Capitulo 4
__Por favor Joven es mejor que se vaya si alguien mas lo ve por aquí, meterá en serios problemas a Marina, además ella está dormida por favor —me toma del brazo y me lleva con ella hacia la salida de esa enorme casa—Mire espere un minuto ahora vuelvo.
Ella se va mientras que de mi parte yo sigo observando esa foto, si la misma que ahí en este celular.
Después de eso veo como un coche se estaciona a un costado mío, sigo viendo eso hasta que la Nana de Marina sale y me da un ramo de flores, las cuales son las mismas que le compre a mi madre y que por accidente terminaron en la basura.
—Marina anhelaba poder darle estas flores como compensación de lo sucedido en el centro comercial —de pronto ella mira hacia el coche que esta estacionado para luego empujarme hacia mi coche—Por favor Joven váyase ahora mismo. Los señores han llegado y si lo ven aquí a Marina no le ira bien—termina de decir para después irse hacia esa señora y señor elegantes.
Así que ellos son los padres de Marina, me digo a mi mismo en tanto entro al coche y desde ahí observo a detalle su comportamiento.
Y si, ellos dos son muy especiales tanto que sus empleados parecen incomodos con su presencia.
Noto como el chofer viene hacia mí, rayos digo mientras acomodo esas flores detrás del asiento.
—Si es de la prensa es mejor que se retire los señores vienen cansados —termina de decir y se va.
Bueno menos mal que pensó que era de la prensa, y aunque por esta ocasión me he salvado no quiero meter en problemas a esa chica y aunque ahora me retire hare lo posible por volverla a ver ya que necesito conocerla.
Narra Marina…
Después de tomar una siesta, recién he despertado digo no hay nada más que hacer en esta enorme casa llena de guaruras y de empleados y aunque estoy agradecida por su labor sé que hasta ellos tienen una propia vida.
Estoy tan hastiada de estar encerrada y de no vivir mi vida como yo quiero, si tan solo ocurriera un milagro.
De pronto a lo lejos se escucha muchos murmullos en el pasillo seguido de eso escucho como se abre la puerta de mi recamara.
Escucho unos tacones caminar hacia mi hasta que siento unas manos sobre las mías, claro esa es mi prima Amalia, lo sé por su aroma.
—Hola prima ¿Qué haces? Bueno no debes hacer nada más que aburrirte, sin embargo no te queda de otra, digo la vida es muy peligrosa a fuera es mejor que te la pases durmiendo total mis tíos te dan todo lo que quieres.
Sé que Amalia es buena persona solo que a veces siento que sus comentarios son muy hirientes.
—Debes ser muy afortunada de que tú no te aburras, y…
Estoy a punto de terminar mi oración hasta que escucho como entran nuevamente a mi recamara.
—Señorita Marina— menciona una de las empleadas quien deja algo a mi lado—La señora manda algunos obsequios —menciona y después se va.
Suelto las manos de Amalia para luego extender mis manos y tocar lo que son muchas bolsas.
—Ay prima yo te ayudo, eres muy lentita —me quita la bolsa de las manos—Es un vestido hermoso —menciona en tanto escucho como camina hacia mi tocador.
Como dije tal vez no se andar en la calle y hasta puedo perderme en mi propio jardín pero mi recamara la conozco perfectamente por eso mismo es que sé hacia donde se dirige.
— ¿Puedo tocarlo? —pestañeo un par de veces.
—Claro que puedes verlo, perdón tocarlo, pero antes espera un poco—se mete a mi baño.
Minutos después…
Escucho como sale del baño y se dirige hacia mí.
—Anda tócalo—toma mi mano y la pone en el vestido el cual está puesto en ella.
—Genial te lo pusiste—sonrio.
—Claro prima sería un desperdicio que fuera tuyo ya que no podrás lucirlo, digo ni siquiera te dejan salir así que porque tomas en cuenta la posibilidad de que me lo regales—toma mis manos.
—Por mí no habría problema si fuera que yo misma lo hubiera comprado pero mi madre es quien me lo regalo asì que…
—Bueno pero al menos ¿Me lo podrías prestar? —Insiste —Hoy conocí un chico muy guapo asì que pretendo en invitarlo a salir, anda prima ayúdame ¿Si?
—Está bien te lo presto pero que mi madre no lo sepa. Y dime ¿Dónde conociste a ese chico?
Ella suelta mis manos y se pone de pie.
—Lo conocí en una cafetería, es muy guapo y elegante.
— ¿Y cómo se llama? —pregunto en tanto sonrio.
—Daniel, asì se llama, es guapísimo—ella suena entusiasmada.
—Me alegro por ti prima —sigo sonriendo hasta que escucho como la voz de mi padre se escucha más cerca. —Deberías ir a cambiarte si quieres que te preste ese vestido, mi padre viene.
— ¿Cómo es que lo sabes?
—Recuerda que soy ciega asì que mis sentidos se han desarrollado más.
Enseguida de eso, mi padre toca a la puerta y después entra.
—Hola hija, solo paso a saludarte e irme, tengo mucho trabajo acumulado en la empresa—ese es mi padre quien me da un beso en la frente y despuès se va.
Editado: 22.02.2024