Han pasado dos días desde mi cumpleaños y desde entonces
mi amistad con Tyler ha vuelto a ser la misma de antes. Esa
noche no volvió a tocar el tema de Jessica y yo tampoco quise
insistir. Es un tema que lo incomoda bastante y le fue muy
difícil contármelo. Las cosas tampoco se pusieron tensas ni
nada. Actuó como si jamás la hubiera mencionado.
Terminamos de comer y nos acostamos a ver la hermosa noche
estrellada.
Ahora nuevamente estamos acostados, pero no en su balcón,
sino en mi cama. Ha venido hace unos minutos a hablarme
sobre la obra y a contarme que utilizó ese pretexto para hablar
conmigo. Creyó que al verlo allí, en los ensayos, se ganaría mi
«perdón».
—Creí que te darías cuenta —me dice con tono de obviedad
—. ¿Sabes cuánto tuve que pagarle a Richard para que me
dejara ser Romeo?
—¡¿Le has pagado a Richard?! —pregunto sorprendida.
Tyler asiente con la cabeza riéndose—. Cero dólares cuesta
acercarse a mí y pedirme perdón.
—Te dije cosas muy feas. No sabía cómo acercarme, así que
pensé: «Oh, ¿por qué no la obra?» —me dice encogiéndose de
hombros. Me río mordiéndome los labios—. Además, te salvé
de besar a Richard.
Olvidé por completo que debíamos besarnos. Eso hace que
mi risa comience a cesar poco a poco. Un beso con Richard
hubiera sido solo eso, pero ¿con Tyler? No quiero que pase lo
mismo que pasó con Drake.
A Drake le intereso —o interesaba— en el aspecto
romántico, pero el a mí no. Bueno, tuvimos que besarnos para
que me diera cuenta, sí. Pero a partir de eso tuvimos un breve
momento incómodo que al parecer ya hemos superado. Es
decir, desde mi cumpleaños hablamos a menudo y hasta hemos
quedado para vernos hoy. No me pasará eso con Tyler. No me
atrae en ningún sentido y yo a él tampoco.
¿No?
—¿Qué? ¿Acaso prefieres besar a Richard antes que a mí?
La pregunta de Tyler me saca de mis pensamientos. No
respondo, intentando contestar primero a la pregunta que me
he hecho antes yo a mí misma.
—¿Sam?
—No —contesto parpadeando repetidas veces para alejar esa
estúpida pregunta de mi mente. Es obvio que Tyler solo me ve
como una amiga—. Prefiero besar a Richard —bromeo
sonriendo forzadamente.
Al parecer Tyler no ha notado que he tenido un breve
momento de indecisión sobre sus sentimientos hacia mí
porque se ríe y continúa con la vista en su móvil. Me quedo
mirando cómo hace una mueca al eliminar notificaciones que
no quiere ver. Mientras responde un mensaje saca un poco la
lengua. He notado eso antes. Lo hace cada vez que quiere
concentrarse mejor. Hay veces que está haciendo algún
ejercicio de matemáticas o física, y hace ese gesto. Creo que es
adorable.
—Deja de mirarme. Das miedo… —canturrea con la vista en
el móvil.
—Es mi habitación. Haré lo que quiera —le contesto
entrecerrando los ojos.
—A veces me recuerdas a mi hermana —dice.
Le recuerdo a su hermana, claramente solo me ve como a
una amiga.
—Entonces Emily debe de ser genial —respondo, llevando
una mano detrás de la cabeza.
—Me recuerdas a ella porque las dos son insoportables —
dice, concentrado en lo que escribe. Le doy un codazo en las
costillas—. Auch.
Tyler se ríe sin dejar de mirar el móvil. Oigo el timbre de la
puerta principal y entonces agradezco que Drake haya llegado.
Me levanto de la cama para mirarme en el espejo. Hace solo
un rato que me he levantado, así que sigo en pijama y ni
siquiera me he peinado. Parezco una vagabunda, y aún no
estoy en esa etapa de amistad donde podemos mostrarnos
imperfectos. Decido peinarme y dejarme puesto mi pijama de
gatitos. Después de todo, son gatitos. No tienen nada de malo.
—Te ves bien, ¿qué tiene de malo tu pelo? —me pregunta
Tyler desde la cama. Puedo ver por el espejo que coge mi
almohada para colocarla sobre la suya—. Me gusta tu pelo
enredado. Creo que te da ese toque —dice, y besa las puntas
de sus dedos índice y pulgar como hacen los chefs en las
películas.
—¿Sabes qué? Tú también me recuerdas a alguien
insoportable que conozco… —Me giro fingiendo sorpresa—.
Oh, espera. Ese eres tú.
Se lleva una mano al corazón, fingiendo que mi comentario le ha dolido. Entorno los ojos antes de salir de la habitación
para abrir la puerta. Nick no está en casa porque fue a comprar
ropa para una fiesta con temática que tendremos mañana. En
realidad, nos invitaron a nosotros, pero como al parecer echa
de menos las fiestas de secundaria, insiste en ir. Además,
también visitará a unos conocidos que tiene por aquí o eso me
dijo cuando hablamos por teléfono hace un momento. Es
mejor que esté fuera un rato. Tenerlos a él y a Tyler en casa es
toda una odisea, parecen niños pequeños.
—¡Hola! —exclamo cuando lo veo.
Drake sonríe y se acerca para depositar un beso en mi
mejilla.
—Bonito pijama —me dice mientras entra en casa. Me
alegra que sea una persona de bien y le gusten los gatitos.
Decido buscar algo para comer mientras vemos la película.
Cuando me siento en el sofá junto a Drake, puedo escuchar a
Tyler bajar las escaleras con rapidez mientras tararea una
canción que me resulta conocida, pero no puedo distinguir
cuál es.
—¡Hola, Drake! —saluda alegremente a mi cita, sentándose
a mi lado y pasando un brazo sobre mis hombros—. ¿Les
molesta que los acompañe? —La pregunta va dirigida más
para Drake que para mí porque sabe mi respuesta.
—Por mí no hay problema —responde encogiéndose de
hombros con una leve sonrisa.
—¿Que no tenías planes? —le pregunto quitando su brazo de
mis hombros.
—Se cancelaron —contesta, y se estira para tomar algunas
frituras.
—¿Se cancelaron o jamás existieron? —le pregunto empujándolo con mis caderas para que me deje espacio. Está
casi encima de mí—. Discúlpalo, no es culpa suya ser tan
insoportable —le digo a Drake, que se ríe de mi comentario.
Espero que no se esté sintiendo incómodo con Tyler pegado a
nosotros, pero al parecer no queda otra más que tenerlo aquí.
—¿Ves? Tú estás molestando —me dice entrecerrando los
ojos, haciéndose a un lado—. La persona con la que salgo
canceló los planes.
Me río soltando un suspiro.
—No sale con nadie —le digo murmurando a Drake.
—Esta noche la conocerás —replica Tyler, señalándome con
una fritura.
Intento identificar chanza en su tono de voz, pero no la
encuentro. Ignora mi sorpresa y continúa diciéndole a Drake
qué película elegir. ¿Tyler sale con alguien? Hasta el momento
no mencionó que alguien pareciera interesarle. Alguna vez
comenta que alguna chica de alguna clase es guapa y esas
cosas, pero de ahí a salir con alguien hay una gran diferencia.
¿Quién será?
—Hey, ¿por qué no vienes con nosotros a la fiesta, Drake?
—suelta de repente Tyler.
Drake lo mira sorprendido, con las cejas levantadas y la boca
abierta levemente sin saber qué decir. No había pensado en
invitarlo a la fiesta; no es por nada, solo que no se me ocurrió.
Me mira a mí sin saber qué responder a la invitación de Tyler.
—Sería genial —asiento encogiéndome de hombros—.
Acompáñanos, por favor —agrego, convencida de que es una
buena idea. Además, a la anfitriona no le importará.
Eso último parece agradarle a Drake. Creo que le convenció
más la idea de ir al pedírselo yo. Asiente con la cabeza manteniéndome la mirada. Puedo escuchar a Tyler mencionar
que le prestará algo que le vaya bien con la temática de la
fiesta.
Me coloco frente al espejo haciendo una mueca. Fue algo
difícil encontrar ropa de esa época, pero lo conseguí en una
pequeña tienda que poca gente conoce debido a lo poco
llamativa que es por fuera. Eso me agradó. Evitar filas y
grandes multitudes de gente cuando compro ropa es lo más
satisfactorio para mí. Paso las manos alisando la tela del
vestido. Elegí los ochenta. Llevo un vestido de mangas largas
acampanadas. Es algo corto, quizá solo cubre unos cuatro
dedos de mis muslos, y blanco, pero con un estampado de
corazones de varios colores y tamaños. También conseguí unas
preciosas botas largas blancas que me llegan hasta debajo de
las rodillas.
Caroline se coloca a mi lado para dar los últimos retoques a
su maquillaje. Eligió los años sesenta. Decidió disfrazarse de
Jackie Kennedy. Lleva puesto una copia del icónico traje rosa
que utilizó el mismo día que asesinaron al presidente. Claro
que este no es de Chanel como el original, pero se parece
bastante. Quedamos en que haríamos un intercambio esta
noche solo para divertirnos y probar algo distinto. Ella compró
una peluca castaña, simulando el corte de Jackie y yo una
peluca con el mismo estilo, pero rubia.
—Así que Tyler tiene una cita, ¿eh? —Caroline decide
romper el silencio. Asiento con la cabeza sin darle mucha
importancia—. ¿Y tú estás bien…?
—Sí… —le respondo confundida por su pregunta. Ella baja
el delineador para mirarme con los ojos entrecerrados—. ¿Por
qué me preguntas eso?
—No lo sé. Es que ustedes… —Se encoge de hombros sin saber cómo expresarse—. Pensé que podrían sentir algo más
que amistad. —Suelto una leve risa y niego con la cabeza
volviendo a mirarme en el espejo—. Ay, vamos. Además,
hacen buena pareja.
—¿Quiénes hacen buena pareja?
Me sobresalto al escuchar la voz de Tyler. Está recostado en
el umbral de la puerta con los brazos cruzados. Lleva una
camiseta blanca con cuello en V, unos simples tejanos azules y
botas negras. Es un claro ejemplo de que hay personas que no
se esfuerzan en seguir las consignas de una fiesta temática.
—Unos famosos… —responde Caroline, volviendo a darle
la espalda.
—¿De qué época se supone que vas? —le pregunto
arqueando una ceja.
Tyler se acerca a mí con una pequeña sonrisa en los labios.
Acaricia unos mechones de mi peluca rubia como si fuera la
cosa más impresionante que ha visto en su vida. Puedo ver de
reojo que Caroline nos está observando con las cejas
arqueadas.
—De la década de los cincuenta —contesta sin apartar la
vista de mi peluca—. El rubio te queda bien, Donnut.
Caroline finge toser. Me abstengo de lanzarle una mirada
asesina.
—¿Vas a decirme por fin quién es tu pareja? —le pregunto
arqueando una ceja.
—Espera a la fiesta. —Suelta por fin la peluca y pasa a
concentrarse en mi atuendo y luego, por último, en mis ojos—.
Será divertido. Tú con Drake como pareja y yo con mi pareja
sorpresa.