responder en una organizada formación permitía sincronizarse para una respuesta inmediata de hechizos de ataque y bombas mágicas de alquimia arrojadizas, dando paso a una compañía que sembraba destrucción desde el aire para todos sus enemigos en tierra.