Mi amor de infancia - Bff#1

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Prayt:

-…en general… siempre lo veía de lejos siempre me dio miedo a que me rechazara, y aunque solo tenía 13 años, lo quería mucho, mi madre siempre me dijo que era muy pequeña para sentir amor… pero el amor no tiene ni tiempo ni edad, y solo me gustaba- paso mi mano por mi cabeza al escuchar cada una de las palabras que musita Nasha en su último video publicado en YouTube.

Y todavía no puedo creer todo el daño que le he hecho, me siento tan tonto al imaginarme como se sintió al verme, ¡Agh! Que estúpido, me siento fatal, no debí haberla ignorado nunca.

Y ahora con qué cara la voy a ver, ¿Ah? Con que cara, me siento horrible!!!

Tengo que arreglar esto de alguna forma, pero…

¿Cómo?

Me levanto de la cama para luego caminar de un lado a otro sobre la costosa y limpia Alfombra de piel de mi madre, que por alguna razón coloco en mi habitación.

Una manera de compensar mis acciones de os últimos diez años, puff… esta como difícil.

-¡Mamá!- grito y escucho que mi madre musita algunas palabras que no logro entender-¡¿Qué?!- grito al no poder escuchar.

-que vayas que no te escucha, tarado- me dice mi hermana desde la entrada de mi habitación y yo la fulmino con la mirada.

-Cállate, Bernadette- le digo y ella rueda sus ojos para luego desaparecer junto a su aura gótica de siempre, salgo de mi habitación para luego caminar hasta las escaleras y bajar cada uno de sus escalones dando saltos de dos en dos.

-¡Que maduro eres, Prayt!- grita Ber desde el piso de arriba y yo bufo para luego correr hasta la oficina de mi madre.

-¡Ah! Pry, ¿Qué me querías decir?- me pregunta mi madre y yo me enderezo en el mismo sitio.

-Eh… ¿me puedes ayudar en algo?-le pregunto y mi madre me responde con un “ujum” mientras teclea en su laptop, haciéndome sonreír, porque, por fin tiene tiempo para mí – ¿cómo hago para compensar mis acciones de hace diez años hacia una chica?- le pregunto y mi madre frunce el ceño.

-no te entiendo- me dice y yo paso mi mano por mi cabello.

-¿cómo hago para cambiar o compensar la forma en la que trate a una chica hace diez años?- Le pregunto de nuevo diciendo lentamente cada palabra y mi madre pone cara de que ahora si entendió.

-Emm… bueno, hijo, ¿le gustas?- me pregunta y yo asiento- Umm… bueno invítala a salir- en cuanto mi mamá termina de hablar y darme ideas, la cual fue una, yo sonrió y le agradezco para luego salir corriendo a mi habitación- ¡hijo! ¡¿Por qué no estás en clases?!- me pregunta y yo me detengo a mitad de camino.

-¡Emm… pues, el profesor se enfermó!- miento y escucho a mi mamá decir un “Está bien” respiro profundo para luego subir a mi habitación.

-Eres un mentiroso- me dice Bernadette al escuchar mis palabras.

-si pero… tu no vas a decir nada- le digo y ella bufa.

-si aja, ¿y qué otra cosa soñaste?- me pregunta con su sarcasmo de siempre y yo ruedo mis ojos para luego mirarla a los ojos.

-si le dices a mi mamá, yo le diré tu secreto- le digo y ella abre sus ojos como platos.

-eres un…

-¿un?- le pregunto y ella bufa para luego pasar por mi lado y chocar a propósito con mi hombro, ella piensa que yo no sé nada de ella, soy mayor, lo que ella está pasando yo ya lo pase, jum, solo tiene dieciséis yo tengo veinticinco.

Pobre Bernadette, ja… sé que está mal esto que estoy haciendo o bueno mi madre siempre me dijo que no me aprovechara de los secretos de los demás para esconder los míos, pero mi madre es muy… perfecta, y no le gustan, ni los secretos, ni las mentiras, ni los chantajes, ni un millón de cosas más…

Saco mi celular de mi bolsillo para luego marcar el número de Renny, coloco el altavoz para luego salir al patio trasero de la casa.

-Em… que paso… no puedo hablar…- escucho que Renny susurra al otro lado de la llamada.

-Ok, este… ¿y Nasha?- le pregunto para luego cerrar mis ojos por unos segundos.

-Está ocupada, ¿Qué quieres?- me pregunta con su tono ruso y yo frunzo el ceño al no entender que fue la última palabra que acaba de decir.

-¿Qué?- pregunto y escucho a Renny bufar.

-¿Qué quieres?- me pregunta de nuevo.                             

-Em… Necesito hablar con ella- le respondo para luego quitar el altavoz y colocar el celular en mi oído, no confío en que no allá nadie en el patio, Bernadette es muy chismosa.

-Está ocupada… yo después le digo que la estabas llamando- me dice y yo asiento pero luego recuerdo que no es una video llamada y le respondo con un “Ok” para luego colgar.

-Agh, estoy temblando- me digo a mi mismo al ver como mis manos tiemblan como gelatina.

-Como no vas a estar temblando- escucho una voz un tanto fúnebre que hace que un escalofrió recorra mi cuerpo, volteo a ver la puerta trasera de la casa pero no hay nadie, frunzo el ceño para luego voltear a ver hacia la ventana de la habitación de Bernadette, pero… no hay nadie, lo que hace que me comience a poner nervioso-¿A quién buscas?- escucho la tenebrosa voz de Bernadette detrás de mí, me volteo y lo primero que logro ver es a Ber, sentada en una rama del árbol de manzano que está en una esquina en el patio.

-Cómo es que… ¿tú no estabas dentro de la casa?- le pregunto y ella asiente sin expresión alguna- Eres muy rara Ber- le digo y ella se encoje de hombros para luego bajar del árbol.

-Búscate una novia- susurra con su ronca voz mientras pasa a mi lado, yo la fulmino con la mirada para luego suspirar y ver como se trepa por el árbol que está al lado de la ventana de su habitación, y entrar por ella.

A veces me da miedo.

-Y lo peor es… que no la odio- susurro para luego entrar a la casa.



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En el texto hay: humor, novela corta, romance

Editado: 26.07.2023

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