En ese instante que estoy en la nada, abro los ojos, aún viendo borroso, puedo ver una mano viniendo a mi, intento destapar mis oídos y al poder lograrlo, escucho una voz masculina y grave, diciéndome "toma mi mano", "no hay nada de que tener, te encontré", con todas mis fuerzas me aferró a aquella mano.
Eras tú... Muchachito de dulce sonrisa, quién diría que volverías a mi vida, que me estabas buscando todo este tiempo.
Me pones enfrente tuyo, me secas y limpias con recuerdos, promesas y esperanzas, me alimentas con tus palabras que me proponen metas para un año nuevo, y me vistes con tus acciones.
Tú te terminás convirtiendo en mi nirvana, ahora estoy con fuerzas, ahora siento el libre albedrío en mí.