Capítulo 16: Shock (401)

—¿Qué acabas de decir? —de alguna manera, en cuanto mi mente comprendió el significado de esas palabras, fue como si a penas hubiera tomado medio trago de alcohol. Mi mente se reconectó de repente.

—Yo, yo correspondo tus sentimientos —habló levantando su mirada hacia mí, recién tras terminar de hablar notó mi cambio de mirada—. Demonios.

Se levantó para escaparse. Quise seguirla pero me costaba caminar, aunque mi conciencia había vuelto me seguía sintiendo algo mareada.

La seguí, Estela acababa de revelarme que era correspondida, no podía dejarla escapar ahora, no podía.

Llegué a la salida del local de la fiesta y la vi intentando detener algún auto, corrí hasta ella y me lance para hacerla caer.

—¿Por qué huyes?

—Es tu, es tu culpa, tu no debías saberlo, tu no debes saberlo, ¡se suponía que estabas borracha!

—¡Como esperabas que reaccionara!

—Esperaba que te burlaras, que creyeras que estaba bromeando o algo así. —me respondió intentado separarme de ella.

—Eres un cobarde —finalmente declaré soltándola y moviéndome para estar simplemente sentada sobre ella—. Una decepción. —levanté mi manos y le golpeé en los pechos. Dio un grito de dolor.

—Eso duele. —se quejó. Cerré mis ojos para hablar.

—En mi niñez cuándo pensaba en mi primo, creía que era un niño valiente, alguien que no le temía a nada. Tú… eres exactamente lo opuesto a lo que esperaba —abrí mis ojos para verla bien—. Eres una niña estúpida y cobarde.

—Yo no soy… —quiso interrumpir tras que escuchó aquella última palabra pero yo no había terminado.

—Pero que más podía esperar de alguien que se cambio el nombre y se implantó pechos, por miedo a que supieran que se travestía.

—¿Ahora a que viene esto?

—¡A qué eres una nena cobarde que no acepta sus malditos sentimientos idiota! —dejo fluir un suspiro.

—Somos primos Emilia, y no solo primos cualquiera, somos dobles primos, es como si fuéramos hermanos.

—No somos hermanos, Estela, no lo somos —le grité molesta—. Y no es un delito tener sentimientos por un primo o prima.

—Pero tener una relación…

—Tener un noviazgo no significa que nos vayamos a casar —le reclamé pero involuntariamente añadí justo después—. Aunque no me molestaría que algún día pasara —al darme cuenta que lo dije en voz alta me tapé la boca con las manos.

Rogaba no haberlo a arruinado todo con esa última oración.