Enamorado
7 de Enero, 2018.
Elliot
Y quedó otra vez embelesado por la diosa de mis sueños, que exagerado soy.
Se supone que hago mal al espiar a una persona, pero no puedo parar de mirarla, es enserio, todos los días a las 12 del mediodía ella despierta de su largo sueño, busca su toalla y prende la radio, con todas sus canciones, para entrar al baño, bañarse, cepillarse y salir en toalla, es aquí cuando miro a otro lugar, tampoco voy a ser tan descarado de mirarla de esa manera, después de esperar unos minutos me volteo para volver a mirar a mi amada, es mi amada secretamente, ella no me conoce, solo nos hemos visto unas cuentas veces en su jardín, de milagro recuerda mi nombre, sale de su habitación y sigo con lo mío.
Llevo 1 año, 1 semanas, 1 hora, 45 minutos y 24, no, 25 segundos mirándola, gracias a ella me pueden llamar un enfermo. El año pasado llegué a esta casa en el primer día del verano. Miami es un lugar con la temperatura alta, ósea mucho calor, eso quiere decir que a veces Elizabeth anda por su cuarto con poco ropa, ella tiene un cuerpo realmente hermoso, a ella no le importa lo de las dietas, la mayoría de las chicas la podrían envidiar, al comer tanto y no engordar, pero eso es cosas absurdas de chicas.
Les cuento de ella, actualmente tiene 16 años, en unas semanas cumplirá los 17, es latina, específicamente de Panamá, domina el ingles bien, pero prefiere hablar en español, tiene una hermana y un hermano, ellos dos son de aquí, de Estados Unidos. Esos pequeños demonios son gemelos y son peor que el demonio de Tazmania.
Ella a su corta edad a sufrió en la cuestión del amor, ya no tiene ningún contacto con el mundo exterior, decidió des-instalar todas las redes sociales, menos Instagram, ¿Porque? Pues... lo se, pero no hablaré de eso. Este verano solo quiere escuchar música, escribir, leer, dibujar y pintar; todo lo que la hace ser ella.
Este verano quiero ser alguien para ella, por lo menos ser el vecino que le agrada, pero quiero que cuente conmigo.
–¡Piensa rápido! –grita Michael en la puerta de mi habitación, tirando una pelota de soccer.
Gracias a Dios, logró atraparla antes de que rompa la ventana, si eso pasara me matarían a mi. Mundo injusto.
–¡Mama! Diga le a Michael que madure y que deje que estar tirando me pelotas –salgo de mi habitación y bajó a la cocina.
–Michael –mi mama aparta la vista de su ordenador y lo mira– ya tienes 17 años, madura, si quieres jugar soccer, dile a Elliot, pero no se la tires, ¿si?
–Si, mamá, pero él nunca quiere jugar conmigo, por que esta entretenido mirando a la vecina.
Lo mate.
Miro a mi mamá teniendo los ojos mas abiertos de lo normal. Mierda, ahora va a empezar el cuestionario y el chipeo de mi mamá. Oh Dios mío.
–¿Y eso? Vas a tener que hablarme de eso, sin replicar, sin peros y todo desde el comienzo –mamá cierra su ordenador y pone toda su atención en mi– Ah, Michael trae el helado, el millo, unos refresco, ... ¿Que más?
–¿La nutella? –pregunta Michael buscando todo la que mamá pidió.
–¡Exacto! Me leíste la mente, mi amor.
Ahora soy el espectáculo de ellos, que lindo día, maravilloso.
–Ya, ahora empieza.
Suspiro muy hondo, no puedo perder la paciencia.
–Para empezar, van a pensar que soy un enfermo por estar mirándola todo el tiempo, pero, no puedo para de mirarla, tiene algo que me atrae, ahora no vayan a pensar que es por que soy un descarado, no, cuando ella está en ropa interior en su cuarto o sale del baño en toalla, no la miro. Todo comenzó el primer día que estuvimos en esta casa, resulta ser que su ventana y la mía están al frente y que sus cortinas son de encaje. Se casi todo de ella, como que cuando lee hace expresión raras, pero tiernas, que en la gaveta de su ropa interior esconde cosas como su celular, la nutella, los dulces que compra, notas secretas, cualquier cosa de gran importancia, es una buena chica, y creo que ella me gusta, no, ella no me gusta, me enamore de ella. Mamá ahora no te hagas la cupido y hacer que ella y yo tengamos algo, por que no se puede, ella no quiere estar en ninguna clase de relación, desde este verano ella no va a ser la misma de siempre, y me refiero a que ella va a estar aislada. Ya tomó esa decisión y yo no se lo puedo impedir.
–¡Me siento una adolescente escuchando los problemas de su amigo! –suspira mi mamá.
–Y entonces... ¿Qué vas a hacer? –pregunta Michael, dirigiéndose a mi.
–Nada. Se que llevara el día que tenga que olvidarme de ella, pero aun no quiero llegar a eso.
Triste realidad.
–¡Ay mi bebé está enamorado! –Mamá se levanta de la silla y me abraza– Ahora, se que no quieres que intervenga, pero mi lado adolescente dice que por lo menos intentes un poquito para estar con ella.
–No se, no te prometo nada.
–Bien, ahora mi lado de mamá loca. Dime, ¿Como se te ocurre espiar a la hija de la vecina? ¿Acaso yo te enseñe eso? ¡No! ¿Entonces?