COBARDE

CAROL

Soy una cobarde y lo sé, pero tengo miedo, miedo a equivocarme de nuevo, a disminuir mis defensas y que mis hijos sufran por una nueva mala decisión. Lo amo con locura, hubiese querido tirarme en sus brazos y decirle que no hay otra cosa más que desee en este mundo que él sea parte de nuestras vidas, que veamos juntos crecer a nuestros hijos como él lo dice....pero ya me falló una vez y ....no estoy dispuesta a volver a sufrir y a ver sufrir a mis seres queridos.

-Mami, ¿le avisaste a Dave que saldríamos? Dentro de unas horas iríamos juntos a comprar unos repuestos para  el auto-. Dave se ha vuelto tan parte de sus vidas que me produce miedo, miedo a volvernos a enfrentar a su ausencia, pero, ahora la única responsable de eso seré yo. 

UNA SEMANA DESPUÉS

Hemos vuelto a nuestro hogar y a nuestra antigua vida. Le he explicado a mis hijos que Dave tuvo que volver a Estados Unidos y retomar su vida. La noticia fue un duro golpe para ellos y me duele ver la tristeza en sus rostros; no hablan del tema, pero tengo claro que sufren, él ya se habia convertido en parte de sus vidas..."el dolor debe sentirse" decian en una pelicula que ví en algún momento... pues nosotros lo estamos sintiendo ahora.

Patrick y Waleska han venido a visitarnos y a mediar por Dave, sin embargo les he agradecido su preocupación y suplicado que no interfieran en mi decisión; estoy muy agradecida con esta hermosa pareja de amigos, que son como hermanos para nosotros; pero es importante que estas decisiones las tomemos solos, conscientes de que somos los únicos responsables de sus resultados.

-Mami, hay alguien que te busca-. Estoy amamantando a Lunita, cuando Angy se acerca a la habitación, besa a la bebé y se dirige a ella. -Te sorprenderás quien vino a verte bebé-. El comentario me sobresalta y me salgo de prisa de la habitación. Frente a mi mamá, con un atuendo bastante formal y maleta en mano, se encuentra la madre de Dave. Estoy realmente sorprendida por su visita, durante estas noches he conversado con el señor Coleman, y en ningún momento me comentó de la visita de su esposa.

-Señora, buenas tardes-. La señora Coleman se acerca a mí y me besa la mejilla, luego se dirige a Lunita, que se encuentra dormida en mis brazos. -¿Como están?- Sus palabras suenan dulces pero a la vez preocupadas. -Estamos bien señora, muchas gracias-. Ella asiente. -Me alegro Carol, me alegro mucho-. -Síentese señora, desea algo de tomar-. Mi madre entra de repente a la habitación, la noticia debe haber llegado pronto a sus oidos. La señora Coleman se pone de pie y saluda a mi madre que aún se encuentra asombrada. Debo decir que mi madre es una mujer muy humilde, pero muy educada y atenta. La señora Coleman es una mujer muy elegante y refinada, sin embargo mi madre no puede envidiarle nada, estoy muy orgullosa de ella y de su carácter y me preocupo por un momento que la señora Coleman puede hacerle algún rechazo, sin embargo me sorprendo al observar que se dirige a ella con educación y respeto. Mi madre le ofrece un té y ella acepta gustoza. 

Finalmente nos hemos quedado a solas y la señora Coleman toma la palabra. -Carol, te preguntarás que he venido a hacer sin un aviso previo-. Asiento sin poder evitarlo. -Pues mi amor de madre y de abuela me ha traido hasta aquí-. Su comentario me toma por sorpresa sin embargo continúo en silencio. -Amo a mi hijo Carol y sufro al verlo sufrir-. -¿A que se refiere señora?-. -Díme Alice por favor-. -Esta bien Alice, ¿a que se refiere?-. -Debo empezar desde el principio Carol, y lamento tanto lo sucedido....- hace una pausa y observo que sus manos tiemblan. -Yo planeé lo que sucedió con Agnes, mi orgullo y desconfianza me hicieron pensar que tú no eras una mujer adecuada para mi hijo, y, erróneamente pensé que él podría ser feliz con una mujer de un nivel social parecido a él y con las cualidades de Agnes-. Mis mejillas se encienden inmediatamente. -Pero....me equivoqué, porque al conocerte y observar como mi hijo te amaba, me dí cuenta que eras la mujer ideal para él, contigo se ha convertido en un hombre diferente, y eso, no podría haberlo logrado con una mujer diferente a tí. Dave te ama, ama a tu familia, a su pequeña hija, a su vida aquí en este país...a todo lo que gira a tu alrededor y que tú también amas-. Las palabras resuenan en mi cabeza, y, empiezo a temblar incontrolablemente-. -Perdóname Carol, por todo lo que les he hecho sufrir, ya he hablado con Dave y aunque estoy consciente que será un proceso largo para que nuestra relación vuelva a ser como antes, podremos lograrlo como familia, por el amor que nos tenemos; ahora te pido perdón a tí, por todo el dolor que causé-. Tengo una lucha interior, con mis lagrimas a flor de piel. -Él jamás se interesó en Agnes como lo hizo contigo, no podía concebir la idea de que se enamorara de una persona extraña a nuestro círculo social...pero cuando lo ví tan feliz, yo también lo fuí, deseé que todo se arreglara entre ustedes, pero eso no sucedió, por eso, hoy vengo a pedirte, a suplicarte que reconsideres todo y les permitas a ambos a ser felices-.  Empiezo a llorar, ya nada puede parar las lagrimas, Alice toma cuidadosamente a Luna y la coloca sobre el sofá, luego me abraza fuertemente y ambas lloramos, déjamos que fluya en nuestros ojos, todo lo que hasta ahora estaba guardado en nuestro interior.

Después de un largo rato y de que mi madre tuvo que haber calentado un par de veces el té para Alice, logramos tranquilizarnos.  Alice comunica al señor Coleman todo lo sucedido y él me felicita efusivamente por la decisión que he tomado. -Gracias hija, gracias por toda esta felicidad-. Dijo.