El entierro sucedió al siguiente día. Primero un cura habló sobre Dios y la vida. Después vi como mi padre en su ataúd descendía hacia un agujero.
Luego acompañé a mi madre a casa. Ella lloró por unas dos horas, intente consolarla pero tenía que desahogarse, al igual que yo. Articule ir a aquel parque donde conocí a Itzél una noche. Cambie mi atuendo negro por uno más cómodo y agradable. Podia cambiar mi vestir pero no lo que sentia en mi ser interno.
Me dispuse a caminar tranquilamente, pensando en lo vivido con mi padre. Nunca tuvimos una relacion estable, recorde las multiples peleas. Sin embargo comence a echarlo de menos. Me hubiese haberlo conocido como un gran padre, pero comprendí que ''Todo acontecimiento malo o bueno, sucede por un motivo''.
Al llegar al parque, vi que ya comenzó a anochecer. tome asiento en una banca. Observe a lo lejos la primera estrella en el cielo. Cerré levemente los ojos. Entonces escuche una vocecita, era ella, Itzél.
-Escuchame. Escribí esto para ti-me susurró.