La noche sigue su rumbo y la fiesta está resultando genial.
Todos bailan y hay mucha gente borracha, incluyéndome a mí.
No he visto ni a Tyler ni a Jenna en todo este tiempo. He
estado bailando toda la noche con mis amigos o sacándome
fotos en las diferentes zonas temáticas. Aunque me lo estoy
pasando bien, cuando en algún instante recuerdo que están
juntos, la bebida que está a mi alcance me sirve para volver a
concentrarme en lo que importa en estos momentos: disfrutar
de la fiesta con mis mejores amigos.
Lamentablemente, mucho de algo no es bueno. De tanto
saltar y dar vueltas, comienzo a marearme. Todo el alcohol en
mi sistema y todo lo que tengo en el estómago parece querer
salir a saludar a la pista. Me tapo la boca con una mano para
evitar algo tan vergonzoso. Lo único que me faltaría esta
noche es ser la chica que vomitó en plena pista.
Decido salir a tomar un poco de aire, no sin antes pasar por
la barra y pedir una botella de agua. Mis amigos están dándolo
todo en la pista y no quiero molestarlos con esto. Además,
todos hemos bebido demasiado, así que, aunque no les pida
ayuda ahora, muy pronto se me unirán de todas formas. Ya
afuera, comienzo a pensar que hubiera sido mejor elegir la
década de los sesenta y disfrazarme de hippy para poder
haberme puesto chanclas. Los tacones de las botas están
matándome.
—Hola, Donnut. —Escucho su voz detrás de mí.
Como estoy dándole la espalda, aprovecho para rodar mis
ojos. No contesto a su saludo. Solo me dedico a beber mi agua,
lo cual agradece mi garganta y, posiblemente, mi hígado
también.
—¿Estás bien?
Puedo notar que cada vez se acerca más a mí. Entonces doy
unos pasos hacia delante porque no quiero tenerlo cerca en
estos momentos.
—No te importa —respondo. Inhalo mucho aire y lo suelto
al instante.
—Sí me importa. —Su voz suena mucho más grave que
usualmente—. Mi deber es cuidarte.
—Es un pasatiempo, no un deber, porque no te pagan.
Me giro para mirarlo con el ceño fruncido. Tyler me observa
con esa cara de niño bueno que siempre pone cuando no quiere
que me niegue a algo. Esta no es la ocasión. No sé si es por el
alcohol en mi sistema o qué, pero en serio me siento muy
traicionada, enfadada, triste… Me siento un tornado de
emociones y… demasiado bebida.
—Bonita cita —le digo sonriendo falsamente—. ¿Por qué no
trajiste a Jeremy también? —Ladeo la cabeza y aprieto los
labios.
—Sam… —empieza a decir, pero le interrumpo.
—No, en serio… —Me quedo en silencio unos segundos.
Creo que siento náuseas de nuevo… No. Falsa alarma—. Me
da igual.
Tyler parece confundido por momentos. Intenta tomar mi
mano, pero la alejo antes de que pueda hacerlo.
—Tú has venido con Drake —suelta de repente. Ahora me
muestro más confundida que él. ¿Y eso qué tiene que ver?
—¿Qué? ¿Acaso estás celoso?
Al instante de decir eso, me arrepiento por completo.
—Yo no he dado mi autorización para que mis labios digan
eso. Solo estaba pensándolo… —Acabo de empeorar las cosas
aún más.
¿Por qué no siento náuseas otra vez? Así vomito y dejo de
decir estupideces.
Tyler frunce el ceño confundido, pero se le escapa una
sonrisita. Intenta tomar mi mano nuevamente, pero vuelvo a
alejarme dos pasos hacia atrás. Entonces tira de mi mano y me
acerca a él con tanta fuerza que casi choco contra su pecho.
Me saca una cabeza en estatura, pero por los tacones solo es
necesario que levante un poco el mentón para mirarlo.
—Te ibas a caer… —dice— a la piscina.
No le respondo. Me quedo en silencio. El contacto visual se
mantiene, no nos movemos ni un centímetro más, ni uno
menos. Solo estamos allí. Para atraerme hacia él, también
coloco una de sus manos en mi cintura mientras que yo tengo
una sobre su pecho. Trago saliva con dificultad.
—¿Qué están haciendo?
Mi mejor amiga está mirándonos con los ojos entrecerrados,
como si sospechara de nosotros de alguna forma. En ese
momento, mi cuerpo parece reaccionar. Me alejo de Tyler con
rapidez, y él no opone resistencia. De repente se me pasa la
ebriedad como si lo que acaba de suceder entre nosotros me la
hubiera quitado de golpe. Caroline se lleva una mano a la
cintura, esperando explicaciones.
—Se iba a caer a la piscina. Tuve que detenerla —explica
Tyler pasándose una mano por el pelo—. Ha bebido
demasiado.
—Estoy bien —digo mirándole con odio.
—Ya veo… —asiente Caroline, sin creernos a ninguno de
los dos—. Solo venía a comprobar que estabas bien, Sam —
recalca mi nombre. Tyler baja la mirada a sus zapatos—.
Entremos, ¿sí?
Asiento con la cabeza. Juntas caminamos hacia dentro,
alejándonos de Tyler rápidamente. Ella no me pregunta nada
sobre lo que ha pasado, y tampoco menciona a Jenna, lo que le
agradezco. No es el momento. Posiblemente, hablaremos de
ello cuando volvamos a casa y pueda llorar o golpear
almohadas en mi habitación.
Puedo ver a Nick y a Luke charlando en la barra a unos
metros de nosotras. Mi primo parece un payaso con la cantidad
de pintalabios que tiene en el rostro. Me pregunto de quién
será. Caroline me indica que le acompañe al baño, así que la
sigo, pero como no nos hemos dado la mano, la pierdo
rápidamente por la cantidad de gente sudorosa que hay en la
pista de baile.
Mientras la busco con la mirada, choco con una persona
detrás de mí. Cuando me giro para disculparme, prefiero
guardarme mis disculpas. Jenna está observándome de pies a
cabeza con aires de superioridad. Una sonrisa burlona adorna
su rostro y hace que apriete mis dientes.
—Has tenido suerte de que no haya derramado mi bebida
sobre ti —bromea sin gracia. No le contesto—. ¿Te pasa algo,
cariño? —me pregunta fingiendo preocupación. Se lleva una
mano al pecho—. No te molestará que Tyler sea mi cita,
¿verdad?