*Paula*
Heme aquí, frente al espejo, no puedo creer que hoy sea el día de mi boda, al fin totalmente recuperada, fue lo que indico el médico, por su puesto después de aclarar todo con la policía y que no se encontrara delito que perseguir, y de recuperar mi estatus legal como Paula Molina.
Estoy a unas horas de ser oficialmente la esposa de Daniel Arana y la madre legal de Angela Daniell Arana Molina, si como la niña aun no estaba registrada Daniel me hizo el honor de ser totalmente su MADRE, y también me permitió regalarle el nombre de mi madre. Era una niña tan dulce y alegre, cada día me sorprendida, se había adaptado excelentemente a su nueva familia, era demasiada consentida por su tía Lucy, por la abuela Elda, y por su Primo Roger ya de 3 años casi 4 años, era muy celoso con ella no permitía que otros niños se les acercarán.
─ Ya lista─ se asomó mi hermana en la habitación, había regresado a su lado, pero claro con mi hija, Daniel había aceptado el nuevo proyecto, claro que la abuela no permitió que viviéramos juntos, y como ahora si tenía un lugar a donde volver, así que tuvimos que aceptar su petición.
─ Si─ dije tomando una bocanada de aire, me paso el ramo de rosas sin dejar de sonreír. En unos minutos nos dirigimos a la parroquia donde me esperaba Daniel el amor de mi vida.
Daniel
Cada minuto que pasaba no deja de mirar el reloj, me siento tan nervioso, las manos me sudaban demasiado, al fin el día había llegado Paula, mi desconocida sería a partir de hoy mi esposa y la madre de mis hijos, porque si deseamos más hijos, mi Daniell ya casi de dos años, y no deseábamos que creciera como hija única, ella tendría hermanos, así estaba en nuestros planes, claro que para ello necesitamos ser una familia legalmente casados, porque esta vez la abuela se aseguró que así fuera.
– No permitiere que cometas el mismo error dos veces ─ dijo con su voz energética, y así fue en estos meses que estuvimos de novios fueron los más maravillosos.
─ Porque tardara tanto─ exprese mi desesperación
─ Amigo, amigo, ya pronto llegará─ dijo mi amigo Jorge, quien traía en brazos a mi hija
─ Mejor ten a tu hija que no se cansa de llamar a mamá
─ ¡Mamá, mamá! ─ balbuceaba Daniell
─ Ven amor, mamá ya llegará pronto─ dije tomando a mi hija en mis brazos
─ ¡Ahí, viene la novia! ─ se escuchó la voz de uno de los invitados, a mirar que llegaba el automóvil donde venia la novia.
─ ven hermosa─ dijo mi amigo Jorge extendiendo las manos hacia mi hija─ Dejemos que tu papá entre a esperar a mamá.
Mi amigo tomo a mi hija, y yo entré a la iglesia, mi abuela me esperaba.
Minuto después entraba ella acompañada de su hermana, ella seria quien entregara a Paula en el altar.
La música eclesiástica comenzó los invitados estaban todos en su lugar, yo ante el pie del altar esperándola, se veía tan hermosa, tan radiante. Le agradezco a la vida que dejara conocerla, si era cierto Mariela era parte de mi vida, pero Paula era mi todo, ella era la mujer de mi vida.
*Narrador omnipresente*
─ Si alguien tiene alguna objeción que decir, que hable ahora o que calle para siempre ─ dijo el sacerdote ante la asamblea reunida.
Pero ningún invitado o extraño hablo. Los novios se miraban de frente, los dos radiaban felicidad, solo esperaban las palabras que confirmaron lo que ya ellos sabían.
─ Entonces por el poder envestido en mi los "DECLARO MARIDO Y MUJER" ─ fue la declaración del reverendo antes todos, y la pareja que estaba frente a él se dieron un beso con el cual sellaban su juramento de amor eterno.
Él tomo por la mano ahora su esposa, no había duda ahora frente a testigos y familiares podía llamarla así “Esposa”.
Ella lucia hermosa, con un vestido blanco, corte princesa, ahora ya era una mujer casada...y tenía una hermosa familia...ella ya no era una desconocida ahora ella era una mujer plena, una esposa y madre…ella simplemente era adorable y era muy feliz. Solo había algo que su cabeza no dejaba de pensar y era el secreto que su hermana Luci, le había contado y era el hecho que tenia otra hermana, y peor aún era su gemela.
Ahora los esposos tomados de las manos, salieron de la iglesia, ambos demasiados felices y compartían con sus amigos y familiares esta dicha.
Daniel Arana, había conseguido un puesto fijo en su trabajo en el estado de San Luis Potosí, por lo que había decido establecer ahí con su familia.
*Paula*
No lo puedo creer ya estamos casados, y todos comparten con nosotros nuestra felicidad. Subimos al automóvil, que había destinado para nosotros, la abuela, Daniell, Luci y cuñado nos alcanzarían en el salón de fiesta.
─ ¡Amor!, a fin te puedo decir cuánto ¡te amo! ─ decía Daniel al mismo tiempo que tomaba mi barbilla, para apoderarse de mis labios, comenzó con un beso suave, que poco a poco iba subiendo de tono.