Al incorporarme, en ese comportamiento tan demandante y frio que posee, sobre todos en el salon de clases. Llegue a la deducción de que cambia, si tiene a tantos alumnos sobre sus narices.
Esa dulce y cristalina sonrisa que deslumbra, se esfumo junto a la pequeña corriente de aire, dando lugar a una muy silenciosa. Esperó que todas las mañanas, no sean de este modo.
Tan secas e intimidantes.
Quizas se comporta así, para dar miedo e impresión.
Seguramente sea por apariencia, y luego al salir sera la misma mujer misteriosa, cargando en sus manos pinceles junto a un gran instrumento de apoyo. Me pregunto si pinta por hobby, o por que en verdad le apasiona esa vocación.
Esa linda imagen, que pulia e ilustraba serena y pasivamente sobre ese peculiar material de apoyo, resultaba significativa, guiaba el pincel de una manera curiosa, intentado descubrir cada trazo, de la gran obra semi pintada.
Como si pudiera pintar el cielo, con solo una pincelada. O el mismo sol que abunda en mi, con observar el gran potencial que posee con una señal, una mirada.
Creó que, me estoy convirtiendo en una adicta a sus atributos.
Cree poder intentar algún contacto visual con nosotros, mientras se pasea sobre cada fila dictando los puntos importantes, sobre la materia. Callando nuestros peros, temeraria nos obliga a copiarlos, sin soltar ningún tipo de queja.
El pulso de esta chica soñadora vuela, mientras posa lentamente las manos sobre el pupitre, se ubica justo allí a un lado, colocando su dedo índice en la cuadernola, repleta de dibujitos infantiles en los bordes.
Ya veo la dirección desde aquí.
—Cantero.
—¿Que sucede?—Respondo vacilante afrontando su orden de hacerle compañía a la nueva directora.
Tenerla a unos centímetros, no es conveniente, percibira como los nervios me carcomen. Debí dejar la hoja en limpió no rayarla de puras caritas, rosas, estrellas y corazones.
Esos labios tan hermosos se curvean dejándome ver una sonrisa pasajera, llena de risas. Posiblemente se este conteniendo en burlarse, su fragancia desde aqui se torna muy dulce, aun que no empalagosa.
—Lindos dibujitos.—Dice por lo bajó sin mostrar ningún tipo de emoción.—Pero no es lo que ordene.
—Dejeme explicarle vera yo...—Pienso como poder excusarme al intentarlo dispersa mis pensamientos olvidando el inconveniente.
—Ese punto no corresponde donde usted lo ubico.—Mira atentamente la hoja mientras me saca el lápiz de las manos.—Si no que va aquí.
Ese acto ligero, de correr su pelo indice hacia atrás, me lleva a prestar suma atención, sobre cierto cuello desnudo.
Tiene un tatuaje pulido y enmarcado con tinte negro, unas letras escritas en inglés, porta una caligrafía sumamente llamativa. Atrapó mi atención al instante, ya que el mensaje es profundo, conmovedor y original.
"We all have secrets"
—Todos tenemos secretos.—Susurró sin pensarlo mientras observo esas letras clavadas en su piel.
Se sobresalta y mira hacia los lados, percibiendo como nadie escucho, lo que mis labios inconscientes pronunciaron. De repente me observa, con un sumo nerviosismo.
Podria describir en este momento, como sus rasgos demuestran emociones, totalmente miedosas y fragiles.
Aunque, no logro entender por que.
Con un gesto demandante, me advierte que no comente nada, de lo que mis ojos antes acorralaban.
Detectó profundamente el mensaje, prometo en silencio no contrarle a nadie, quedara entre estas cuatro paredes. Se tranquiliza, respira con normalidad, sus uñas clavadas en el asiento, descienden hacia atras. Y ese mismo pelo que descubria un gran secreto, lo cubre otra vez.
Ciertos ojos marrones delicados y claros, dejaron de seguir a los mios, en un rápido parpadeo. El ruidoso sonido del timbre indica la finalización de la asignatura, todos abandonan sus lugares asignados con ruidage, descendiendo hacia afuera por el receso ya acordado.
Guardo sin ninguna prisa, intentado no desaprovechar ni el más minimo segundo, para verme reflejada en su mirada.
Se encarga de corregir unos papeles ubicados sobre la mesa, demostrando concentración, silencio, intento retirarme cautelosamente ya que no planeo estorbar.
En el mismo acto, una voz en forma de susurro dicta un gracias. Mientras sonríe desviando mi presencia, volviendo a sus labores nuevamente.
¿Gracias?
¿Tan malo es que lo allá descubierto?
Ella es todo un misterio.
Uno que voy a descubrir.
Decido acercarme, dispuesta a establecer una pequeña charla. La voz de Jazmín interrumpe, justo al intentar articular una mísera palabra.
Quiero hablarle, pero las circunstancias me impiden hacerlo.
—¿Aurora vienes?—Repite dudosa.
—Claro.—Digo frustrada al no tener la valentía suficiente para hablarle.
Me encaminó hacia la puerta, cerrando por detras, la observo por la ventana, precisamente esta da totalmente con aquel sitio.
Se dio cuenta, de la expectante atención que le otorgó. Amigable me despide con un simple saludo de mano, incluso a la distancia puedo ver sus hoyuelos, tan pequeños y adorables.
Ese lindo gesto, provoca una pequeña electricidad.
Algo que, no olvidare en mucho tiempo.
.
.
.
—¿Por cual club optaras este año?—Menciona mirando la cartelera de actividades.
—No lo se, no eh pensando en eso.
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Editado: 27.07.2020