Eira había cargado a Lía hasta el salón donde se llevaría acabo el banquete, tenía la cara completamente roja, era evidente su incomodidad, pero Eira no se avergonzaba de ella, ni sentía que era una carga, al verlos llegar todos se quedaron estupefactos, sobre todo porque la princesa heredera Medea se encontraba en el lugar.
—¿Señor? —todos miraban incrédulos la situación, incluyendo Medea quien clavó la mirada sobre Lía.
—Pónganse de píe, están en presencia de su rey y su invitada especial. —dijo el vocero he inmediatamente todos se pusieron de pie y lo saludaron con una reverencia.
—Debe tener lastimado el tobillo. —dijo el comandante general del ejercito demoniaco, y sonrió para amenizar el ambiente.
—Agradezco su asistencia a este banquete especial, me gustaría presentarles oficialmente a la señorita Lía, ella nos ayudó a derrotar al ejército de Sakdras, a pesar de ser una humana es nuestra aliada. —les dijo Eira y los presentes la saludaron con educación.
—Es un placer conocerla bella dama, usted desprende un aroma similar al nuestro, deben ser ciertos los rumores sobre usted. —le dijo Magora, el comandante del ejército demoniaco.
—El placer es mío. —exclamó Lía con una sonrisa.
—Es usted muy hermosa, el tono de su cabello es muy peculiar. —le dijo Sefora la esposa de Hildan, otro miembro importante de la nobleza demoniaca.
—Oh, gracias.
—Espero no se incomode al estar rodeada de un montón de demonios hambrientos jaja. —añadió Amadeus otro noble influyente.
Lilith y Vinland sintieron aquel comentario irrespetuoso para su dueña y antes de que pudieran decir algo, ella habló con voz clara.
—No se preocupe por eso, no estoy asustada, después de estar en el abismo el miedo a los demonios se me quitó, hay criaturas más siniestras en ese lugar. —respondió Lía con amabilidad.
—Oh, ya veo, supongo que podría contarnos más al respecto, se dicen muchas cosas sobre usted, ¿pero que tanto es verdad? No me mal interprete, pero usted se ve muy fina y delicada, imaginarla en medio de toda esa maldad se me hace dificil de creer. —manifestó Amadeus mientras bebía de su copa.
—Nos encantaría que pudiera contarnos más sobre su pasado aquí en el inframundo, veo que esta acompañada de dos demonios de ojos rojos ¿por qué? —preguntó Sefora con su mala educación.
—Ellos son Lilith y Vinlan, mis familiares.
—¿Sus familiares? —le preguntó Minerva otra princesa del inframundo.
Las princesas eran las mujeres demoniacas más hermosas y de alto valor, candidatas para formar parte del aren o convertirse en reinas, aunque Medea ya era la prometida oficial del rey, mientras aun no la coronaran, cualquiera podría quitarle el puesto si demostraba ser mejor que ella, Minerva tenia el cabello rosado y muy largo, tenía un cuerpo voluptuoso, unos ojos verdes y una piel pálida, habían quince princesas en total, pero ella era de las más importantes, después de la muerte de Pandora, ascendió de puesto y por eso estaba en la mesa.
—¿Cómo es que una humana puede poseer a demonios de guerra? Eso es algo que jamás había escuchado.
Los demonios de guerra, tenían ojos rojos, eran violentos, feroces he indomables, por eso todos estaban curiosos al respecto.
Eira sabía que aquella cena no seria fácil, pues todos tenían muchas preguntas y no quería que Lía se sintiera incomoda, pero ella estaba decidida a responder cualquier cuestionamiento, pues lo que menos deseaba era causarle problemas a Eira.
—Deberían dejar que nuestra invitada pruebe algo de comida al menos, coma algo y después si gusta puede responder a las preguntas. —le sugirió Eira, pero Lía le tocó la mano en señal de que estaba bien así.
—No te preocupes, puedo responder ahora.
—Quizás nuestra comida sea mortal para ella. —dijo Minerva con una sonrisa.
—No lo es, mi cuerpo esta a costumbrado a ella y a todo el entorno.
Medea miraba detenidamente la interacción entre Lía y Eira, estudiando su extraño y familiar comportamiento.
—¿Por qué no le habla con respeto? Esto es inaceptable, es él quien parece reverenciarla en todo momento, la cargó hasta aquí y no parece que tenga el pie torcido, es verdad que se ve que tiene dolor, pues alcanzo a verle algunos moretones en el cuerpo, parecen muy íntimos…¿serán amantes? ¿abran dormido juntos? No, Eira ha estado atendiendo asuntos internos, todo es muy extraño. —se decía Medea en sus adentros con aquella prudencia que la caracterizaba.
Ella estaba sentada al lado derecho de Eira y Lía a sus izquierdo, le parecía bastante extraño que Minerva siendo una princesa estuviera sentada dos sillas después de ella que solo era una invitada.
—Estamos ansiosos de escuchar toda su historia señorita Lía.
Todos tenían las miradas sobre Lía, quien antes de responder respiró profundamente.
—Yo soy una bruja de invocación, poseo la habilidad de abrir portales a diferentes mundos, realidades y dimensiones, mi madre adoptiva es una bruja espiritual, me enseñó a cruzar la dimensión del mundo espiritual y de ahí a cada uno de los nueve niveles que conducen hasta el infierno, ese es el único lugar que no he visitado, durante quince años viví en el inframundo para entrenarme y poder dominar mis poderes, no fue fácil, mi vida no dejó de estar en peligro hasta que…
—¿Hasta que conquistó el lugar? —la interrumpió Devora, un demonio de guerra muy poderoso del inframundo, ella era una capitana también, tenía una cola y su cabello era azul claro, y su piel muy pálida, ojos rojos y de una belleza salvaje, tenía dos cuernos que la hacían parecer intimidante y lo era.
—Si, cuando la maldición se apoderó del inframundo, todo era un caos, las legiones demoniacas estaban sueltas, había seres del abismo vagando por las tierras y demonios irracionables y salvajes, me atrevería a decir que este se convirtió en un segundo infierno.
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Editado: 11.03.2024