Después de pasar un buen rato en la pizzería, decidimos que es momento de cada uno tomar su camino para alistarse, nos ponemos de acuerdo antes de irnos, así que cada uno sabe a quién buscar para ir a la fiesta. Nos despedimos mientras yo acomodo a Ethan en el auto junto a Zeus.
– entonces…– Isaac habla consiguiendo que me asuste, él sonríe apoyado en el auto – ¿te veré ahí?
– supongo que ya estoy en ello – digo con los brazos cruzados – no podía negarme.
– podías.
Me encojo de hombros. Si, podía. Pero no quería negarme, quería salir con los chicos y Isaac a disfrutar de la fiesta.
– ¿Alan, no se va a molestar? – pregunta, veo el ceño fruncido en su rostro y mi mano cobra vida propia, con el dedo intento borrar su ceño fruncido.
– así te ves mejor – sonrió cuando el ceño fruncido desaparece y es remplazada por una que no puedo descifrar– Alan está bien con eso.
– entonces…te espero.
– nos vemos ahí.
Nos despedimos y subo al auto para ir de vuelta a casa, mandando un breve mensaje al grupo que tengo con Tanner y Cristina.
𝙀𝙨𝙩𝙤𝙮 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙚𝙦𝙪𝙞𝙥𝙤.
𝙑𝙤𝙮 𝙖 𝙪𝙣𝙖 𝙛𝙞𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙘𝙚𝙡𝙚𝙗𝙧𝙖𝙧𝙡𝙤.
𝙇𝙤𝙨 𝙖𝙢𝙤 😘🤍
Varios mensajes de felicitación llegan cuando leen mi mensaje, seguido de un mensaje de voz de mi mejor amiga, no lo reproduzco porque estoy 99% segura que no será apto para el menor que tengo en el asiento trasero, aun así, les mando una foto de mi mandándoles un beso.
Guardo el móvil que no deja de vibrar y miro la carretera, contenta por haber logrado entrar al equipo demostrando lo talentosa que soy en el fútbol, demostrando que no importa donde me encuentre siempre seguiré persiguiendo mis sueños.
Mamá me llama poco después de que llegamos a casa y no dudo en contestar feliz. Subo a mi habitación olvidando saludar a Evana y Jordan quienes están en la sala mirándome con incertidumbre en sus rostros cuando me ven correr.
– ¡QUEDE, ESTOY OFICIALMENTE EN EL EQUIPO! – grito saltando en mi cama.
– sabía que lo ibas a lograr, cariño – dice contenta – Marcus y yo estamos orgullosos de ti.
– pensé que no me aceptarían – expliqué, porque aún seguía sin creer que estaba en el equipo – pero cuando vi mi nombre, grité mucho.
– no lo dudo – se ríe – Marcus te mando un regalo, esperamos que te llegue el lunes, cuando lo tengas nos llamas para saber si te gustó.
– ¿regalo? ¿Qué es? – pregunto curiosa, pero mamá se niega a darme información de mi regalo, suelto preguntas de lo que podría ser. Pero mamá no me dice y propio de mi cambia de tema.
– ¿Cómo van las cosas con tu padre? – pregunta con una calma absoluta y sé que se contiene para no insultar al hombre que puso su esperma para crearme.
– mejor, hemos decidido alzar la bandera blanca – le cuento sobre los últimos días – no sé cuánto vaya a durar esta tregua, pero la estoy aprovechando al máximo para no recurrir a la violencia.
– Dakota…
– mamá…
– estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para traerte de regreso – indica y una parte de mí duele ante sus palabras, quería regresar, eso no estaba a discusión. Pero también quería quedarme por un tiempo – el proceso es complicado por las pruebas que Jordan les dio.
Asiento recordando como Jordan difamo a mi madre.
– tu padre te quiere – sus palabras me toman por sorpresa – sé que lo hace – murmura – pero no quiero que rompa tú corazón.
– Jordan, él no…
– confió en que hizo lo que hizo por llevarte a su lado para recuperar el tiempo perdido – sigue hablando, pero hay algo en sus palabras que me dejan pensando en los verdaderos motivos por los que Jordan volvió aparecer en nuestras vidas – pero no puedo quitarme este sentimiento de que hay algo más y me da miedo tenerte tan lejos, sin poder protegerte de él.
– estoy bien, mamá – intento tranquilizarla – no voy a dejar que él rompa mi corazón de nuevo, no le voy a dar oportunidad a eso.
Porque Jordan fue el primer hombre en romper mi corazón y dejarme a la deriva, logrando que dudara muchas veces de mí y no entendiendo que era lo que había hecho mal para que él me abandonara y nunca volviera por nosotras. Porque, aunque él debía cuidarme y protegerme, fue el primero en destrozarme. Y eso no se olvidaba tan fácilmente.
– Quiero confiar en él – suelta mi mamá – Marcus sigue enfadado por como sucedió todo, pero hemos hablado sobre esto y creemos que es una buena oportunidad para que los dos hagan las paces.
– mamá…– no estaba segura de eso.
– Cariño, sigue siendo tu padre – puedo notar el dolor en su voz – y tú siempre serás su hija, no quiero que como me sienta infiera en tu relación con él.
– pero…
– Dakota, Marcus y yo te amamos – puntualiza – pero si Jordan quiere recuperar ese lazo, no vamos a ser quienes se lo impida, porque sería egoísta de nuestra parte y no vamos a enojarnos si lo haces.