- ¿segura que sabes conducir esta cosa? - Cristina se sostiene del cinturón preocupada- siento que no debería sonar así.
- yo no dije que sabía manejar esta cosa – digo nerviosa- dije que Marcus me estaba enseñando- sostengo el volante con fuerza.
- ¿entonces por qué estas conduciendo el auto sin él? – grita cuando caemos en un hueco.
- justo en este momento- contengo el aire- me estoy preguntando lo mismo- suelto el aire y la miro mal- nunca más en mi vida te vuelvo hacer caso.
- asumí que sabias.
- pues asumiste mal- le grito de vuelta- llama a Tanner- digo desesperada.
Cristina vino temprano a casa para empezar con nuestro entrenamiento, sin embargo, cuando acabamos y nos pusimos a ver algunas series, después de un rato Cristina había sugerido que le enseñara a manejar, muy tranquilamente le había explicado que Marcus me estaba enseñando y que aún no sabía manejar bien, pero ella había insistido en dar una vuelta y luego volver, al principio me pareció una buena idea, Marcus me había llevado a un lugar cerca de la casa donde casi no habían autos para que practicara así que pensé que si hacía lo mismo que el día anterior todo saldría bien, ya lo había hecho un montón de veces.
¿qué podía salir mal?
Bueno, todo podía salir mal.
Había tomado una calle equivocada y habíamos salido a una calle aún más transitada, no me sorprendió que nos perdiéramos, Cristina era pésima dando direcciones y yo era pésima orientándome, éramos la dupla perfecta.
-chicas… ¿Qué sucede? – la cara de Tanner aparece en el móvil y yo desvió un poco la mirada
- ojos en el camino – Cristina me grita cuando el auto se va un poco para el lado derecho y otro auto nos pita.
- no me grites- grito de vuelta- el maldito auto se atravesó.
- ¿chicas? Están pálidas – las dos miramos a Tanner como nuestra última esperanza-
- debes ayudarnos
Él entonces se levanta de su cama y se acerca más a la pantalla, intentando no apartar mucho tiempo la mirada de la carretera, miró a mi amigo asustada.
-díganme que no están donde creo que están – dice enojado.
- eso depende…- dice Cristina mordiéndose las uñas
- ¿Cómo que depende?
- de donde crees que estamos – digo yo- pero para no hacerte el cuento muy largo- suspiro- sí, estamos en un auto, rodeadas de muchos autos más y lo que es peor en un tráfico horrible- él gruñe una maldición.
- ¿están solo las dos?
- ¿crees que te estaríamos llamando si estuviéramos con alguien que si sabe manejar un auto? - grito histérica
-no hagas preguntas tontas – Cristina lo mira mal- pero para añadirle drama al asunto- dice calmada- estamos perdidas…
- PERDIDAS- grito dramática y ambas reímos.
Tanner nos mira mal antes de correr por su habitación y buscar algo.
-mándame la ubicación- Cristina toma rápido el móvil y se lo manda- ahora, no cuelguen voy a ir por ustedes.
- ¿Qué haríamos sin ti? - digo contenta
- chocar e ir a prisión- dice antes de mirarnos serio- es una hora pico, así que si ven a oficiales no se pongan nerviosas, procuren actuar con naturalidad- alzo la ceja- hagan lo posible para que no las detengan.
- eso no me reconforta- mis manos empiezan a sudar
Hay un momento donde Tanner se queda callado antes de escuchar el auto de otro motor, seguido la cara de mi amigo vuelve aparecer en la pantalla.
-están cerca de tú casa- mira a cristina- no sé cómo demonios llegaron tan lejos.
-nos hacemos la misma pregunta, no te preocupes.
El niega antes de empezar a darnos indicaciones para no volver a perdernos, esta vez sí me concentro en mirar solo a la carretera ignorando la conversación de mis amigos- ni en situaciones serias esos dos tomaban las cosas enserio, bueno yo tampoco porque luego de un minuto puse música y los tres empezamos a cantar a todo pulmón. Mis nervios empezaban a desaparecer y fielmente creía que podríamos lograrlo.
Hasta que el auto hizo un sonido raro cuando mande la marcha.
- ¿qué fue eso? - digo mirando a todo lado- está sonando raro
- ¿qué hiciste?
- nada- le grito a Tanner- solo quise poner tercera- el me mira y grita de vuelta.
- idiota creo que pusiste cuarta- yo estoy empezando a entrar en pánico- frena
- no puedo
-frena o vas a dañar el motor- vuelve a gritar y yo voy frenando- ahora pon en primera y avanza.
Hago lo que me dice y el auto avanza con tranquilidad.
-no pases de segunda- asiento- no importa que se enojen los otros, tu sigue en segunda
- odio manejar- digo
Era la última vez que agarraba un auto sin supervisión de un adulto, bueno dudaba que si mi mamá se enterara de mi hazaña siquiera me dejara volver a subirme en un auto con o sin supervisión.