–Lisa te puedes mover por favor. ¡Qué vamos a llegar tarde a clases!
–¡Ya voy!
Esperé como diez minutos
–Ya estoy, vámonos.
–¡Al fin! -suspire dramáticamente –pensé que nunca ibas a salir
~~♡~~
Díez minutos después estábamos entrando a la Uni. Ya todos estaban en sus respectivas aulas y a mi me tocaba ¡Estadística a primera!, con la señora Laurens. Siento que voy a morir, esa mujer es mala, por cada cosa que no le guste (como por ejemplo llegar tarde), nos manda a hacer trabajos sobre la clase.
Lisa y yo nos separamos en el pasillo, a ella le tocaba en otro salón.
Me detuve al frente del salón y toqué la puerta, la profesora la abrió casi al instante y me miró con cara enojada.
–Buenas, ¿puedo pasar?
–Señorita Smith, ¡llega tarde!
–Lo siento señora Laurens, no volverá a pasar
–Todos los días dices lo mismo –todos se empezaron a reír, que vergüenza –Para mañana quiero un trabajo de la clase y no me importa si no sabes de que va.
Asentí, ¡que grosera! ahora a demás de trabajar en la tarde tenía que hacer un trabajo para mañana, ¡genial!
Me pasé la clase entera pendiente al celular, mi novio no me había respondido a ninguno de los mil mensajes que le escribí. Ayer discutimos por una bobería, pero no sabía que se lo iba a tomar tan a pecho.
–Ya saben, hagan sus tareas y estudien para los exámenes.
Recogí mis cosas y salí del salón de clases. Vi a Lucas a unos metros de mí caminado apurado.
–¡Lucas!, espera
–¿Qué quieres Emma? –ni siquiera se detuvo a mirarme
–¿Por qué no me llamaste o enviaste algún mensaje? ¿Acaso no viste todos los que mandé? no sabes lo preocupada que estaba.
–Porque ayer discutimos por causa de tus celos –cerré los ojos –porque peleamos, o ya no te acuerdas.
–Pues claro que me acuerdo, pero no me gusta que esas arpías estén serca de ti.
–A ti no te gusta que tenga amigas Emma, no se porque, pero siempre estás a la defensiva -suspire, el tenía razón
–Lo siento, ¿si?, perdóname, no volverá a pasar
–Espero que no, porque ya me estoy cansando
Me alarme en seguida, el no me podía dejar, no él. Di un paso atrás.
–¿Me vas a dejar?
–¿Qué?, no –pareció un poco horrorizado
Suspire aliviada, me acerqué y lo abraze. Cuando nos separamos le dije:
–Te amo
–Te amo –en ese momento me quedé pasmada
–Espera ¿que dijiste? –le pregunté con una sonrisita embobada, ¿era cosa mía o había escuchado bien?
–Lo que oíste, no me hagas repetirlo
Empecé a dar saltos de felicidad. Algunos que andaban por allí se me quedaron mirando como si estuviera loca. En realidad si lo estaba, un poquito no más.
–Nunca me habías dicho qué me amas
–Y no te acostumbres, porque no lo vas a escuchar muy seguido
La verdad me decepcione un poco, pero me hice la que no escuche esa parte.
–Ten –sacó de su mochila una pequeña cajita en rosa, me la tendió
–¿Qué es? –la tomé en mis manos y la abrí, adentro había una cadena delgada de plata, con un dije muy pequeñito de un delfín -es preciosa.
–Ven, te la pongo –se puso detrás de mi y me coloco la cadena
–Gracias
Avanzamos por el pasillo, nos separamos, porque a Lucas le tocaba deporte, avancé hasta llegar al salón de Administración. Pasé y me sente en la última mesa, como siempre hacía. Poco a poco el salón se fue llenando, hasta que entro el profesor.
No estaba ni por la mitad de la clase y Lisa me mandó un mensaje
Lisa❤: ¡¡¡Ayuda!!!
Emma: ¡¿Qué pasó?!
Lisa❤: Hoy tengo una cita con un chico súper gruapo, (es tremendo morenazo) y mañana tengo que entregar un trabajo de Finanzas. Necesito, por favor, que me hagas ese trabajo para poder ir a la cita.
Emma: Me va a dar un ataque cuando me sigas asustando y respecto a lo del trabajo, ¡¡¡¿piensas que tus trabajos son míos o qué?!!! Arreglatelas.
Lisa❤: plis, plis, plis, por favor :(
Emma: ¡Hay! Esta bien.
Lisa❤: Gracias, te amoooo
Empece a sonreír, siempre me convencía y ella se aprovechaba de eso.
–Señorita Smith nos cuenta el chiste a ver si nosotros también nos reímos –en ese momento sentí como me estaba poniendo roja por la vergüenza –¿Cuál es el concepto del proceso administrativo?
–Eehh...mmm....–todos los que estaban en el salon, sin excepción de ninguno se empezaron a reír, era obvio que no sabía la respuesta. Me estaba poniendo rojisima ¡Porqué me tenía que pasar esto a mi!
–Señorita Smith tiene que prestar atención a la clase. Esto ya a pasado mucho y no se puede repetir. Me temo que voy a tener que llamar a sus padres.
Dejé de respirar en ese mismo momento en que mencionó a mis padres. Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante, no podía llorar, no delante de toda esta gente.
–Oh, perdón señorita Smith, no quise decir eso...–el profesor se trató de disculpar, pero ya no podía escucharlo.
Así que me puse de pie y eché a correr. Entré al baño y me encerré en uno de los cubículos, en ese instante me permití soltar las lágrimas. Era tanto el dolor que sentía en el pecho que lloré como una niña chiquita que necesitaba a sus padres y sí los necesito. Llevaba tiempo sin llorar, siempre intentaba apartar todo lo que tuviera que ver con ellos, pero no siempre se puede huir de la realidad.
Cuando salí me lavé la cara, tenía la cara roja y los ojos hinchados. Salí del cuarto de baño y me encontré con Bonnie
–Oye, ¿estás bien?, te vi correr por el pasi...
No la dejé terminar. La rodee con mis brazos y empecé a llorar de nuevo.
–Ssshhh, ssshhh, ya pasó, ya.
Me acarició el cabello, siempre me a dejado desahogarme y no me juzgaba, siempre esta ahí para mí. Bonnie es mi prima, bajita, pero es la típica chica peli roja que pasa por tu lado y no pasa desapercibida. Me separé de ella más tranquila.