Mi Boxeador

Capítulo 12

 

Pov: Zed

La verdad es que hay algo que no todos conocen o bueno sólo aquellos que están en el negocio lo saben; y es que además de las peleas y carreras ilegales, me dedico, mejor dicho, soy uno de los más reconocidos y temidos mafiosos que hay en el país y sus alrededores.

La verdad es que no me había gustado nada lo que me había respondido Lía cuando la tuve entre mis brazos, pero decidí que era mejor callarme y en otro momento hablar, ya que no quería empeorar las cosas y no me rendiría, eso era seguro porque ella es especial y seria mía sólo mía (eso sonó un poco posesivo, pero es que en verdad ella me gusta y es muy diferente a todas las chicas que conocí).

Cuando la estaba llevando a casa, recibí una llamada de mi mano derecha, Ryan, quien me dijo que tras ver las cámaras habían descubierto a uno de mis mejores hombres y más tiempo llevaba conmigo; había estado robándome, eso no me lo podía creer. Nadie que esté en su sano juicio se animaría a morder la mano que le da de comer y menos conociendo lo que hago con las personas que me traicionan. Estaba furioso y no me había dado cuenta de que estaba apretando con demasiada fuerza el volante. Espero que mi muñequita no se haya dado cuenta.

Antes de llegar hasta su casa, Lía le dijo que bajaría en ese mismo lugar, aunque yo sabía que su casa queda a unas cuadras más.

Antes que bajé me despedí no sin antes darle un pequeño beso en la comisura de sus labios; esos labios que me encantan, tan lindos y rosas, que me dan tantas ganas de morder, bueno creo que ya me fui para otro lado.

Después de que bajo y cerró la puerta, bajé la ventanilla y le dije que nos volveríamos a ver pronto, aunque ella me quiso decir algo, pero arranque el auto yendo hacia mi casa ya que tendría que arreglar algunos problemas que tienen nombre y apellido.

Al llegar a casa, bajé del auto, caminé hacia la entrada viendo que estaban la mayoría de los autos y motos de los chicos.

- Dime ¿cómo pasó esto? - dije entrando a la oficina.

- Señor (dijo pegando un pequeño saltito) lo descubrimos a través de las cámaras de seguridad intentando llevarse una gran cantidad de dinero y algunos kilos de drogas, al parecer ha estado robando desde hace mucho tiempo.

- ¡No puede ser! ¿Cómo es que ocurrió esto? y yo no me he enterado- dije ya enojado y medio gritando.

- ¿Quiénes estaban a cargo de cuidar y llevar la cuenta del dinero y la cantidad de drogas? - no podía creer que nadie se haya dado cuenta.

- Lo que estaban a cargo señor eran Shell y Peter (apodos) no los pudimos encontrar, al parecer escucharon a nuestros hombres hablando de un traidor y salieron corriendo como ratas - dijo Ryan.

- Y tengo la leve sospecha de que trabajan junto a Jacob (el que robo) – agrego.

-Encuéntrenlos y tráiganmelos, necesito conversar con ellos; ¿y ahora si donde lo tienen?

- Está en el sótano señor.

- Bien es hora de que yo arreglé cuentas con él. - dije con una sonrisa de lado, nadie me roba y sale bien parado. Además, tengo que averiguar a quien o en donde estuvo distribuyendo mi droga y quienes lo ayudaron.

Agarré mi hermoso estuche con pequeños cuchillos en color dorado los cuáles eran mis favoritos y mi arma para luego salir y dirigirme hacia el sótano el cual es uno de los lugares más seguros e insonorizado de toda la casa, o mejor dicho mansión.

Al bajar veo a Jacob amarrado en una silla y golpeado un poco pero no tanto como hubiera querido y con 5 de mis hombres a los lados mirándose las manos y bajando la cabeza en señal de respeto cuando entro al lugar.

-Señor - dijeron cuándo entre.

-Chicos.

- Pero mira que tenemos acá uno de mis mejores hombres, ohh ¿pero ¿qué ha pasado? - dije con sarcasmo.

-Perdón señor yo - quiso hablar más, pero lo corté.

- Shuu... a ver qué harías si un hombre al que le das toda tu confianza, la traiciona y decide morder la mano que le dio de comer y que lo salvó cuando nadie hubiera dado un solo centavo por él.

-Yo eh.

- Jacob, ¿qué haré contigo? – pregunte sacando mi estuche de cuchillos, sacando uno de los más cortos y pasándola por la palma de mi mano, mirando hacia la nada.

- Perdón por favor señor haré lo que usted pida por favor perdón.

- No crees que es demasiado tarde, estuviste robándome a mí, pero primero me tendrás que responder algunas preguntas - dije con una voz que a cualquiera le daría miedo, es más hasta mis hombres se reían de como temblaba el hombre.

- En primer lugar, me vas a decir a ¿quién estabas vendiendo la droga? o ¿quién te las compraba? porque seguro la vendías más barato, ¿no? Y al ser de tan buena calidad y saber de dónde venía; ¿te habrás llevado una buena cantidad no es así? - dije pasando mi cuchillo por su pecho presionando un poco y escuchando sus quejidos.



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En el texto hay: boxeo ilegal, mafia rusa, mafioso

Editado: 11.07.2020

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