Al escuchar el alboroto de mucha gente en el Crucero, Steven le dice a su esposa:
— Ya vuelvo, voy a ver qué sucede afuera.
Cada vez más débil, Elena le dice a su esposo:
— No me dejes sola, no quiero morir sin tenerte cerca.
Steven regresa a la cama. Y toma la mano derecha de Elena, y le expresa:
— Cuantas veces te he dicho que vamos a salir juntos de esto, este no será tu final y no podrás librarte de mí.
Elena comienza toser más frecuente, y se sonríe con gran dificulta a las palabras de su esposo.
En ese instante, los médicos de Trinidad y Tobago se van del Crucero. Cuando Jeremía toma su bocina y le dice a toda la tripulación:
— Damas y caballeros, sabemos que hay una pandemia y que el mundo está en una terrible crisis, pero nosotros también somos humanos y necesitamos ayuda, no somos animales de zoológico, para que nos encierren para siempre en esta embarcación... vamos a esperar en unas horas a que nos responda el gobierno de este país, y si la respuesta es negativa, yo los invito a que todos los lancemos al mar y nademos todos a la orilla, para que podamos ir a nuestros países por el medio que sea.
Con la desesperación que esta la tripulación y el pánico creado por el capitán, todas las personas se disponen a lanzarse al mar si el gobierno de Trinidad y Tobago no coopera con ellos.
En ese momento, Steven le dice a Elena:
— Amor, ¿quieres comer algo?
— No... estoy, estoy bien, no te preocupes tanto, más bien... ahora si sal de la habitación. Y mira que sucede afuera, se escucha demasiado escando.
Steven le da un beso a su esposa y sale de la habitación. Observando a toda la gente del Crucero reunida con el capitán. Y decide acercarse.
En ese momento, Steven ve pasar a un panameño, y le pregunta:
— Disculpa, ¿sabes que está sucediendo?
— El capitán acaba de decir que si este país nos niega la entrada, que saltemos al mar y lleguemos a la orilla como sea.
Steven ve en el rostro del panameño y de otras personas que pasan al lado de él, mucho pánico. Y rápidamente va hacia su habitación, y le dice a su esposa:
— Amor, la situación está cada vez peor.
Steven al ver que su esposa no reacciona, se tira a la cama y le da unas leves guantadas en su mejilla, la cual la hacen despertar.
Asustada y muy agitada, Elena le dice a Steven:
— Fue mala idea el haber dejado que te fueras, quédate cerca de mí.
— Eso haré.
Dos horas después, el presidente de Trinidad y Tobago junto a todo su comité, niega la entrada de la embarcación, para que atraque en el país caribeño. Haciendo enfurecer al capitán del Crucero.
En ese instante, Jeremía pierde el control. Y con mucha ira vuelve a coger su bocina. Diciéndoles a todos:
— El mundo quiere que todos perdamos la vida en este Crucero, no podemos quedarnos quieto esperando a que esta enfermedad nos acabe uno a uno, saltemos al mar ahora o todos se van arrepentir si se quedan.
En ese momento, como si fuera una gran ola, toda la tripulación se llena de pánico y comienzan a lanzarse al mar.
Influenciadas por el capitán, muchas personas se lanzan al mar sin saber nadar e inmediatamente se ahogaron todas sin poder llegar a la orilla que estaba cerca.
La marina del país caribeño intenta frenar a la gente que está llegando a la orilla, pero es inútil de tenerlos.
El capitán se queda en la embarcación, mientras ve como parte de su tripulación se ahoga y la otra llega a la orilla.
En ese momento, con sus respectivas mascarillas, la marina junto a la policía del país, rodean a todas las personas que llegaron a la orilla. Y no les queda más de otra que llevarlos a un albergue donde atienden a los enfermos en Scarborough, capital de Tobago.
En el Crucero la esperanza, veintisiete personas se quedaron a bordo de la embarcación por miedo de ver a muchos cadáveres en el mar y en la orilla.
En ese momento, Jeremía aprovecha que la marina y toda la policía a tienden a la gente, y se escapa del Crucero en un bote...
#7865 en Thriller
#4419 en Misterio
angeles caidos, virus y naturaleza, angeles demonios secretos misterio
Editado: 10.04.2023