El día siguiente, Steven se despierta y de inmediato se quita un trapo que tiene en la frente. Y se sienta en la cama.
En seguida, Steven toca su cuello y comienza a llamar a Lía. Cuando está entra a la habitación, diciéndole:
— ¿Cómo amaneciste?
— Pensé que te habías ido.
— Claro que no, ayer recibiste un golpe muy fuerte y te enfermaste bastante.
Steven también se toca la cabeza, y luego le dice a Lía:
— Me siento perfecto. Como no hubiera recibido ese gran golpe.
Lía se sienta en la cama, y le expresa:
— Es que eres fuerte.
— ¿Sera? Yo más creo que es el amor.
En seguida, Lía y Steven se dan un beso. Cuando timbra el teléfono de Steven.
En ese instante, Steven le contesta a Margaret, diciéndole:
— Hola.
— Hola Steven, ¿te pasó algo?
— Sufrí un accidente, pero ya estoy bien.
— Gracias a Dios que estas bien.
— Si.
— ¿Necesitas que te ayude en algo?
— No, gracias.
Lía se va para la cocina. Cuando Steven le pregunta a Margaret:
— ¿Ernesto pregunto por mí?
— Cómo cosa extraña, no, es muy extraño lo que paso ayer.
— ¿Qué?
— Lo vi contento.
— Bueno, termino de hacer unas cosas y salgo para milenio.
— ¿Y tienes material para trabajar?
— No, pero ahora que salga investigaré algo.
— No juegues con tu trabajo, Ernesto te puede echar.
— Gracias por el consejo, ah, hoy te doy la mitad del dinero del teléfono.
— Bueno.
— Hablamos ahora.
Steven cuelga el teléfono, y le dice a Lía:
— Me voy al banco y luego me voy a trabajar.
Lía le da un beso a Steven, y le expresa:
— No olvides lo que te dije ayer.
— ¿Qué? Fueron tantas cosas que hablamos. ¿Es sobre el matrimonio?
— No, es de tu trabajo en Milenio. Me gustaría que trabajaras fuera de ese edificio.
Steven le da un beso a Lía, y le responde:
— Pues por el momento no lo puedo dejar, es lo único que tengo y si queremos irnos a pasar una luna de miel lejos, hay que hacer dinero.
— Bueno, parece que no te voy hacer cambiar de opinión, Ya me voy.
Steven coge la mano derecha de Lía, y le dice:
— Si nos vamos a casar, quiero conocer a tu familia.
— No están en este país. Así que no podré presentártelos.
— ¿En dónde están?
— Lejos, Steven, aquí lo que importa es que yo me quiero casar contigo y eso es lo que tenemos que estar pensando los dos.
Steven respira profundo, y luego le dice:
— Está bien, pero mañana me acompañas a darle la gran noticia a mis padres.
— Será un gusto.
En ese momento, Lía se despide de Steven dándole un gran abrazo y un beso, y luego se va.
Minuto después, Steven saca dinero del banco y se va a trabajar a Milenio.
En ese momento, Steven entra a la empresa. Cuando Ernesto lo ve, y le dice:
— Este es el hombre que necesitaba.
Steven se asusta un poco, y le expresa a su jefe:
— Buenos días, yo no...
— No hables, vamos a la oficina.
— Bueno.
Ante la mirada de los demás trabajadores, Steven y Ernesto entran a la oficina. Cuando todos en el pasillo se reúnen a hablar.
En ese instante, Steven se excusa con Ernesto, diciéndole:
— No me va a creer lo que me pasó ayer.
Ernesto alza su mano derecha hacia Steven. Y con una sonrisa en su rostro le dice:
— Cualquier cosa que me vayas a decir, me la dieras en otra ocasión. Ahora necesito de ti para algo muy bueno que se me ha presentado.
— Para qué es bueno.
— Quiero que me acompañes a una gran presentación de un libro, el cual es de un amigo.
— ¿En dónde?
— En Madrid.
— ¿Qué?
— ¿Qué pasa?
— Yo no puedo viajar.
— No te preocupes por las restricciones sobre el Covid. Ya tengo todo cubierto.
Steven piensa en Lía y se acuerda que le prometió matrimonio. Y le dice a Ernesto:
— Yo no puedo ir. Porque no me he vacunado.
— Ya te dije que no hay problema, o hay otra cosa que yo no sé, porque es una gran oportunidad para ti. Para que conozcas a un gran escritor.
— Gracias, pero tengo un gran compromiso aquí. Es mejor que vaya Margaret, o vaya con Óscar, o con Simón.
— ¿Y ese compromiso fue el que te hizo quedar ayer en la casa?
Steven le miente a Ernesto, diciéndole:
— Amanecí muy enfermo y no pude venir a Milenio.
Ernesto queda viendo a Steven, y luego le dice:
— Está bien, voy a ir con otra persona.
— Espero que no haya resentimiento por mí negativa.
— Claro que no Steven, si fuera así ya estarías despedido...
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Editado: 10.04.2023