Decidimos que viviríamos lejos de los humanos, al menos por un tiempo, Eira construyó una cabaña muy hermosa entre las montañas, hay un bosque que nos rodea y es absolutamente silencioso, aunque aveces los animales del bosque vienen a visitarnos, incluyendo osos y alces, al principio lo hacían para pelear, pero ahora solo nos visitan por algo de fruta y comida, incluso una caricia.
No mentiré diciendo que el dolor ha desaparecido por completo, apenas ha pasado un mes desde que dejamos el castillo, aun sueño con él, aun mi corazón me exige respuestas, pero he decidido esforzarme y salir de esta tristeza por ellos, mis familiares habían estado preocupados por mí, he incluso deje de comer bajando mucho de peso, como, aunque no tenga hambre y su compañía me hace todo más llevadero, pero creo que me seguiré haciendo las mismas preguntas ¿Realmente nunca me amó? ¿fui solo su diversión? Mi alma dice que me mintió, que me hizo aun lado solo para que yo pudiera vivir una vida tranquila, la forma en la que me besó, la manera en al que tocó mi cuerpo…eso no hace alguien que no te tiene el mínimo aprecio, pero de nada me sirve intentar engañarme a mí misma, el rey de todo al final mostró su verdadera cara y yo fui quien perdió, me enamoré del villano y era de esperarse que me rompiera el corazón.
—¡Princesa! ¡el oso gris regresó! —gritó Beel quien corría a toda prisa hacia su ama y añadió risueña. —creo que quiere más comida.
—¿Dónde esta Emm? —preguntó Lía preocupada.
—Esta defendiendo su territorio y le gruñe con todas sus fuerzas.
—Vamos antes de que intente luchar con él otra vez.
Lía y Beel encontraron a Emm en posición de bestia (cuatro patas) gruñendo cara a cara con aquel enorme oso.
—Tranquilo Emm, recuerda que es inofensivo, ya es nuestro amigo, solo viene por comida, debe ser dificil cazar con tantos depredadores sueltos. —exclamó Lía tratando de calmar a Emm.
—Solo viene a que la acaricie y a presentarle a sus cachorros, usted apenas si come y ellos terminarán dejándola sin nada. —refunfuñó Emm quien parecía un gato furioso.
Lía se acercó a él y le besó la majilla, desarmándolo por completo.
—Ya hago mis tres comidas, además tu sabes que debemos compartir con los que menos tienen ¿recuerdas cual es nuestra misión en esta vida?
—Ayudar a los necesitados y defender a los oprimidos. —externó Emm entre pucheros, en realidad los demonios bélicos eran muy celosos con su ama y querían que su amor y sus caricias fueran solo para ellos.
—No sabía que podías hablar con los animales, me imagino que es por que ustedes se convierten en animales también, a partir de ahora, deja que ellos nos visiten cuando quieran ¿de acuerdo? —le ordenó Lía con voz suabe y Emm se hizo aun lado obediente a su palabra.
Lía se acercó a la madre osa y esta inclinó su cabeza para tocar la frente de Lía y la bruja la acarició.
—Así que eras hembra y acabas de tener a tus crías, me gustaría conocerlas.
La osa emitió un suabe gruñido llamando a sus crías y estas se asomaron entre los arboles con timidez y poco a poco se acercaron a ellos.
—¡tuviste tres! Son muy hermosos.
Lía les extendió la mano y las crías del oso gris la comenzaron a olfatear y una vez que agarraron confianza se abalanzaron sobre ella para jugar, esa hizo muy feliz a Lía y por un momento su tristeza se olvidó.
Lilith y Vinland habían salido a cazar para traerle algo de carne o pescado a Lía y lograron conseguir mucho pescado, pero estaban pasando el rato juntos, Lilith y Vinland habían empezado a salir en secreto, pero aun no le compartían la noticia a Lía, pues no sabían como hacerlo, pero aprovechaban el tiempo cada que salían juntos.
—Digámosle esta noche, así no tendremos que escondernos para demostrarnos afecto. —le insistió Vinland mientras le besaba el cuello.
—¿Qué se supone que le diga? Ella esta sufriendo por ese aberrante vampiro, creo que es egoísta ser feliz cuando ella está llorando. Lilith y Vinland estaban en su forma humana y estaban acorrucados sobre el pastizal amándose apasionadamente.
—Digámosle la verdad, que estamos enamorados, que no podemos vivir el uno sin el otro, que me vuelves loco y que gracias a ti he experimentado el verdadero amor, conociendo a nuestra ama, seguro se alegrará por nosotros.
—Esperemos un poco más, te prometo que cuando ella se encuentre mejor, será lo primero que le diga. —exclamó Lilith sin aliento.
—¿Y que vas a decirle? —le preguntó Vinland haciéndola sonrojar.
—Ya lo sabes…
—Dímelo otra vez mi hermosa loba blanca.
—Le diré que te amo.
Vinland y Lilith se besaron apasionadamente perdiendo la noción del tiempo, parecían una pareja de recién casados.
—¿Qué hacen? —les preguntó Beel haciéndolos brincar del susto y ambos se taparon con lo que pudieron.
—¡Beel! Que… ¿Qué haces aquí? —Lilith estaba tan avergonzada que no hallaba donde esconderse.
—¿Se están apareando? —les preguntó la pequeña con su inocencia al tope.
—¿Qué? ¡date la vuelta!
—Solo estábamos refrescándonos jeje, hace mucho calor aquí. —Exclamó Vinland apenado.
—¿Por qué Lilith gritaba? Parecía más que estaban luchando.
—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Emm esta contigo? —la interrogó Lilith mirando a todos lados.
—No, él esta con la princesa, acaba de irse una familia de osos y nos toca bañarnos, pero yo me escapé.
—Ok, hagamos un trato ¿sí? ¿eres buena guardando secretos?
—¿Que me darás a cambio?
—Pequeña bribona…escucha, si no le dices a la princesa que nos viste refrescándonos juntos, le diré que yo te bañaré y solo te lavaré la cara, que dices ¿nos guardas el secreto?
—Ok.
—Bien, espéranos por ahí, ya iremos contigo.
Lilith y Vinland se vistieron con rapidez y Bell insistió que ambos la tomaran de la mano para llegar a la cabaña, ella iba brincando y tarareando y Lilith la fulminaba con la mirada, cuando Lía salió a buscar a Beel y la vio con Lilith y Vinland se alegró de verlos de la mano.
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Editado: 11.03.2024