Mi destino, tu corazón (extras)

Mes 3

Observo el patio, las montañas y a Marko con la podadora de césped. No dejo de observar su trasero y algo dentro de mí se enciende... Mi mente pensando miles de cosas que pueden hacer mis manos con ellos. Me encantaría decir que una vez que dejó de jugar se recibió de ama de casa, pero no fue eso lo que pasó. Una de las habitaciones de la planta baja instaló su propio gimnasio, más para mí que para mantenerse en forma. Solo hay algo que cambió en él, ya no tiene ese abdomen plano y con las hormonas del embarazo no me ayuda en nada.

Cada año que pasa, es difícil ignorar que es el hombre deseable para cualquier mujer. Si antes lo hacían por no ser un rostro bonito, ahora la tienen complicada al ser un hombre ocupado... Y es solo mío. El cambio rotundo de apariencia lo llevó a comenzar una nueva carrera, el de ser modelo publicitario. En tan poco tiempo es el hombre más solicitado para todo tipo de campañas, ya no lo tildan por ser "pareja de" y eso en un principio lo tenía frustrado. Aquí le llevó tiempo hacerse valer su carrera de jugador, pero quedó en la historia por ser gran responsable de llevar a Miskolc a jugar su primer torneo internacional y retirarse con todos los honores. Cuando de aspecto físico se trata, en mi caso, su barba bien cuidada y el vello de su pecho me vuelve loca. Eso se debe a que mis parejas anteriores fueron de los que se preocupaban demasiado por sus apariencias, cuando a mí me encantan los que no se observan al espejo para verse bien.

Pero gran parte de esa historia quedó atrás, ahora trabaja cuando lo necesitan y pasa la mayor parte del tiempo a mi lado. No se quiere perder nada del transcurso del embarazo, lo cual es todo un meloso a la hora de complacer mis antojos y para otras cosas que no valen la pena mencionar... Saben a lo que me refiero.

Salgo al patio con una idea en mente, la idea. Sí hay algo que no me privo, es de tocar el manjar que tengo de novio y padre de mi hijo. Y sí... Estoy detrás de él y mis manos aprietan ese trasero redondo y completamente mío.

- ¡Britt!- levanto la vista para observar esa mirada lujuriosa que me devuelve y mi abdomen se contrae... Y no exactamente por el niño- No aprendes más, ¿Eh?- sus manos acarician el no tan notorio vientre y besa mi frente.

- Las hormonas, ellas tienen la culpa.- me encojo de hombros y mis brazos rodean su nuca- Tampoco desaprovecho la oportunidad de tener a mi hombre en casa y no hacer nada con él.- me sonríe y une nuestros labios.

- ¿Qué te parece si preparas el almuerzo mientras me encargo de la limpieza del patio?- asiento robándole un beso y camino hacia adentro de nuevo, pero me giro hacia él de nuevo y esa sonrisa suya no desaparece.

- Solo deseo el postre, pero tengo otro estómago que alimentar.- veo como su pecho se mueve frenético... Sí que sabe a lo que me refiero.

Llegamos a la clínica y la obstetra ya nos espera. Hacemos la misma rutina de las consultas y yo estoy ansiosa por saber si será niño o niña, pero todavía faltan unos meses para hacerse ver. Tampoco faltó esos nervios en Marko, como así también la mirada intimidante de la doctora... Sí, todavía no me acostumbro a eso. Una vez que nos despedimos, damos una vuelta por la ciudad, y de paso hacer las compras. Las personas se acostumbraron a cruzarse con nosotros, pero siempre hay uno que pide una foto o un autógrafo.

- ¿Cómo te sientes?- Marko me pregunta al verme perdida en mis pensamientos. Mis ojos se encuentran con los suyos marrones y preocupados- Extrañas, ¿No?- parpadeo un par de veces y trato de saber a lo que se refiere- Jugar, ¿Extrañas jugar?- me pregunta al ver que no lo entendía y frunzo el ceño para pensar en que responderle.

- La verdad es que me encanta esta vida, puede que extrañe un poco pero no lo cambiaría por nada.- suspiro y mis ojos se pierden en algún punto de la pared- No me quejo, soy feliz con este presente. Tú, mi hermana, tu familia, nuestros amigos...- lo observo y siento como pican mis ojos- Si me dices que seamos una verdadera familia no lo dudaré un segundo, no me importa cuando en realidad quiero tener a mi bebe y no un balón en mis manos.

- Delante de mí está tu felicidad, no soy nadie para impedir algo que quieras. Te amo y haría lo que sea por tí.- acaricia mis mejillas y pega su frente a la mía- Soy feliz con lo que elijas, te apoyaré en lo que decidas.- escucho que suelta un largo suspiro.

Acomodo mi cabeza en su hombro mientras sus brazos me rodean, sintiéndome protegida. Acaricia mi vientre y no puedo evitar sonreír ante la corriente que invade mi cuerpo por el simple contacto. Ese aroma amaderado inunda mis fosas nasales y me pierdo en los recuerdos... El primer encuentro en esa clínica en Cerkno, esa lesión que lo margino casi medio año. Cuando fue al juego y me reconoció, por más que llevaba un disfraz de payaso. No pude quitármelo de la mente por más que intentara, fue el único hombre por el que mi corazón latía desbocado... Ese amor platónico de una niña de 12 años de Oslo y que ese amor con el tiempo lo tienes a su lado. El destino puede sorprender muchas veces, y conmigo si que me sorprendió.

MES 4️⃣ ⏩

 



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En el texto hay: amor, admiracion, handball

Editado: 29.05.2020

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