—Sammie… —Escucho que alguien susurra frente a mí.
Puedo reconocer la voz de Caroline y sé por qué está
hablándome en ese tono tan dulce. Anoche me dormí muy
temprano, casi al volver de la escuela. No soportaba no hablar
con Tyler, y cuando iba a tragarme mi orgullo y disculparme
—por más que no hice nada—, él no estaba en su habitación.
Llamé a Drake, pero sus respuestas fueron de lo más cortantes.
Entonces me acosté para dormir, y hasta ahora, que estoy
levantándome.
—Oh, Sammie… —Ahora la voz de Luke se une.
Cubro mi rostro con la sábana. ¿Por qué justo hoy quiero
estar en la cama todo el día?
—¡Feliz cumpleaños! —exclaman destapándome por
completo.
Me incorporo con lentitud y abro los ojos poco a poco. Mis
mejores amigos están uno a cada lado de mi cama. Tiro de sus
prendas de ropa y los acerco para que me abracen. Hoy
necesito todo el amor del mundo. No solo porque me siento
algo desanimada por estar peleada con Tyler, sino porque mis
padres no están en este cumpleaños. Es el primero que paso
sin ellos. Sé que hoy haremos videollamada o algo así, pero no
será lo mismo. Quiero sentir el olor a café instantáneo de la
ropa de papá y los abrazos efusivos de mi madre. Leer cómo exagera en sus mensajes no es lo mismo que escucharla
diariamente.
Por más que hablo cada día con ellos, no es lo mismo. A
menudo estaban fuera una semana o dos, máximo, pero jamás
tres meses como ahora. Mis ojos se llenan de lágrimas a
medida que pienso en lo mucho que echo de menos a mis
padres y puedo sentir cómo mi nariz comienza a
congestionarse porque estoy a punto de llorar.
—Hey, ¿qué pasa? —me pregunta Luke, posando una mano
sobre mi mejilla para limpiar una lágrima que se me escapa.
—¿Es por la pelea con Tyler? —me pregunta Caroline. No
me deja responderle—. Es un estúpido. No tenía por qué
tratarte así.
—No es por él —me apresuro a contestar antes de que
Caroline vaya a buscarlo a su habitación—. Es el primer
cumpleaños que paso sin mis padres.
Caroline y Luke se miran comprendiendo la situación. Seco
mis lágrimas. Se supone que es un día feliz. No puedo
comenzarlo llorando, pero no he podido controlarme; creo que
necesitaba llorar. Es triste no estar con mis padres hoy, pero las
cosas resultaron de esta forma. Debo afrontarlo. También es
triste estar enfadada con Tyler, pero no pienso disculparme por
algo que no he hecho y menos en mi cumpleaños.
—Podemos faltar al instituto, si quieres… —propone
Caroline, encogiéndose de hombros e intentando hacerme
sentir mejor.
—No es necesario. —Niego con la cabeza—. Además…,
hoy comienzan los ensayos de Romeo y Julieta —recuerdo
sonriendo un poco.
El desayuno ha sido como una pequeña fiesta de cumpleaños.
Han llenado la cocina de globos lilas y negros. Ha sido muy
tierno. Nick se encargó de preparar gofres de banana, que la
verdad estaban deliciosos, y los suyos son mis favoritos.
Caroline, la noche anterior, preparó un pastel de chocolate que
tiene un aspecto muy apetitoso. Sin embargo, no lo he probado
aún. Me llené con el desayuno, pero le he prometido que me
comería un trozo de pastel por la noche. Luke y ella vendrán a
dormir conmigo, así que podremos probarlo mientras vemos
alguna película. He hablado con mis padres por videollamada
y eso ha hecho que me sienta mejor. Ha sido la forma perfecta
de comenzar mi cumpleaños.
Tyler no bajó a desayunar, lo que me ha hecho pensar que no
ha dormido en casa. Es decir, a menos que se haya levantado
de madrugada para evitarme todo el día, lo cual veo poco
probable, ya que odia madrugar. A menos que su orgullo de no
hablarme haya sido más fuerte que eso. La verdad es que no lo
sé. Pero he decidido no preocuparme por él más. Después de
todo, es lo que quiere, ¿no?
—Hola, cumpleañera. —Jeremy se recuesta en la taquilla de
al lado para mirarme con una sonrisa mientras saco los libros
que necesitaré hoy—. Mi madre también te desea un feliz
cumpleaños.
—Dale las gracias de mi parte —le digo sonriendo.
Asiente con la cabeza, soltando una pequeña risa. Lo
observo irse mientras guardo mi libro de Historia en mi
mochila. Me alegra que sigamos bien. No somos nada, ni
amigos ya, pero el que tengamos buena relación me pone muy
contenta.
—¿Has oído lo que ha pasado? —Caroline viene de repente
con una expresión de sorpresa. Niego con la cabeza cerrando
mi taquilla—. Daniela y Jenna ya no son amigas.
—Uy, ¿y eso por qué? —pregunto sorprendida. Ellas son
superamigas desde ese día en el que Jenna decidió dejar de ser
mi mejor amiga. Jamás hemos hablado del porqué, pero creo
que fue porque claramente tenía más cosas en común con
Daniela que conmigo.
—Nadie lo sabe. —Se encoge de hombros—. Quizá se
mordieron sin querer —dice, y muerde haciendo sus dientes
sonar. Comienzo a reírme.
No veo a Jenna desde hace varios días. Creí que se quejaría
porque se ha quedado como mi suplente en la obra, pero al
parecer está asumiendo su derrota en silencio.
Mientras esperamos a que la profesora Melody venga para que
ensayemos, estoy sentada con Caroline en el gran escenario.
Jamás he participado en una obra escolar, solo las he visto
desde los asientos. Siento un poco de pánico al pensar que
todos los asientos que veo estarán ocupados por personas el
día del estreno. Todos esos ojos serán testigos de cualquier
fallo que pueda tener, y eso me aterra. Me pregunto si fue
buena idea presentarme para el papel de Julieta.
Veo a Tyler entrar en el teatro. Eso corta mi momento de
pánico escénico. Le doy un codazo a Caroline para que mire
en la misma dirección que yo. Ella deja de ensayar sus líneas
para ver al estúpido de Tyler sosteniendo un libreto. ¿Qué está
pasando?
—Tyler es Romeo —me dice.
Creo que mi expresión sobrepasa los límites de sorpresa, ya
que Caroline comienza a reírse al verme abrir la boca en forma
de O y cómo mis ojos casi se salen de sus orbitas.
—¿En qué momento ha pasado eso? —pregunto haciendo
una mueca.