Mi deseo de navidad

Cumpleaños

Bueno, como les decía, este año va a hacer diferente, solo les diré que este año Nochevieja no la voy a ir a la casa de mis padres sola, solo es un pequeño adelanto, ¡Dios!, los siento es que no me cabe nada en la boca.

Pero ya nada de dar espóiler.

Bueno, una mañana de 1 de noviembre, si como escuchan, pero hagamos caso omiso a que se celebra ese día, como decía estamos celebrando el cumpleaños de mi queridísima madre, hoy estaba a sus 47 años.

Si como escuchan, pero no se vale juzgar, no, no, no es permitido, ya que esa historia de amor de adolescentes no me interesa contárselo, claro que mi mamá parece mi hermana y yo, he aquí con mis treinta años y ni un gato tengo.

Todo comenzó una bella mañana, que llovía a catarro claro que llovía (espero que entiendan el sarcasmo), y yo no me quería levantar de la cama, como era de costumbre cada vez que llovía, a mí se me pegaba la cobija, no sé, pero siempre terminaba dormida más de lo que yo esperaba, pero como les decía este año es diferente.

Y saben ¿por qué?, porque la vida se empeñó a ponerme una piedra cada 5 centímetros, como escuchan, y el día de esos acontecimientos empezaron el día que me levante, por el cumpleaños de mi madre.

Cuando iba a poner un pie fuera de la cama no me dijo y ¡PUM!, ¿Qué paso?, pues la niña como tenía unos hermanos bellos para hacer bromas me dejaron lleno de aceite el piso de mi habitación.

El punto que mis nachas, si sintieron el golpe que me di, las siento como cuando a uno lo nalguean por treparse a un árbol y caer, bueno cuando tu mamá te agarraba con la chancla, así siento.

Pero sé que esos engendros me las van a pagar, si tuviéramos 7 años estuviera quejándome, pero Rick y Ramón me las van a pagar.

Se fijan como les digo, ya les presente a mis hermanos, sé que si mi madre querida se entera me dará con la chancla voladora, mi nombre es Isabella Guardado, y esta es mi pequeña historia, donde mi deseo de Navidad se hizo realidad.

—Buenos días, Familia —. Digo al entrar a la cocina de la casa de mi madre y padre, por supuesto.

Yo tengo mi propio espacio, pero cada vez que la familia se reúne, soy yo la primera en venir, para que nadie ocupe mi habitación en esta casa.

—Buenos días— contestan todos al mismo tiempo.

—Feliz cumpleaños, mamita querida, espero que papá Dios, te dé muchos años de vida, sabes que te necesito siempre. — La abrazo por detrás, porque si ella está atareada asiendo sus cosas en la cocina.

— Gracias mi vida. — Dice abrazándome.

En eso se percata que sigo en pijama, arruga, en entrecejo.

¡Dios me libre!, no termino de hacer mi plegaria, cuando siento como un trapo va a estrellarse a mi trasero.

—¿Cómo te lo tengo que decir?, dime, que para desayunar tiene que venir ya cambiada, tú no aprendes niña malcriada. — dice, me mira y arruga en entrecejo. Veo como se pone la mano en la cadera— vamos que esperas.

No ha terminado de decir, cuando salgo de la cocina como alma que la lleva un diablo, ja, ja, ja.

Y adivinen quién volvió a tropezar con la broma, si su amada Guardo, la miss más inteligente del planeta.

Bueno, bueno, como les decía mi trasero duele al levantarme, pero vamos a adelantarnos, cuando me bañe, me cambie, baje a comer, y todos se reían como mi mamá me trataba, vayamos donde está el chisme, aja que también sé que les gusta y mucho.

Bueno y como era de esperar empezaron a llegar hasta la bisabuela, claro si estuviera vida, aquí ni trajeron a los perros porque no pudieron, toda, toda la familia de mi mamá estaba presente.

Y como no hay que esperar, mi Tías junto a mi madre se estaban poniendo al día.

Y como la mala suerte me persigue, saben quién estaba ahí cuando mi Tía Juana empezó a contarle a mi mamá que a mi prima Beatriz ya sonaban campanas, y si eran campanas de boda.

— Como les digo, el novio de Beatriz ya le propuso matrimonio y ya están viendo todo respecto a la boda, y Tu Guadalupe, ¿cuándo vamos a conocerle un novio a nuestra queridísima Isa?— ¡Ay!, ya comenzaron.

—No lo sé Juana, la verdad creo que ella se va a quedar a vestir santos. — vaya, no espera que mi madre tuviera tan pocas esperanzas.

—No se preocupe por mi Tía, tal vez este año antes de que termine nos traiga más sorpresas de lo que espera. — le digo para ver que responde.

—Espero que sea un novio para ti o tal vez un prometido. — Dice con su legua afilada.

—Juana, cada quien maneja su vida como quiere, deja a Isa en paz. — dice mi Tía Clemente.

—Cleme, no la consientas, ella ya tiene treinta años y ni un novio le ha conocido. — si supieras tía Juana, todos los bombones qué me he comido, se te caería las babas.

—El día que presente a alguien es porque voy en serio con esa persona y no voy a estar cambiando de novio como cambiar de calzón Tía Juanita. — y le digo Juanita porque no le gusta.

Veo como se pone de colores.

—Hagamos un trato queridísima sobrina, a que no traes a ningún hombre para Nochebuena.— Dice y a mí que no me gustan los retos.

— Si lo traigo que ganó y si tú ganas que pierdo yo. — Digo sin pensarlo.

—Si yo gano, tú, aceptas que te quedaras solterona ese día. — dice.

— claro, pero si yo gano, no vas a tener derecho a decirle a nadie más que se le va a quedar el tren ni anda por el estilo. — digo.

Veo como hace mala cara.

—¿trato hecho? — Digo extendiendo mi mano, ya que me había sentado a la par de mi mamá y al frente de mi tía Juana.

—Trato hecho. — dice tomando mi mano.



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En el texto hay: relatos cortos, humor amor

Editado: 01.01.2024

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