Después de que Yeltsin se haya ido, tuvimos que pensar en nuevas estrategias para dar la noticia. Kriss ya se está rindiendo, nunca la había visto así, después de todo pasamos muchas cosas juntos durante estos meses.
Ahora me encuentro de camino a casa junto con Maylo, después de un largo día de clases. Mi vida se torna algo triste después de todo, ella si tiene salida a lo que va a suceder acá, pero para alguien de pocos recursos como yo, que casi nunca salió del pueblo, le resulta complicado convencer a sus familiares de que vayan a otro lugar.
Creo que solo me quedaré a observar como todo se derrumba a mi alrededor y como me entierro junto a mi familia en el horizonte. Según mis cálculos, el derrumbe ocurrirá a la semana siguiente.
Llegando a casa, me tiré a pensar en lo que había que hacer. Las horas pasaban conforme pasaba la noche. Solo podía pensar en qué hacer, tal vez me llamarían loco por considerar algo que sólo pasó por un extraño ritual.
Maylo se tiró conmigo, me miró fijamente diciéndome con la mirada que todo estaría bien. Cerré los ojos pensando en la duda en mi alma de que tal vez esto sería una broma del destino.
Pasaron los días y con ellos la semana se fué volando, pero nada pasaba en el día exacto.
Tal vez se hayan equivocado.
Tal vez me hayan engañado, pero no estoy extrañado por que sería el último día que podría pasar en este mundo.
Maylo salió de repente de casa, lo perseguí durante cuadras. Hasta llegar al bosque que está cerca a la ciudad.
No entendía por qué me había llevado aquí, pero al parecer debía estar aquí.
Nada me preparó para lo que vería a continuación, la montaña que estaba al costado de mi pueblo se desprendía, las rocas caían y con ello ví como todos salían huyendo del desastre.
Después de que la montaña de tierra cubriera la ciudad, solo podíamos oír nada.
Lo que antes eran gritos de dolor y sufrimiento, se transformó en el silencio aterrador.
Estaba preocupado por mi familia, pero me calmé al ver que Kriss los había llevado a este mismo lugar que yo.
—¿Cómo?
Pregunté, pensando en que era un milagro que les creyeran.
Kriss se acercó y me dijo al oído
— Les dije que hoy quería hacerte una sorpresa para traerlos aquí.
— ¿Cómo hiciste para que Maylo me trajera aquí?
— Es fácil, los perros pueden sentir los desastres naturales antes de que sucedan, sabía que tu le seguirías por mero instinto.
Editado: 31.10.2023