Mamá me había llamado dos veces mientras comíamos en el local de Bob’s, ella me permitía llegar tarde, pero era muy estricta a la hora de llegado cuando ella y Marcus no tenían turno. Era cirujana general en el hospital de Phoenix junto a Marcus, los dos se habían conocido en ahí y así había llegado a nuestras vidas.
No me quejaba Marcus realmente era un buen hombre y la hacía feliz.
-chicos es hora de irnos- digo comiendo el ultimo trozo de pizza.
-oye, yo quería- dice Alan.
-demasiado lento- me encojo de hombros y él se ríe.
- ¿Por qué el apuró? - gruñe Cristina- aún no nos traen el helado.
- mamá me acaba de mandar un mensaje- les indico el texto- así que, si quieren celebrar un cumpleaños el viernes, les recomiendo que terminen rápido.
-ya te dijimos que Marcus no dejaría que te haga nada- todos le dan la razón
Entonces les muestro el otro mensaje y ellos recogen todas sus cosas apresurados para ir a pagar.
Me parecía extraño que Marcus me dijera que no llegara más tarde, por lo general él siempre dialogaba con mamá para que pudiera estar con mis amigos hasta la noche. Por eso me sorprendió recibir un mensaje casi suplicante de su parte.
“¿Aún te demoras?
Tú madre está enloqueciendo.
Zeus y yo necesitamos ayuda
-Pa”
“mantén la calma, estoy en camino”
“lo intentamos”
Me rio al leer su último mensaje
Mamá enloquecía por muchas cosas, una casa desordenada, por falta de dulces en nuestra despensa, por un Zeus sucio, una hija igual de desordenada que la casa, tal vez por sus intentos fallidos en la cocina o por algo realmente grave. Quería pensar que era por un intento fallido en la cocina, había ordenado la casa y Marcus se había encargado de bañar a Zeus así que no sabía porque ella estaría enloqueciendo.
- ¿quieres que me quede contigo? - Alan me guía al auto- puedo llamar a mamá y decirle que llegare un poco tarde- niego.
- no es necesario, dudo mucho que sea algo grave- el levanta una ceja- por lo menos, no tan grave- digo dudosa.
- ¿entonces podemos vernos mañana? - me mira y le sonrió- prometo llevarte por un helado.
- Marcus me va a llevar a practicar en la mañana- recuerdo- luego tengo que llevar a Zeus por sus vacunas- digo mientras subimos al auto- ¿quieres acompañarme? - él se ríe, sin humor- luego podemos ir a ver una película en mi casa.
- Zeus me odia, además no hemos pasado mucho tiempo juntos- dice bajito- sé que estas ocupada con los entrenamientos y los exámenes- lo miro un poco irritada sabiendo a donde va ir esta conversación- te entiendo, pero pareciera que en esta relación solo estoy yo y no me gusta.
- nos vemos en el instituto- me aparto un poco de él.
- nos vemos solo en los pasillos y en los almuerzos- su voz suena acusadora- y nunca estamos solos, siempre estamos rodeados de personas.
Lo miro mal.
- ¿disculpa? – cruzo mis brazos, esperaba que no estuviera insinuando lo que yo creía- ¿estás diciendo que nuestros amigos no nos dejan estar solos? - hago énfasis en “nuestros”.
-solo digo que deberíamos pasar más tiempo juntos.
- ¿Qué quieres que haga? – digo cansada- ¿que solo pase contigo?
- no dije eso
-es lo que entiendo yo…- miro por la ventana y mis amigos salen del local con dos fundas- ahora rogaría que tuviéramos esta conversación otro día- el asiente no muy contento.
Cuando mis amigos llegan nos ven interrogantes.
-podría cortar la tensión con mi mano- habla Tanner preocupado- ¿está todo bien?
- todo está perfecto- digo y les sonrió- ¿verdad cariño? – Alan sonríe y toma mi mano.
- sí, todo está bien.
Cristina no sé la cree, apenas el auto se pone en movimiento me manda un mensaje.
“¿Qué paso?”
“lo mismo de siempre”
“¿quieres que lo golpee?
“haré que Zeus se lo coma”
Ella me regresa a ver y yo me encojo de hombros, si esta situación seguía así era claro que lo mejor sería dejarlo por la paz, y no me molestaría en mandar a Zeus para que le quite alguna parte de su cuerpo para que se le quite lo idiota, enserio lo quería, Alan era muy importante para mí es solo que últimamente las cosas parecían un poco caóticas en nuestra relación.
Veo el inicio de mi calle así que empiezo a recoger mis cosas, Tanner está hablando con Cristina sobre comida así que los ignoro, no me pasa desapercibida la mirada de Alan, él sigue todos mis movimientos hasta que el auto se estaciona en la entrada de mi casa.
-hablamos mañana- les digo antes de bajarme del auto
Ellos se despiden y empiezo a caminar a mi casa hasta que alguien me detiene, regreso a ver y Alan me mira arrepentido, quiero creer que los dos odiamos pelearnos, así que cuando me sonríe le sonrió de vuelta.