Carcajadas entre lágrimas

Observo a la señora de cincuenta y cinco años de pelo color rubio ceniza que analiza mi atuendo varias veces, ya no soy una niña a la que pueda moldear a su antojo así que opto por ignorarla y dirigirme hasta la estantería para poder colocar en su sitio el archivador que llevo en las manos, mi madre se aclara la garganta para llamar mi atención pero yo sigo haciendo mis cosas.

-Harper soy tu madre me debes respeto

Suelto una risa fría, ahora se acuerda de que es mi madre ayer solo era un acuerdo mas para ganar inversores, me froto las manos y jugueteo con el anillo que llevo en el dedo corazón.

-Ayer parecía mas un proyecto de la empresa que tu propia hija

Mi madre se levanta de la silla y viene hacia mi para encararme como tantas veces a hecho durante toda mi vida, siento como si hubiera vuelto a mi adolescencia y mi madre viniera a echarme un sermón por haber llegado cinco minutos mas tarde del toque de queda.

-Piensa en todo lo que a conseguido tu padre ¿estas segura de que quieres echarlo a perder?

Tal como suelta la bomba se da media vuelta y desaparece por el pasillo, Dorothy Harris sabe como dejar huella y si antes estaba hecha un mar de dudas ahora estoy hecha un océano entero, mi padre siempre a sido la persona mas importante de mi vida y se que si fracaso su empresa que tantos años tardo en construir se ira al garete pero por otro lado estoy yo una mujer de treinta años que tiene sueños y metas personales que no pidió estar al frente de una multinacional pero se ve obligada a mantener a su familia.

Noto que me empieza a faltar el aire, el despacho me da vueltas así que a duras penas consigo salir a la calle ni siquiera he cogido las llaves del coche así que llamo a un taxi para que me lleve al sitio donde solía llevarme mi nana Judy cuando necesitaba desconectar, me gustaría decir que alguno de mis padres me traía pero la verdad es que mamá siempre estaba en actos de sociedad y papá en su despacho.

El señor del taxi me deja en mi destino y me dedica una sonrisa de cortesía mientras cuenta los dolares que le tiendo, el hombre es bastante extraño así que agradezco que se marche rápido y no me de mas problemas, todos los neoyorquinos sabemos que aquí hay mucha gente como decirlo para que no suene mal, quizás la palabra exacta sea peculiar.

Me sumerjo por los caminos rodeados de jardines verdes que empiezan a tener matices marrones por la proximidad del otoño, observo el cielo despejado y casi me dan ganas de gritarle al mundo por hacer un día tan bonito cuando mi vida se esta destruyendo por completo preferiría mas que estuviera lloviendo a cantaros.

Perdida en mis pensamientos llego hasta la gran fuente de Central Park la cual esta repleta de parejas de diversas edades desde adolescentes que se meten mano hasta adorables ancianos que caminan agarrados del brazo, a mi en un futuro me gustaría poder pasear por mi sitio especial con el amor de mi vida y no con un marido interpuesto.

Mala idea venir a caminar con estos zapatos me están haciendo rozaduras en los talones así que me siento en un banco y me deshago de ellos, respiro profundamente el olor de las flores y cierro los ojos para poder relajarme e intentar pensar en otra cosa pero para mi suerte no dura mucho ya que noto una presión en el banco y muerta de vergüenza abro los ojos para recoger mis zapatos la sorpresa llega cuando a mi lado me encuentro sentado a Logan.

Lo analizo por completo veo que se a desecho de la americana de su traje y lleva la camiseta color celeste remangada y sacada del pantalón, su atuendo le hace parecer despreocupado casi no parece el ejecutivo que hace una hora me hablaba sobre porcentajes y presupuestos, espero que me sonría como suele hacer pero esta vez sus labios solo se curvan por un lado y me dedica una media sonrisa.

Veo como sus ojos se han apagado y están mas pálidos de lo normal, Logan es un hombre brillante que irradia seguridad y se hace ver pero ahora mismo parece consumido tanto como yo.

No me he parado a pensar que quizás el tampoco tenga claro este acuerdo solo pensé en mi pero un matrimonio es de dos, me siento fatal por haber sido tan egoísta y no haber pensado en que Logan también tiene sentimientos y seguro que el tampoco se veía casado de un día para el otro con una mujer que no veía desde los dieciocho años.

Lo escucho suspirar así que disimuladamente agarro mis zapatos para dejarle su espacio, cunado ya me he puesto los zapatos hago el amago de levantarme pero Logan me lo impide agarrando mi muñeca con su grande mano, quizás no sea tan grande pero al lado de mi mano todo parece mas grande todo gracias a mi metro sesenta y uno.

-Harper esto es un asco pero tenemos que pensar en nuestras familias

La imagen de mis hermanas me viene a la mente si dejo la empresa sus vidas cambiarían para mal ya que tendremos menos dineros y eso implica reducción de privilegios entre ellos su escuela privada la cual es la mejor de toda la ciudad, yo estudie en esa escuela gracias a los esfuerzos de mi padre y a la empresa, no puedo privarlas a ellas de tener la misma oportunidad que yo si no estudian terminaran como mamá casándose con un hombre que las mantenga y eso si que no lo voy a permitir.

-Lo haré

Casi me sobresalto al escuchar esas palabras ya que se escapan desde el fondo de mi pecho hasta mis labios sin que me de cuenta, me tiembla el cuerpo así que vuelvo a tomar asiento a lado de mi futuro marido, se que solo es actuar delante de la gente de sociedad pero aun así siento como si algo se instalara en mi corazón.

-Mini HH quiero que sepas que jamas pasara nada que tu no quieras que pase

Su comentario en vez de tranquilizarme solo hace que los bellos de los brazos  se me pongan de punta y que un sabor amargo se instale en mi garganta, miro al cielo y veo unas cuantas nubes grisáceas están empezando a tapar el sol así que cual lunática sacada de un manicomio empiezo a reírme a carcajadas las lágrimas se me saltan pero estas no acompañan a la risa estas llevan esperando para salir bastante tiempo.