Steven ve por su ventana hacia la casa de Nelson, y se asusta un poco cuando recuerda el Crucero y los últimos momentos que tuvo con Elena.
En ese instante, Steven no se da de cuenta y tropieza con una mesa de centro al retroceder de la ventana. Y cae al suelo bruscamente.
Steven se golpea fuertemente la cabeza, y queda inconsciente bocabajo. Cuando a los dos minutos, mueve los dedos de su mano derecha y se despierta.
Steven se levanta con un fuerte dolor de cabeza. Y ve la puerta abierta, y dice:
— ¿Quién entro?
Steven va hacia la puerta y se percata que las casas de sus vecinos no están, y solo ve los terrenos vacíos.
Steven pasa al otro lado de la puerta. Cuando Elena toca su cuello, diciéndole:
— ¿Vienes por mí?
Steven se da vuelta, y le dice a Elena:
— ¿Esta vez estoy muerto?
— No, todavía estas vivo.
Steven vuelve a ver todo su alrededor, y luego le expresa a Elena:
— Recuerdo que cuando estaba en hospital de Trinidad y Tobago, apareciste... ¿quieres decirme que sucede?
Elena abraza a Steven fuertemente, y le expresa:
— Tu ya me sacaste de tu corazón, yo soy un simple recuerdo en tu vida.
— No, te equivocas Elena, yo aun te quiero.
— No mientas Steven, en tu corazón se encuentra otra mujer.
Elena acaricia el rostro de Steven, y le dice:
— En realidad, yo no estoy molesta contigo... yo estoy muy contenta porque te estas enamorando de una buena mujer, tu te mereces ser feliz, porque yo estoy muerta y ya no puedo amarte como lo hacia antes... debes de estar con Lía, ella es la indicada para ti.
— Es muy extraño que me digas esto.
— Amor, recuerda que yo morí en ese Crucero. Y mi deseo es que seas feliz con ella... ve y encuéntrala.
— Yo no sé dónde está...
— ¡Mira hacia allá!
Steven mira a su izquierda, y ve a Lía que está lejos de él, y le dice a Elena:
— Yo no puedo dejarte aquí.
— Claro que puedes Steven, tu ya no me quieres... tu la quieres a ella.
— Ella esta muy lejos, creo que no voy a poder alcanzarla.
— Tu no eres un hombre que se rinde tan fácil, ¡corre Steven! No dejes que Lía se vuelva a ir.
De inmediato, Steven corre en busca de Lía, pero esta se desaparece en el mismo momento que Steven se fue a buscarla.
En ese instante, Steven se pierde en una espesa neblina, la cual cae repentinamente en todo su alrededor.
Steven no puede ver nada, y grita con gran desespero:
— ¡Lía!... ¡Lía!, ¡Elena... ¿dónde están?
Steven sigue caminando sin poder ver nada por la neblina. Cuando escuchar una fuerte voz en su oído derecho, que le dice:
— ¡REGRESA!
En ese momento, Steven se despierta en la sala y ve el rostro de Anoralba, y le dice:
— ¿Cómo entraste?
— La puerta estaba desparramada e iba a la casa de Nelson, pero cuando vi la puerta así, me dio curiosidad y entre.
— Gracias por despertarme.
— No, yo no he hecho nada, recién entre.
— Y dices que la puerta estaba así.
— Si, hay que tener cuidado con los ladrones. No puedes dejar la puerta así.
Steven piensa:
"Otra vez, todo era muy real"
En seguida, Steven se levanta, y le dice a Anoralba:
— De nuevo gracias.
— De nada... ah, ¿ese vehículo que está al frente de la casa es tuyo?
— Si.
— Te felicito, está muy bonito.
— Gracias.
— Bueno, voy a ver que necesita la familia de Nelson.
— Espera, yo también voy.
En ese momento, Steven deja que Anoralba salga de la casa primero, para luego salir con su tapabocas puesto. Y camina hacia la casa de Nelson. Cuando siente mucho escalofrió por todo su cuerpo...
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Editado: 10.04.2023