"Mi Dulce Amor"

"Luchando"

 

Actualización…

 

Escucho como mi Nana asiente después de eso ella toma asiento a mi lado para luego tomar mis manos.

 

 

— ¿De verdad fuiste feliz hoy? —pregunta.

 

 

—Sí, nana hoy fui muy feliz. Daniel me trato con mucho cuidado, hasta me curo está herida que me hice cuando ese coche me iba atropellar. Él es increíble. Por favor Nana dame mi celular —le pido con amabilidad.

 

 

—Claro que si —ella suelta mis manos y va en busca de mi celular.

 

Ahí espero por un momento hasta que ella  nuevamente se sienta  a mi lado, aprovecho eso para sacar esa tarjeta la cual huele a la fragancia de Daniel la misma que huele delicioso.

 

—Nana guarda este número en mis contactos, después de eso llama por favor. Es el número de Daniel, él debe estar preocupado.

 

 

—Claro que si mi niña—ella toma esa tarjeta—Pero antes debo curar la herida que hay en tu labio, sin querer tu mama te  saco un poco de sangre.

 

—Si claro sin querer—menciono un poco desanimada.

 

 

Narra Daniel…

 

Después de llegar de casa de  Marina, lo único que he hecho desde entonces es darme un baño y seguir esperando su llamada, debí quedarme, no debí dejarla sola pero ella insistió tanto que no pude decir que no.

 

Ahora estoy desesperado por saber ¿Cómo está? Sigo mirando mi celular el cual suena cada cierto tiempo pero ninguna llamada o notificación es de ella.

 

 

Para intentar calmarme, voy hacia mi lugar favorito en el cual saco todo mi estrés, es decir mi gimnasio el que está aquí mismo en casa.

 

Tomo una toalla, una botella de agua y mi celular para luego salir.

 

 

 

Media hora después…

 

 

He terminado de hacer un poco de cardio en la caminadora, ahora tomare un poco de pesas necesito sacar mi estrés a como dé lugar, estoy preparando esa barra para hacer un poco de pectoral sin embargo el timbre de mi celular no me deja hacerlo.

 

 

Así que voy hacia el teléfono el cual tomo y es un número desconocido, tiene que ser ella.

 

Enseguida tomo esa llamada a la vez que limpio mi cuello.

 

 

 

—Hola —saludo con amabilidad.

 

 

—Hola—y ahí esta esa voz dulce y peculiar que ella solo tiene.

 

 

 

— ¿Por qué tardaste en llamar? La verdad es que me tenías un poco preocupado, tu Nana menciono que tus padres eran  de carácter fuerte.

 

 

 

—Lo siento no te quise preocupar, pero que bueno que tengo número de celular así estamos en contacto. O eso supongo.

 

 

Ella suena un poco triste ¿De verdad que su vida debe ser muy difícil? Quisiera preguntar más sin embargo siento que me estoy involucrando de más cuando lo único que quería era disculparme y ya.

 

 

Creo que es mejor no saber más y seguir con mi vida así como ella debe seguir con la suya.

 

 

—Muy bien entonces no hay más que decir, espero y estés bien y que puedas solucionar tu problema aunque puedes hacer muchas  cosas aunque no veas solo tienes que decidir enfrentarte a tus miedos, en fin fue un gusto conocerte.

 

 

 

— ¿Cómo? ¿Te estas despidiendo de mí? —ella suena un poco preocupada.

 

 

—Quizá sea lo mejor Marina, solo quería saber si estabas bien eso es todo hasta luego—cuelgo esa llamada.

 

 

 

Aprieto mis ojos y aunque me sienta un poco extraño es lo mejor ya que no puedo insistir,  estoy seguro de que se me pasara.

 

Por Favor Daniel vamos tienes que seguir, dejando de lado mis pensamientos voy hacia el saco de box, pongo mis guantes y golpeo sin parar ese costal.

 

 

 

Narra Marina….

 

Algo confundida dejo mi celular a un lado de mi cama, siento mis ojos humedecidos, no puede ser que todo termino cuando ni siquiera había empezado.

 

 

Pero que esperabas Marina ¿Qué fuera tu príncipe azul? Ay por favor ruedo mis ojos a la vez que estos lloran.

 

 

 

Trago saliva y me recuesto en la cama, tomo una de mis almohadas para abrazarla mientras no dejo de llorar.

 

 

Varios días después….

 

 

 

 

—Marina tienes que comer, ya basta de seguir negándote a comer—esa es mi madre.

 

 

 

— ¿Y para que quieres que coma? Si no soy feliz, es como estar muerta en vida, nada tiene sentido si no soy feliz, así que es mejor no comer así…

 

 

 

 

—Cállate, no atrevas a decir eso ¿Acaso no te das cuenta de mi dolor? No quiero perderte hija, a ti no.

 

 

 

—Mamá ¿Y acaso tú te has dado cuenta de lo tan infeliz que me hace estar encerrada siempre? De por si no miro ahora no siendo independiente y no poder vivir mi vida como cualquiera, me hace sentir peor porque solo estoy sobreviviendo, entiendo que no quieras operarme por miedo pero al menos déjame ser independiente.

 

 

 

—No, no vas a salir de aquí y esa es mi última palabra, así que come—me toma de las mejillas e intenta abrir mi boca para que pueda comer.

 

 

 Si hay algo que no me gusta es desperdiciar comida sin embargo esta vez tengo que hacerlo porque así sea lo último que haga luchare por mi libertad.

 

 

Siento un poco de comida en mis labios, después de eso la escupo, es ahí donde mi madre pierde la paciencia y tira el plato de comida al suelo.

 

 

 

 

—Si es lo que quieres así va hacer, pero no saldrás de aquí, total algún día tendrás hambre y comerás, ni creas que voy acceder Marina—termina decir para salirse de mi habitación.




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