"Mi Dulce Amor"

"Sentirme Libre"

Capítulo 5

 

Dos horas más tarde…

Narra Daniel...

 

Me encuentro en la oficina, sinceramente no puedo concentrarme en el trabajo por eso es que ahora estoy justamente pensando en lo mismo al mismo tiempo que mantengo mi dedo índice pegado a mis labios.

 

— ¿Daniel? Hola ¿Amigo? Ey ¿Estas bien? —me hace una seña con la mano.

 

 

De pronto la voz de mi mejor amigo me saca de mis pensamientos tan profundos.

 

 

 

—Si estoy bien, estaba pensando.

 

 

— ¿Pues qué pensabas? Digo estabas con una mirada profunda. Era como si pensabas en alguien porque en algo no creo.

 

 

 

La verdad es que desde que vi a esa chica mi mente no ha parado de pensar en ella, es como si hubiera despertado un interés por saber de ella.

 

 

 

—En nadie son cosas de trabajo—trato de ocultar la verdad.

 

 

 

 

—Vamos Daniel te conozco desde hace años y se cuándo mientes asì que por favor dime la verdad—él toma asiento

 

 

 

 

Felipe ha sido mi mejor amigo desde hace años y si, a él no puedo engañarlo porque sea como sea me sacara la verdad.

 

 

—Ok, está bien te diré, pensaba en ella —me levanto de mi asiento.

 

 

— ¿Y quién es ella? Porque según yo no había nadie hace algunos días ¿De qué me perdí?

 

 

 

 

—Es una chica que conocí en el centro comercial, es muy linda pero su dulzura fue la que me engancho es como si quisiera conocer mas de ella —camino hacia ese ventanal enorme que hay en mi oficina.

 

 

—Pues búscala, no sé invítala a salir  ¿Cómo se llama?

 

 

 

 

 

—Se llama Marina y no es tan fácil invitarla a salir, además no se ni lo que siento solo quiero protegerla y…

 

 

 

— ¿Protegerla? —Menciona con ironía—Por favor Daniel si tú jamás has protegido a una mujer al contrario te las llevas  a la cama y después ya no quieres saber nada ¿Por qué quieres protegerla de quien o qué?

 

 

—Ella no es igual a las demás, es una chica dulce, indefensa es ciega Felipe, Marina es ciega.

 

 

 

—No, no es que—él parece estar confundido, por eso es que se pone de pie para ir hacia donde estoy— ¿Cómo que ciega?

 

 

 

 

 

—Como lo oyes, ella es ciega  no sé, no sé qué siento—pestañeo un par de veces—De verdad quiera que me hiciera sentir que solo es atracción sexual o que se yo pero no, ella me inspira tranquilidad, dulzura y…

 

 

 

— ¿Amor? Daniel tú no eres asì, solo aprovechas la oportunidad y ya, jamás te he visto enamorado de nadie, ya que según tú el trabajo es lo más importante.

 

 

 

—Claro que no es amor ¿Cómo podría estar enamorado si solo la vi una sola vez? Tal vez sea remordimiento porque cuando la conocí discutí con ella por unas flores y justo después de saber que era ciega me sentí de lo peor, asì que sí, debe ser eso, claro es eso, y sabes que olvídalo—camino hacia mi lugar de trabajo de donde tomo mi celular y las llaves de mi coche—Tengo que tomar aire con permiso.

 

 

 

Narra Marina…

 

 

 

Al día siguiente…

 

 

 

 

—Marina ¿Qué dices? No bebas ese refresco, te puede hacer daño, por favor traigan un vaso de jugo de frutas naturales.

 

 

 

 

Y esa es mi madre quien no solo se encarga de mirar por todo lo de la casa, de la empresa sino que también se encarga de ver por mí y es algo que agradezco sin embargo a veces siento que exagera un poco en la manera que me cuida.

 

Yo solo quiero ser independiente, ser feliz conmigo misma, ni siquiera deja que me operen porque según ella es muy peligroso pero aun asì yo quiero ser operada o al menos quisiera que me deje salir, ay veces que entiendo su miedo porque desde que perdió a mi hermano ella es otra y es también es por eso que me sobreprotege.

 

 

 

—Si señora —comenta mi nana.

 

 

 

—Mamá solo quiero beber un poco de refresco no creo que me haga daño yo estoy muy sana.

 

 

 

—No, tienes que cuidarte eres muy bella asì que te debes cuidar y ahora me iré a la empresa y pobre de ustedes que le dé un solo milímetro de refresco—luego de decir eso ella me da un beso en la frente y se va.

 

—Lo siento hermosa, aquí tienes un poco de jugo de sandía, esta delicioso—comenta mi nana.

 

 

 

De mi parte solo sonrio, a la vez que siento como mi nana pone ese vaso en mi mano.

 

 

No puedo seguir asì, me siento una…Ah por Dios ni siquiera lo quiero mencionar.

 

 

Una  hora más tarde…

 

 

Como siempre estoy en mi habitación, esto ya para nada me satisface salir a ese centro comercial y volver a sentir aire fuera de esta casa me hizo sentir que quiero salir más, asì que lo hare, saldré al menos a la banqueta por lo menos a sentir de nueva esa libertad.

 

 

Con cuidado salgo de mi habitación sé donde está el barandal por eso es que me guio con el hasta llegar al inicio de esas escaleras.

 

 

Con cuidado muevo  mi pie sin dejar de agarrarme de ese barandal, piso el primer escalón y asì sucesivamente hasta llegar hacia la planta baja.

 

 

Ahí mismo el grito de mi nana me asusta un poco por lo tanto me quedo parada ahí hasta que ella llega hacia mí y me toma de las manos.

 

 

—Marina ¿Qué hiciste? Pudiste haberte caído—menciona con preocupación.

 

 

 

 

—Pero no paso, al contrario lo hice, logre llegar abajo sin ayuda de nadie —menciono con emoción.

—Lo siento mi niña pero esto lo sabrá tu madre.

 

Es en ese momento es donde mi sonrisa desaparece mi madre no puede saber porque en vez de alegrarse solo me regañara una y otra vez como siempre lo hace cuando logro algo nuevo.




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