Pov Zed
Después de haber dejado a mi pequeña en el colegio y advertirle que no se separé de Eliel, me dirigí a uno de los almacenes ya que había que contabilizar y hacer el registro del cargamento que había llegado desde Rusia en el día de ayer.
Al llegar pude ver a varios de mis chicos bajando la mercancía y poniéndolo de forma ordenada en uno de los cubículos. En este lugar nadie entrada a excepción de mi gente ya que teníamos un trato bastante bueno con la policía local y el almacén se encontraba en permanente vigilancia para evitar hurtos de parte de imbéciles de otras bandas.
-Muchachos - dije a modo de saludo mientras me dirigía hacia el pequeño despacho que se encontraba al final del lugar.
-Bueno, ¿que tenemos por aquí? -pregunté al entrar y encontrarme al encargado de llevar todo al día junto con Ryan.
-Todo en excelente estado y de muy buena calidad- me respondió Ryan pasándome una lista de la cantidad que llego y tendiendo un poco de cocaína para que la apruebe y le dé el visto bueno.
-Si, tienes razón es de muy buena calidad y es lo que esperaba. Pagamos una gran cantidad por esto- dije sentándome y empezando a revisar la información de quiénes eran nuestros próximos clientes y a quién le debíamos entregar la misma lo antes posible.
(...)
Pasadas unas cuantas horas recibo una llamada de uno de los encargados del cuidado de mi mujer.
- ¿Qué pasó? -pregunté ni bien atendí.
- ¡Señor! - exclamo exaltado - ocurrió un problema con la señorita y la estamos escoltando hacia la mansión.
- ¿Cómo que un problema? ¿Qué ocurrió? -dije parándome de la silla y pasando la mano por mi cabello. Mierda, no la podía dejar sola un minuto que ya pasaba algo.
-Hubo un altercado en el baño con un joven que creo que es su ex. Se quiso sobrepasar con ella señor, pero ya está solucionado.
-Es que acaso no les dije que la cuiden en todo momento y que no se separen de ella. ¿Cómo sucedió esto entonces?
-Sí señor, pero fueron órdenes de la señorita y no pude no acatarlas. – respondió Eliel a modo de disculpas.
- ¡Las órdenes las doy yo ¡-dije gritándole al teléfono- llévenla directamente a la mansión ahora -gruñí cortando la llamada y agarrando mi chaqueta para dirigirme hacia la salida.
- ¿Qué ocurrió jefe? ¿preparo a los chicos? - interrogo Ryan mientras me siguió afuera.
-Nada, sólo un problema con un imbécil que se quiso pasar de listo con Lía.
- ¿Quiere que lo arregle yo señor?
-No, eso lo haré yo con mis propias manos y esta vez no saldrá con vida. - creo que ya tengo con quien practicar para mi próxima pelea.
Nadie toca lo que es mío.
(....)
Al llegar a la mansión me encontré con una escena que me hizo querer reír, pero no lo demostré. Varios de mis chicos estaban con pequeñas líneas de sangre por sus brazos y rostro y buscaban desesperadamente algo en el suelo que creo que ya sé que es.
- ¿Qué sucedió ahora? -pregunté mientras me sentaba en uno de los sillones para esperar a mi mujer queriendo comprobar con mis propios ojos que todo estaba bien con ella.
-Ah señor, el gato de la señorita se volvió a escapar y creemos que está escondido bajo uno de estos sillones.
-Pues búsquenlo rápido porque Lía no tarda en llegar y no quiero que uno estúpidos como ustedes arruinen la sorpresa, bastante que nos tardamos en encontrar al maldito gato.
-Si jefe.
(...)
Luego de estar aproximadamente media hora esperando en la sala, escuche el motor de la camioneta y rápidamente sali a su encuentro.ni bien freno la Ranger, abrí la puerta del coche y la saque en brazos mientras ella me miraba sorprendente. Al entrar a la mansión, la baje en la alfombra de la sala y me aleje un paso para revisar con mi mirada a Lía. Luego le sostuve su hermoso rostro entre mis grandes manos mientras que la miraba fijamente analizándola.
- ¿Estás bien? ¿Qué te hizo ese imbécil? -dije mientras me sentaba en el sillón mas cercano de nuevo y la colocaba en mis piernas.
- Nada, él solo eh- dijo mientras miraba hacia donde se encontraba Eliel, entrando con una expresión seria queriendo ocultar el miedo que yo le podía generar con solo una mirada. Él sabía que a mi no me gustaban los errores y menos si estos provocaban que otras personas importantes para mi surgieran lastimadas.
-Señor – dijo al llegar frente a mí.
- Eres un estúpido Eliel – dije de manera seca mientras lo miraba fijamente.
- ¡Cómo fue que permitiste que ese "hombre" se acercara tanto a Lía! – exclame levantando a Lía de mis piernas y acercándome de manera rápida para enfrentarlo.
- Espera Zed, él no tuvo la culpa – dijo mi pequeña frenándome y poniéndose delante de mí, como queriendo separarnos. Se veía tan tierna.
- No te matas en esto pequeña, esto es entre él y yo – respondí mientras la ponía a un lado.
- Pero, no pasó nada. – exclamo mirándome y colocando un puchero que casi me convence, pero no podía dejara pasar esto y que luego piensen que me volví un dominado por una niña de un metro cincuenta.
- Lía, ¿en verdad crees que no sé lo que sucedió en ese baño? Todo el colegio estaba hablando de eso y mi hombre me conto muy bien lo que paso y como quedo el imbécil ese. – dije apretando los puños contra mi remera queriendo contener mi ira.
- ¿Tienes a alguien más vigilándome? – pregunto ella alejándose de mi mientras me miraba con el ceño fruncido.
- Por supuesto, con todos los enemigos que tengo y que no dudarían ni un segundo en lastimarte. No te voy a dejar sin seguridad pequeña, nunca me perdonaría si algo te sucediera. – dije acercándome y dándole un casto beso en sus suaves labios.
- Luego hablaremos tu y yo – le dije a Eliel, mientras agarraba la mano de Lía y le dirigía hasta las escaleras.
-Vamos Lía ve a bañarte que te tengo una pequeña sorpresa.