Huiste de mi vida,
sin aparente razón,
le quitaste la alegría,
a mi pobre corazón
Busqué los besos de otra boca
a otros brazos me aferré
pero aún mi espíritu te evoca
sin olvidar lo que te ame.
Nadie me puede hacer temblar
como lo hiciste en el ayer,
recuerdo tus ojos mirando el mar
y nunca más los volveré a ver.
Esta tarde gris y fría
te vuelvo a recordar
aún la angustia de aquel día
hace mis ojos inundar.