Al ver que sus padres se quedan callados por varios segundos, Steven les vuelve a preguntar:
— ¿Dónde está Geraldine?
Humberto le dice a su esposa:
— ¿Le cuentas tú o le cuento yo?
— Yo le digo.
Steven les dice:
— ¿Le paso algo malo?
En seguida, Clemencia se pone sus dos manos en su mejilla, y le expresa a Steven:
— Geraldine se fue a vivir con un hombre que apenas conoció. Y es bastante mayor que ella.
— Pues lo de mayor... no veo problema en eso. Debe ser que ella se enamoró.
— Hijo, es que Geraldine nunca nos había alzado la voz. Se ha puesto rebelde.
Steven ve la hora en su celular. Y les dice a sus padres:
— Tengo que irme a casa, pero quedó pendiente para hablar con Geraldine, aunque no hay mucho que hablar.
Humberto le dice a Steven:
— ¿Por qué no te quedas un rato más?
Steven se le se levanta de la silla, diciendo:
— Tengo una cita y no quiero dejar esperando a mi futura esposa.
Clemencia y Humberto se sonríen. Cuando Steven se despide y se va muy afanado a su casa.
Minutos después, Steven entra a su casa y rápidamente se dirige a la cocina. Cuando escucha que tocan la puerta.
Timmy mueve su cola de un lado para otro. Cuando Steven abre la puerta, y le dice a Lía:
— Hola. ¿Venía detrás de mí?
Lía se sonríe, y le contesta:
— Si, claro que sí, siempre lo estoy.
Steven se ríe bastante y le da un beso a Lía, y la hace entrar a la casa. Cuando esta dice:
— Te ves muy pensativo. ¿Será que te estás arrepintiendo del matrimonio?
— Eso nunca, solo pensaba en un problema familiar. Qué pensando bien, eso no es problema.
— ¿Le pasa algo o tus padres?
— Es mi prima, se fue a vivir con un hombre muy mayor, pero bueno, hablemos de nosotros y de la boda.
— Si.
— Qué te parece si nos casamos en la Iglesia...
Lía toca la boca de Steven, y le dice:
— Que sea en cualquier parte, lo que importa es que vamos a estar juntos...
Una semana después, Steven y Lía cumplen su cometido, y se casan en una iglesia del norte de la ciudad.
En ese momento en que Steven y Lía se besan, comienza a llover muy fuertemente en toda la ciudad. Cuando los padres y amigos Steven, aplauden sin descanso a la pareja...
Steven y Lía caminan hacia la puerta. Cuando aparece la mamá de Elena, y le dice a Steven:
— No te duro nada el amor que sentías por mi hija, solo esperaste que se muriera para casarte con otra.
Steven y Lía se ven las caras. Cuando Humberto se pone en el medio de Steven y de la mamá de Elena, y le responde a la señora:
— No tienes ningún derecho de venir hasta la iglesia a decir esas cosas, mi hijo amo a tu hija, pero qué le vamos a hacer, ella ahora no está con nosotros. Y mi hijo tiene derecho de rehacer su vida, así que abre paso a los novios.
De inmediato, Mirna mira muy feo a todos, y luego se va de la Iglesia. Cuando Steven ve como la lluvia aumenta su fuerza, y la expresa a Lía:
— ¿Qué vamos a hacer para salir?
— Esperemos un poco, ya pasará la lluvia.
Margaret le dice Steven y a Lía:
— No se preocupen, yo les voy a traer una gran sombrilla para que puedan subirse al carro.
Steven le agradece a Margaret. Cuando Lía mira el cielo y luego baja su mirada hacia la otra calle. Y se queda viendo a una señora que la queda viendo. Cuando Clemencia le dice:
— No te preocupes Lía, esta lluvia así tan repentina no significa nada, esto pasa con frecuencia en esta ciudad.
Con una sonrisa fingida, Lía le responde a Clemencia:
— No, yo no estoy preocupada, estoy tranquila porque estoy realizando mi sueño.
Steven le da un beso Lía. Cuando Margaret les entrega la sombrilla, con la cual a ropa a los dos novios para que entren al carro matrimonial.
Margaret le dice los novios:
— Disfruten su luna de miel.
Lía y Steven le agradecen a Margaret. Y se despiden de todos los que están en la iglesia, y se van de ese lugar directo a un sitio reservado por Steven.
En ese momento, Clemencia Le dice a su esposo:
— Vi a Lía un poco preocupada.
— Pues mira el tiempo como se puso cuando se casó. Y tal parece que no va parar de llover...
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Editado: 10.04.2023