Y dime, qué harás cuando estés muerto, qué cambiará? Tu hermano no volverá eso está más que claro aunque déjame decirte que es probable que lo puedas ver, tu hermano no está muerto en un 100% recuerda que somos energía, todos nos transformamos en algo.
-Pero qué rayos está pasando, quién eres?
Mi mano sostenía la pistola pero no estaba en mi cabeza, apuntaba en dirección al suelo como si en el último segundo me hubiera arrepentido pero recuerdo que no la bajé, además no había marca en el piso y faltaba la bala.
La voz que oía era idéntica a la mía, se escuchaba al fondo del pasillo en uno de los sillones, me acerqué con las manos temblando y apuntando a él aunque sabía que no tenía más balas pero era sólo para intimidar en caso de que quisiera hacerme daño ( suena tan estúpido esa afirmación cuando hace unos momentos casi me vuelo la cabeza).
- Quién eres? -gruño
-ah? - Contesta mientras gira la cabeza pero la noche no deja ver casi sea de su aspecto, me acerco cada vez más guardando precaución de no ser sorprendido por alguien más en caso de que no esté solo y lo confronto de cara a cara aún apuntandole.
No lo puedo creer, dejó caer el arma y caigo sentado frente a él en otro sillón. Debes estar bromeando, estoy enloqueciendo, estoy en un sueño o será que sí me volé la sesera y no fuí ni al cielo ni al infierno. Estoy en el limbo tal vez, mi castigo será pasar el resto del tiempo en casa de mi hermano por cometer suicidio.
- Nairo, es un gusto Santiago - dice sin más como si todo esto fuera lo más normal del mundo.
- Pero qué carajos está pasando?- Aún sigo buscando alguna respuesta lógica a todo esto mientras me froto los ojos.
Ese ser que parecía humano pero podría ser un demonio o un ángel era igual a mí pero a la vez se puede decir que era lo contrario. Tenía el cabello alborotado de color medio rubio, vestía de una manera rebelde, casual y yo siempre vestía con pantalón de vestir y mis zapatos formales, tenía los ojos verdes y los míos eran negros, media casi la misma altura que yo pero era un poco más grande, yo era moreno como piel canela y él era caucásico, tenía algo en el cuello, una especie de cadena pero la llevaba por dentro y no veía el colgante, tatuajes en los brazos y uno que otro piercing en el labio, oreja y ceja. Pero lo raro viene ahora, tenía unas alas enormes, una tenían el aspecto de un ángel como los que todos conocemos o como la que nos dan a conocer en pinturas y dibujos; blanca y plumas largas eran tan blancas como las nubes y la otras eran negras como el carbón. Por último un cuerno, sólo uno del lado derecho de su cabeza justo en la sien. Entonces qué era? Un demonio o un ángel?
-Eres igual a mí. Es decir tienes toda mi cara y la misma voz - logré calmarme un poco y pregunté
¿Estoy muerto?
Nairo, que es lo único que sé de eso o de él sonríe un poco y contesta.
¿Ya quisieras verdad? Lo digo porque casi te vuelas la cabeza y la única bala en la recámara, eso no era para defensa.
-¿ Cómo lo sabe? Pienso
- ese sonido que escuchaste al final del disparo era yo, logré llegar a tiempo antes de que jalaras el gatillo y desvíe la trayectoria de la bala, de no ser porque soy más rápido que la luz ya estarías tirado en el piso. Además de que tengo poderes sino hubiera sido imposible haber llegado a tiempo.
Y respondiendo a tu pregunta, no, no soy tú, se supone que no tenemos forma para los humanos, sino que ellos mismos nos dan la forma, nos adaptamos a su realidad. Soy la representación de tu soledad, tus miedos y tus virtudes en cierto modo.
Así que dime ¿cómo me veo?
Me quedo atónito ante todo lo que he visto y he escuchado pero aún si no hubiera dicho nada ya estaba lo bastante sorprendido.
- Eres como yo, pero con cabello alborotado y de color rubio, un poco más alto, tienes perforaciones y un par de tatuajes sobre tus brazos, alas blancas y negras y un cuerno en tu cabeza.
- Espera qué? Cómo que un cuerno? Debes estar bromeando, maldición, espero que esto no sea cosa tuya Santiago o me harás enojar bastante.
Déjame ver - se levanta y se mira al espejo. Wow esto es mmm natural en cierto modo. Ok Santiago, te perdono.
Mi cara es de en serio me perdonas? Si ni siquiera he hecho nada.
-No me mires así porque es claro que todo es tu culpa - dice a regaña dientes.
- Puedo preguntar algo?
-Claro - dice mientras se vuelve a acomodar en el sillón y coje algo del refrigerador, un refresco de lata y unas cuantas uvas para ser exacto.
-¿Por qué me salvaste?
-Fuimos mandados a rescatar personas desde hace un par de años atrás, en este mundo hay más personas malas que buenas Santiago. Quizá la mayoría hace y dice cosas que tú dirías que son gente solidaria y de buen corazón pero la realidad es otra. El poder y el dinero te vuelve arrogante, déspota, tener un mal día puede volverte un asesino o una persona que le hace daño a los demás, sin llegar tan lejos pero a la vez ese tipo de personas están fabricando asesinos, violadores, psicópatas etc.
¿Entiendes lo que te digo?
- sí, supongo
- bien, mientras más rápido lo entiendas más fácil será para los 2. Todos tenemos un propósito en este mundo, incluso la naturaleza hace su función contigo, por ejemplo recuerdas cuando en la primaria jugabas a esconderte en los árboles?
-sí. ¿cómo sabe eso?- pienso
Bueno pues ese día te raspaste la oreja y estuviste sangrando bastante, gracias a ti ese día se salvaron 2 vidas. Si nunca te hubieras escondido ahí tu mamá jamás habría ido por ti a la escuela y su rutina de todos los días la llevarían a su muerte, ese día ella tenía pensado ir a la tienda a comprar algo de carne para hacer de comer y un carro la arroyaria. Pero sé evitó por la llamada de la escuela y prefirió obviamente ir por ti.
Eso habría desatado un efecto mariposa de la cual no tienes idea y de la cual los humanos aún no son capaces de comprender.
Yo puedo ser tu salvación o tu perdición Santiago, todo depende de los 2. Tu muerte llegaría a la señora la cual le compras comida de vez en cuando y dejaría de salir a vender. En un par de meses llegaría un señor el cual despedirán por recorte de personal en su empresa y de no ser la repentina parada en el puesto de la señora su vida cambiaría para mal. Tendría una pelea con su esposa y uno de sus hijos también querrá suicidarse, a raíz de eso el padre se dejaría morir de inanición y la madre de igual manera se mataría. Una tragedia total, sin mencionar que ese señor se volverá presidente en unos cuantos años.
Es por eso que te salvé, no sólo tienes esa tarea, tu propósito es mucho más grande.
#18488 en Fantasía
#7290 en Personajes sobrenaturales
#38913 en Novela romántica
superacion prdida amor propio, vida y amor, soledad dolor recuerdo
Editado: 21.11.2019