Mezcla Perfecta

PARTIDO

Hoy iba a celebrar a más no poder y nadie me quitaría la estúpida sonrisa que tenía en la cara. Mi sonrisa creció cuando Isaac me extendió un cupcake mientras se sentaba frente a mi mesa en el aula de francés.

– Felicidades – tomo el cupcake de su mano y él me sonríe.

– pensé que Jennifer haría algo para dejarme fuera – murmure bajito, sin poder apartar la mirada de Isaac.

– hasta ella reconoce cuando una persona es buena jugadora, le conviene tenerte en el quipo – se encoge de hombros y sin previo aviso toma un cabello suelto y lo pone detrás de mi oreja.

Sonrió y asiento.

– hoy sin duda es un maldito buen día – aplaudo y le doy un mordisco al cupcake de chocolate, el sabor es condenadamente delicioso –¿Dónde lo compraste?

– mamá los hizo ayer – responde sin prestar mucha atención a sus palabras, lo miro extrañada – puede que alguien me dijera que te gusta el chocolate y te traje pensando que te gustaría – habla de manera apresurada – además sabía que quedarías en el equipo.

– Uhm... – murmuro – Gracias, esto esta delicioso.

Isaac me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa, toma mi mano y empieza a jugar con mis dedos. El cosquilleo se hace demasiado intenso y quiero quitar mi mano, pero a la vez quiero dejarla ahí.

– estaba pensando…– comienza a decir y mi corazón de detiene por un milisegundo.

– ¿Debería preocuparme? – bromeo consiguiendo que Isaac me despeinara – oye, no hagas eso.

Me acomodo el cabello y él me mira serio.

– ¿vas a ir al partido? – me pregunta con cuidado.

– ¿Quieres que vaya?

– no me molestaría si estuvieras ahí – se encoje de hombros y me da un ligero apretón en la mano.

Me quedo en silencio por un minuto, debatiendo en que hacer por un lado estaba Alan con quien tenía una cita planeada para ver una película en la tarde y luego estaba Isaac quien se estaba colando en mi sistema sin que pudiera evitarlo, pidiendo que vaya a su partido. La respuesta estaba clara y sabía que era la correcta. Sin embargo, cuando la respuesta salió de mi boca, me sorprendí tanto como Isaac.

– Estaré ahí, no pensaba perderme como el otro instituto les da una paliza – digo haciendo que una risa se escape de Isaac.

– cariño, nosotros vamos a destrozarlos – dijo, se levantó cuando vio a mi profesora de francés entrar y me beso en la frente antes de salir de la clase.

Me quede quieta mirando por donde Isaac había salido hace unos cinco minutos, mi frente cosquilleaba donde él me había besado y mi corazón latía como una maldita locomotora. Supe que prestar a clase me iba a resultar imposible, porque en cuanto miré a la pizarra lo único en que podía pensar era en el imbécil mejor amigo de mi hermanastro.

Todas las horas fueron igual, yo reviviendo ese pequeño momento en donde Isaac me pedía que fuera a su partido y besaba mi frente. Parecía algo sin importancia, pero por alguna razón yo lo sentía como un gran evento.

Justo cuando iba saliendo a tomar mi almuerzo con los chicos, mi móvil vibra en mi bolsillo y cuando leo el mensaje de Alan un poco de mi ánimo se esfuma.

¿𝓟𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓵𝓵𝓪𝓶𝓪𝓻𝓽𝓮?

𝓣𝓮 𝓮𝔁𝓽𝓻𝓪ñ𝓸 ❤

La culpa se instala en mí, aún peor, hace que quiera largarme a llorar cuando me doy cuenta que me estoy alejando de él y estoy haciendo justo lo que yo odiaría que me hagan. Aunque sé que con Isaac nada es real, no puedo dejar de sentirme culpable por mentirle a Alan, todo eso me hace querer encerrarme en la habitación y no salir jamás, cuando estoy por responderle un mensaje de Aksel me llega.

𝐻𝐸𝐿𝒫!!

𝐸𝓈𝓉𝒶𝓂𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝓁𝒶 𝒸𝒶𝓃𝒸𝒽𝒶.

𝐿𝑜𝓈 𝑔𝑒𝓂𝑒𝓁𝑜𝓈 𝒶𝓃𝒹𝒶𝓃 𝒾𝓃𝓈𝑜𝓅𝑜𝓇𝓉𝒶𝒷𝓁𝑒𝓈, 𝓃𝑜 𝓉𝒶𝓇𝒹𝑒𝓈.

😭😭😭😭😭             

Niego mandando un rápido mensaje de respuesta, mientras camino a la biblioteca para poder adelantar mis trabajos y hablar con Alan. Aksel me manda más mensajes, pero los ignoro todos. Al igual que ignoro los mensajes de Isaac preguntando donde estaba.

Esto de tener una doble relación se estaba volviendo fastidioso.

Llegué a la biblioteca, fui directo al ala más alejada donde sabía que casi nadie iba por voluntad propia, me acomodé en una de las mesas frente a la ventana. Veía a varios estudiantes caminar con sus amigos y otros tantos comer en el césped, el clima estaba fresco y a lo lejos podía ver la cancha de futbol donde supuse que los chicos estarían.

Cuando tuve todo en su sitio, me coloqué los audífonos y le di a marcar.

Lo primero que me recibió en cuanto Alan acepto la videollamada fue su gran sonrisa.

– No sabes cuánto había extrañado verte – dijo.

– me haces falta – respondí – extraño estar tiempo contigo.

– el instituto no es igual sin ti – su sonrisa decae un poco – siento que nos estamos alejando y eso me asusta.

Me muevo nerviosa en la silla.

– mis horarios…– comienzo a intentar excusarme, pero Alan me interrumpe.



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En el texto hay: mentira y secretos, romance drama, romancejuveniel

Editado: 28.09.2022

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