Mi Destino, tu Corazón

Capítulo SEIS

Una vez que me dejan en el hotel, voy directo a la habitación. Odio sentirme frustrado cuando me interesa una persona pero esa misma ya está tomada. Pero sonrío cuando recuerdo su expresión en en rostro al verme, me reconoció. Sólo que esa sensación que me produce pensar en Britt desaparece al no poder aprovechar la única oportunidad que tenía en mis manos para invitarla a salir. Te gusta jugar con mis sentimientos, ¿No? Me río de mí mismo, por pensar de que alguien quiera verme desgraciado. ¿Quién me querría por como soy? Buscando en las mujeres que ha pasado por mi vida ese amor que mi familia se ha negado a darme durante toda mi puta vida y del que ahora debo mantenerlos... ¿Por qué? Porque, según ellos, debo retribuirles lo que ellos me dieron. ¡Y no me dieron nada! Solo lo hago porque me amenazan con que me van a dejar mal delante del público. Si, esos son mis padres.

Decido por darme un baño y calmar un poco el nido que se formó en mi cabeza. Britt es la única que ocupa mente... Britt Montanes, suena tan bien dentro de mi cabeza y no quiero imaginarme como será llamarla por su nombre. ¡Me niego a aceptar que ella está comprometida! ¿Cómo es que...? La misma Britt Montanes fue quien me besó, y yo ni siquiera sabía que era ella. ¡Ni mucho menos que está comprometida! Necesito quitarme la duda que empieza a rondar por mi mente.

Salgo del baño con el toallón cubriendo la cintura, y doy pasos hacia mi laptop y la enciendo, no aguanto más sacarme esa duda. Al menos debo tener una oportunidad de conocerla y, tal vez, si se puede sacar provecho de los sentimientos... Al menos, hacerme la ilusión de que por fin estar con una mujer que me quiera como soy. ¡En ningún momento me reconoció! Pero si Yvonne sabe de mi persona, no habrá tardado en llegar la información a ella y en boca de su propia amiga. Pero el mundo se derrumba a mis pies al ver la primera noticia que aparece entre el buscador de google.

La flamante incorporación de Tokaj FGY Britt Montanes y el joven estrella de Hamburg Stars Phillip Schnitzler... ¡Comprometidos!

Entonces, no hace mucho que lo hicieron. Lo que más me llama la atención es lo que sigue después del encabezado. 

La gran exponente de la selección femenina de handball noruega y el joven estrella de Hamburgo de Alemania dieron a conocer la noticia en el día de ayer a través de sus cuentas de redes sociales. Para estos jóvenes enamorados la edad no les vale nada, el amor ante todo.

Debajo de esa corta nota, hay una imagen de Britt y el suertudo desgraciado besándose. Ella parece estar con la vestimenta deportiva de su anterior equipo... Habrá sido su último partido en París, antes de partir hacia aquí. Ese anillo que decoraba su mano izquierda, el tan famoso anillo de compromiso. Mis manos se transforman en puños y chocan contra el escritorio y la laptop cae sobre la silla giratoria. Si estaría en razonamiento, tomaría la misma para acomodarlo en su lugar. En cambio, lo fulmino con la mirada, como si tuviera la culpa de darme la desagradable noticia de la mujer de mis sueños está con otro. Al final, lo dejo en su lugar y me coloco el pijama mientras pido servicio a la habitación.

Una vez que tocan la puerta, me pongo de pie y camino hacia la puerta. Cuando la abro, una mujer de cabello rubio y unos ojos celestes casi transparente hace que vuelva mis pensamientos hacia Britt y esa mirada que se ha cruzado con la mía en esas pocas ocasiones. Estoy volviéndome loco...

- ¿Señor Zivkovic?- la voz de la mujer me quita de mi ensoñación y parpadeo un par de veces hasta que la observo avergonzado- Aquí tiene su orden.- siento como su mirada se concentra en mis bíceps y frunzo el ceño.

- Claro, pasa.- le doy paso y ella entra, dejando el carro a un lado del juego de sillones- ¡Espera!- le grito cuando se retira y busco mi cartera- Gracias.- le tiendo unos billetes y sus dedos rozan los míos al tomar el dinero.

Alejo rápido mi mano y la invito a retirarse. Antes de que cierre la puerta en sus narices, aprovecha su momento de escanearme de pie a cabeza. Se despide con un asentamiento de cabeza, cerrando la puerta en su cara y decido ahogar mis penas en comida. Aunque desearía ahogarme en alcohol, solo que me repugna ver una botella de vino delante de mí. Mi padre siempre fue un adicto al alcohol y trato de no caer por ese lado. Dejo a un lado la laptop para reemplazarlo en su lugar la cena. Lo observo con entendimiento... Es la misma mujer disfrazada de payasa, la misma que me besó, la misma que descubrí que llevaba un anillo de compromiso mientras entrenaba y es la misma que me tiene en las nubes. Britt Montanes está totalmente fuera de alcance, inalcanzable e imposible.

 

Abro los ojos al oír que golpean la puerta. Observo a mi alrededor para ver que aún no ha amanecido. Apoyo los pies en el suelo cuando la puerta es golpeada de nuevo. Camino hacia la misma, maldiciendo por dentro, es bastante frustrante que no me dejen descansar y rato más. Al abrir, me encuentro con Hannah y el pequeño Lex en sus brazos.

- ¿Qué ocurre contigo?- es lo primero que me dice y me empuja a un lado para entrar- ¿Estás demente? ¡Como se te ocurre llamarme a altas horas de la noche!- frunzo el ceño sorprendido. ¿Llamar a Hannah?

- Yo no te llamé.- en realidad, no lo recuerdo- Te lo voy a demostrar que estás muy equivocada.- corro hacia el escritorio y tomo mi teléfono- Yo no...- pero las palabras quedan en el aire al ver que si la llamé, ¡A las tres de la mañana!- No recuerdo haberte llamado...- suspiro con la frustración invadiéndome y mis manos tiran del cabello.



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En el texto hay: amigos, amor, deporte

Editado: 31.12.2018

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