Mi Boxeador

Capitulo 18

Pov: Zed

Luego de esperarla a la salida del colegio y que no saliera en mucho tiempo, decidí llamarla, ya que no me había contestado el mensaje que le mandé y quería saber dónde estaba. Al llamarla escuche que se encontraba en la calle y por lo que vi no me había hecho caso y había salido por alguna otra puerta del colegio, porque yo no la vi salir.

- ¿dónde estás? – pregunte.

- eso no te importa - contesto algo borde.

- no te muevas de dónde estás - dije cortando la llamada, ya que me imaginaba que seguro se encontraba en algunas de las calles que van hacia su casa.

Al llevar ya unas cuantas cuadras pude divisar a una chica con pantalones jeans y una campera grande y sin paraguas por lo que vi era Lía entonces prende el auto cerca de ella y dije de mal humor:

-sube - ella sólo me miro y siguió caminando, eso no me gustó, nadie me llevaba la contraria nunca.

-Lía, sube al maldito auto – gruñí, pero no me hizo caso

Así que, bajé y agarré su brazo para llevarla hacia el auto, ya que estaba lloviendo fuerte y no quería que se siguiera mojando, pero se soltó y al querer agarrarla de nuevo pude ver algo que me hizo ver rojo. Tenía un gran golpe en la mejilla y por el color que tenía era reciente.

- ¿qué m***** te sucedió en la cara Lía? ¿Quién te golpeó? - dije con los puños cerrados y mirando fijamente su rostro.

-ehh na..nada, me golpeé con un mueble en casa - dijo Lía tartamudeando, se notaba que estaba mintiendo.

-Lía por dios, se identificar los golpes, ahora dime ¿quién fue el imbécil que se atrevió a levantarte la mano? - gruñí tratando de tranquilizarme y respirando con más calma.

-Ya te dije que nadie, no dramatices, sólo es un golpe - dijo de nuevo tratando de convencerme, no entiendo a quien está queriendo proteger.

Así que ya cansado de que me vea la cara de idiota, le agarre de las piernas y la subí a mis hombros caminando hacia el auto.

- ¡BAJAME AHORA MISMO! - grito bastante fuerte pateando mi pecho, pero para mí solo eran como cosquillas, ya que no se comparaban con todos los que había recibido.

Al llegar, abrí la puerta y la coloqué en el asiento para luego cerrar su puerta.

-déjame salir Zed - dijo intentando abrir las puertas y golpeándolas ya que había puesto el seguro para niños, así no escaparía.

Di la vuelta el auto y subí en el lugar del piloto para luego arrancar en dirección a mi casa, ya que necesitaba saber quien la había golpeado y no la dejaría sola, sabiendo que alguien podría volverla a tocar y eso no lo permitiría. Ella era mía para protegerla, cuidar y amar; y eso haría.

En el camino solo hablamos unas cuantas palabras y luego estuvimos en un silencio algo incómodo que duro hasta que llegamos a mi casa.

Al llegar, bajé y le abrí la puerta para luego empezar a caminar hacia la entrada.

-vamos – dije.

- ¿porque me trajiste a tu casa? - pregunto, pero solo decidí no contestar ya que luego tendríamos tiempo de hablar. Primero tendría que solucionar lo de la ropa mojada y que mejor que un baño caliente.

Al entrar a la casa, empecé a subir las escaleras mirando de vez en cuando de reojo para ver que me seguía y no se había quedado atrás.

Ya arriba, me dirigí a mi habitación, entrando y yendo hacia el closet para buscarle a Lía algo de ropa, debido a que si seguía con la que traía puesta enfermaría.

-toma, allí está el baño, dúchate y luego baja - dije tendiéndole la ropa y saliendo de la habitación, para dirigirme a la de al lado y hacer los mismo; no sin antes mandarle un mensaje a Ryan para que me espere en el salón con alguno de los chicos.

Al terminar de ducharme, me vestí y bajé las escaleras hacia el salón, viendo ya ahí a mis hombres.

-chicos.

-señor, ¿nos mandó llamar? - pregunto uno de ellos

- si les tengo un encargo y quiero que lo averigüen lo antes posible, considérenlo de suma importancia – dije.

-por supuesto, ¿qué tenemos que hacer? - dijo Ryan.

-quiero que averigüen quien, como y porque" mi mujer" tiene un golpe en el rostro y también que alguien vigile su casa, por si por alguna razón esa persona aparece – dije.

Ellos solo me miraban sorprendidos y no sé por qué. En ese mismo momento Lía ingreso por las puertas y todos, incluyéndome nos giramos.

Lía estaba allí parada mirándome y mirando a mis hombres...Era una de las visiones más hermosas que he tenido.Se veía tan tierna con esa remera 3 talles más grande y los pantalones que por lo que veo además de grande, le quedaban largo. Amaba verla con mi ropa puesta.

-bueno eso es todo, largó de aquí - dije luego de ver como mis hombres la miraban muy sorprendidos y con sus ojos fijos en ella. Eso no me gustaba para nada, ella era mía y no tenían por qué estarla mirando.

Todos salieron de la sala y acercándome a ella dije:

-ven, siéntate. Tenemos que hablar.

Se sentó y yo para estar más cerca me senté frente a ella sobre una pequeña mesita rozando nuestras piernas por un momento para decirle.

-Te ves muy tierna con la ropa, te queda gigante - dije con una sonrisa de lado. Ella no contesto nada, pero se sonrojo bastante y por más que intentaba esconderse tras su cabello, igual la veía.

-mmm eh.

-no importa, ahora hablemos de lo que nos concierne ¿qué te paso en el rostro? - dije queriendo sonar suave, pero siendo directo a la vez.

-Ya te lo dije, me golpeé ayer con un mueble en mi habitación - dijo de nuevo mintiéndome en la cara, cosa que me estaba sacando de mis casillas.

-haber Lía, ya sé que no nos conocemos bien o bueno casi nada, pero puedes confiar en mí. Cuando te dije que eras mía, era verdad y eso me lleva a que yo te voy a cuidar y proteger de quien sea - dije de manera suave y tranquila, cosa que no hago hace muchos años (utilizar esa voz), pero lo estaba intentando.



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En el texto hay: boxeo ilegal, mafia rusa, mafioso

Editado: 11.07.2020

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