Capítulo 2: Un nuevo integrante en mi familia

No lo podía creer, me estaban esperando con un perro; sin embargo, a mi no me gustan los perros, esto se debe a que me atacó uno cuando era pequeño y desde entonces no volví a querer uno. 

Mamá me insistió en acariciarlo, pero mi orgullo pudo más y me fui corriendo. Al cerrar la puerta de mi habitación, no pude evitar pensar en que me parecía tierno que me mirara así.

Me la pase escuchando música toda la tarde, ya que no había tarea y estaba un poco estresado. 

Entonces, empecé a escuchar unos aullidos de tristeza, que vienen de ese animal pequeño. Estaba harto, porque no soporto los llantos de nadie, fue cuando intenté ver que era lo que lo estaba haciendo llorar y me di cuenta que quería entrar a mi cuarto. Lo saqué de ahí y fui a reclamarle a mamá, pero mi madre no estaba y papá tampoco; como estaba a muy alto volumen no me percaté de que se habían ido. 

El perrito siguió llorando, ya no sabía que hacer, así que por compasión decidí darle un poco de comida y agua. Era eso lo que quería, me sorprendió que comiera muy rápido, era glotón. 

Una vez que lo deje comiendo, me di la vuelta y empecé a ir a mi cuarto, hasta que me di cuenta que el estaba en mi pie y casi lo piso. El perrito me miró con una cara tierna y me dijo con la mirada cariñame, a leguas se nota que quería ser mi amigo. Decidí acariciarlo y entonces fue cuando me di cuenta que no todos los perritos eran malos, así que decidí agarrarlo y llevarlo a mi habitación. 

Al cabo de 15 minutos mi madre llegó junto con mi padre, nos pusimos a conversar acerca del perrito, les conté también que me comenzó a agradar. 

—¿que nombre vas a ponerle? 

—Aun no lo tengo claro, pero quisiera un nombre un tanto bonito. 

—decide rápido que le haremos un collar grabado. 

—¿Cuándo harán el collar? 

— A más tardar mañana. 

— Bueno denme ese tiempo por favor ¿si? 

—está bien pero no debe pasar de mañana. 

Terminando de cenar mi madre le preparo su cama y mientras yo le ayudaba, me contó la historia del porqué lo rescataron. 

"Resulta que habían muchos perros callejeros y las personas como no querían adoptarlos, los sacrificaban para que no sufrieran. Entonces tu padre en su trabajo, quería rescatar al más bonito que encontró y decidió traerlo, se que no te gustan mucho los animales, pero este perrito no tiene a donde ir y no sabes lo que me tranquilizó el que te estés llevando bien con él"

Mamá se levantó y lo trajo. 

—Además con esa carita, como no ser su amigo. Hijo te harás cargo de él, porque necesitas compañía y tener responsabilidades. Prometeme que lo cuidarás. 

—Prometido. 

Al día siguiente fui al colegio, un poco soñoliento, porque el perrito siguió llorando toda la noche y decidí llevarlo a mi cama para que se tranquilice, hasta que la orino. Llegando al colegio, me dirigí a la formación y Yeltsin ya estaba esperándome. 

—¿qué tal como estas?, lo dijo con su sonrisa de siempre. 

—Pues bien, supongo. 

—Dicen por ahí, que en tu antiguo colegio no lograste hacer algún amigo, ¿verdad? 

—pues no, ¿quién te contó? 

—es un don que tengo, se lo que una persona siente y déjame decirte mi querido amigo que acá no va a ser así, te haré de los chicos más populares y veras que hasta te consigo una cita con la chica que siempre miras. 

—buena suerte intentándolo, porque eso es un imposible. 

—Haya osea me retas, ¿así van a ser las cosas no? (Se comenzó a reír) 

Al empezar la formación, Danitza estaba justo a mi costado y vi que me estaba mirando. 

—Ehmm...¿Hola? 

—shhh..

—¿qué?

—Shhh.... Callate. 

—¿está bien?(fue la conversación más rara de mi vida, aunque lo entiendo, suelo olvidarme de las cosas y estábamos en formación, como me iba a contestar) 

Al terminar la formación, nos dirigimos a nuestros salones y al llegar el profesor, nos separó de nuestros compañeros, decía que era una estrategia de socialización. 

Entonces me tocó con Danitza, lo que me faltaba para que este día fuera malo. 

Ella me miraba de reojo al igual que yo a ella, hasta que decidió romper el hielo en la pausa del profesor. 

—¿Tu nombre? 

—ehmmm.... ¿Qué? 

—dije... Tu nombre. 

—Bryan Torres, y ¿el tuyo? 

—Danitza, aunque todos me dicen Kriss, excepto tu amigo, el me llama por mi nombre. 

No sabía que más decirle, porque no sabía que era lo que quería de ella, así que le pregunté lo siguiente:

—¿tienes perros? 

—Si, mi perrita Yareldine. ¿Tu? 

—Si pero recién lo adopte y no soy bueno con los nombres. 

—pues yo tampoco la verdad, porque solo le puse el nombre de mi personaje favorito de mi saga de libros que más me ha gustado, por lo menos hasta ahora. 

—mmm.... Entonces solo le puedo poner el nombre de mi personaje favorito de cualquier serie? 

—pues, si quieres. Siempre y cuando no sea un nombre feo. 

Al conversar, no nos habíamos dado cuenta de que el profesor estaba explicando y nos llamó la atención, callandonos al instante. 

Al terminar su clase y la del siguiente profesor, inició el recreo. Ella y yo no teníamos tema de conversación, así que decidí hacer caso omiso a mi curiosidad y me fui con Yeltsin. 

Al caminar, me estaba molestando con Danitza, ya que piensa que me gusta, así que decidí cambiarle de tema de conversación al ver un anuncio, en el que decía. 

"torneo de ajedrez escolar, sábado y domingo".

—¿Quieres entrar? 

—Me emociona la idea, es mi deporte favorito. (lo digo con una cara sonriente) 

—¿Te puedo hacer una pregunta? 

—Dime

—¿Cómo mantienes esa energía de siempre? 

—solo me olvido de mis problemas y ya listo sonrio. 

—pero nunca parece que se te acabe la energía. 

—eso se aparenta, la verdad es que estoy muy cansado. 

Le conté acerca de lo que me sucedió ayer y me contó lo siguiente:

"El nombre no es tan importante, pero si es especial, ya que es como lo recordarás el resto de tu vida. Es un animal, no entenderá si es bonito o feo, pero cada vez que lo llames el ira corriendo con alegría a cariñarte y debes tener mucho cuidado, ya que las personas también lo llamarán con ese nombre.