Capítulo 3: Mi nuevo hogar

—no me dejes por favor. 

—debo hacerlo, es lo mejor para los dos. 

—pero eres lo único que me queda.

—ahora tienes humanos, tendrás comida y un buen lugar para dormir, es lo mejor. 

Me separaron de mi hermana, ella no tenía nombre, porque en si los perros solo tenemos nombre cuando los humanos los ponen. 

Eramos cuatro cachorros, mi madre nos alimento y nos mantuvo hasta que se la llevaron los hombres violeta, ellos eran humanos con un traje violeta que te llevaban y nunca volvías. 

Nuestra hermana mayor se hizo cargo de nosotros y entonces tuvimos que ir de lugar en lugar, rogando comida. Las calles estaban llenas de jaurías y no había espacio en ningún lugar para los cuatro. Nuestro tercer hermano se enfermo y tuvimos que llorar su perdida, pero el siempre vivirá en nuestros corazones. 

Nuestra hermana mayor siempre veía por nosotros y lograba encontrar un lugar donde nos daban sobras, así sobrevivimos durante un poco de tiempo. Hasta que decidimos unirnos a una jauría, la búsqueda fue larga, pero nuestra hermana mayor logró encontrar una. 

Fuimos con emoción y alegría, pero un auto atropello a nuestro hermano menor, no pudimos ni llorar sobre el ni ver que sucedió, solo se oyó un ruido bien fuerte y un lamento de perrito, fue un fatídico día para nosotros, pero era inevitable que llegáramos a nuestro destino. 

Al llegar tuvimos que salir corriendo, ya que los humanos de morado se estaban llevando a toda la jauría, perro por perro, intentamos correr, pero fue inútil nos atraparon a mi  y a mi hermana. 

Pensé lo peor y estaba pensando que sería la última vez que la vería, así que decidí acurrucarme en su cabeza para que me tranquilizara. 

El lugar estaba lleno de jaulas y nos metieron cinco en cada jaula, separados por edades. 

Me tocó ver como los demás perros estaban lamentándose, hubo uno que se acercó a su jaula y nos explicó el lugar. 

"En este lugar sólo hay dos formas de salir, la primera por adopción y la segunda por sacrificio. El que lleve más de tres días acá, se irá por la segunda, suerte cachorros la necesitarán". 

Luego de unos días, unos humanos llegaron y nos llevaron a mi y a mi hermana, era bonito saber que no iba a ser sacrificado, pero la duda no se hacia esperar, ambos humanos nos llevaron fuera de la ciudad y nos separaron cuando llegaron a la casa del que no estaba conduciendo. 

Mi hermana y yo nos despedimos, nos miramos fijamente y con lágrimas en los ojos, nos dijimos adiós. 

Al llegar a la casa del humano que me adoptó, me entregaron a una señora y esta me comenzo a bañar. Se podía notar que me estaba preparando para alguien, ese alguien tocó la puerta y con una cosa azul en mi cabeza, me entregaron a quien seria mi dueño. 

Al inicio me decía con la mirada que no me quería, así que bueno decidí irme a la cocina a esperar, hasta que oí la siguiente conversación.

—sabia que no le gustaría

—dale tiempo, veras que lo quedra. 

—pero míralo es un cachorro muy hermoso. 

—por eso, se que olvidara sus diferencias con los perros. 

—ya se y si lo devuelves. 

—no, lo sacrificarían. Ya sé dejemoslos solos, de seguro no sabrá que nos habremos ido, verás que se llevarán bien cuando lleguemos.

Se fueron y nos dejaron solos, fue una experiencia un tanto solitaria, ya que no conocía nada del lugar y el estaba en su cuarto. 

Me dio hambre, decidí ir a reclamarle mi comida; soy un perro alfa aquí y debo actuar como tal, así que fui y le empecé a hacer aullidos para que me hiciera caso. Al llegar a su cuarto empecé a llorar para que me hiciera caso, no me oía, entonces más fuerte lo hacía, aún no me oía, entonces ¡Máxima potencia!, llore tan fuerte que salió de su cuarto. 

Le hice una carita tierna para que me hiciera caso, solo me cargo y quería irse, así que le acaricie con la cabeza para que me hiciera caso. 

Me dió lo que quería, así que ya me iba ir a la cocina cuando de repente me dieron ganas de acariciarlo otra vez. Era una sensación extraña, una sensación que nunca había sentido; cuando lo hice, pude entender el porque los perros somos cariñosos y leales a nuestros amos, es porque hacemos un contacto visual especial y hacemos una conexión con ellos, lo cual hace que los amemos con todo nuestro ser. 

Cuando me llevo a su cuarto, me prometí una cosa, "humano voy a ser tu amigo fiel" 

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"Queridos lectores, les agradezco todo su apoyo, es mi primer libro y recién estoy aprendiendo a llevar el ritmo de mis historias. 

Daré lo mejor de mi lo prometo, gracias por su atención"