Mi estúpido niñero

Capítulo 24

—¿Tyler? —pregunto sin creerlo. 
Caroline abre la boca ofendida, girándose para mirar a Tyler 
y luego a mí. 
—¿En serio crees que tengo tan mal gusto? —me pregunta 
indignada—. No te ofendas —le dice a Tyler. 
—Para nada —le responde sarcástico. 
—Si no es Tyler, ¿quién es? —pregunto confundida. 
Luke vuelve a darme un codazo sorprendido. Todo lo que 
sucede a continuación parece ocurrir a cámara lenta. Me giro y 
me encuentro con Nick caminando hacia nosotros. Al 
principio, está inexpresivo, pero cuando sus ojos se encuentran 
con los míos, hace una mueca. Miro de nuevo a Caroline y 
está se encoge de hombros con una pequeña sonrisa. 
—Uf —suelto, asqueada. 
Caroline suspira aliviada. Nick llega hasta nosotros y evita 
mirarme. 
—Tenemos que hablar —le dice Caroline. 
—Estoy de acuerdo —responde mi primo. 
—Dijiste que no tenías mal gusto —le digo a Caroline 
cruzándome de brazos—. Puedo preguntar en qué momento ha 
pasado esto.

—Por eso no quería decírtelo, sabía que te ibas a enfadar — 
replica ella ladeando la cabeza. 
—No estoy enfadada, estoy asqueada… —Suavizo mi ceño 
fruncido—. Y no puedo creer que ninguno de los dos lo haya 
mencionado antes. 
—Es que lo nuestro no iba en serio —me explica Caroline, 
mirando a mi primo, que parece sorprendido por sus palabras 
—. ¿Verdad, Nick? 
—Claro. Sí. Para mí tampoco iba en serio. 
Nick se encoge de hombros con una sonrisa. 
—¿Qué harán ahora? —pregunta Luke, cambiando un poco 
de tema. 
Puedo notar con el rabillo del ojo que Tyler está mirándome 
de reojo. 
—Lo primero que haré será contárselo a mi madre —nos 
dice Caroline bajando de nuevo la mirada—. Posiblemente, 
me asesine, pero es algo que debe saber. Después pensaré 
sobre qué decisión tomar. 
—Te apoyaré en lo que decidas —le dice Nick, tomando una 
de sus manos. 
Ella le sonríe agradecida. Hago una mueca. 
Carraspeo incómoda. No estoy enojada, pero sí me sorprende 
mucho que estén juntos. Es algo que jamás me hubiera 
imaginado que pudiera pasar. El hecho de que mi mejor amiga, 
que es casi como mi hermana, y mi primo, que es casi como 
mi hermano, tengan un hijo juntos es algo que lleva tiempo 
procesar. 
—Iré con Nick a casa para hablar con mi madre. Les llamo 
luego para contarles cómo ha ido, ¿sí? —nos dice a Luke y a mí. 
Asiento con la cabeza. 
—No quiero que estés enfadada. 
—No estoy enfadada con ninguno —aclaro mirándolos a 
ambos—, solo estoy… sorprendida. —Me encojo de hombros. 
Caroline y Nick me sonríen y comienzan a caminar. Luego 
ella se detiene y se gira para decirle algo a Luke: 
—Ah, Sam y Tyler se han vuelto a besar. Me debes 
doscientos dólares. 
Cubro mi rostro con una mano, avergonzada. Tyler baja la 
mirada riendo por lo bajo. 
—¿Besaste a mi amigo? —me pregunta Nick, indignado. 
—¡Tú embarazaste a mi mejor amiga! —exclamo aún más 
indignada. 
—Pero ¡fue accidentalmente! 
—¡Lo mío también! 
Bueno, si antes estaba avergonzada, ahora aún más. Tyler ya 
no se ríe, está serio y temo haber herido sus sentimientos. 
—Bueno, yo me voy —dice Luke, y comienza a caminar, 
visiblemente incómodo por la situación. 
—Nosotros también —dicen Caroline y Nick. 
Nos dejan en pleno pasillo en silencio. No sé cómo iniciar la 
conversación. Obviamente, sabía que debíamos hablar sobre el 
beso, pero jamás pensé que comenzaríamos nuestra charla 
conmigo diciendo algo hiriente. Para mi suerte, me suena el 
móvil en el bolsillo de la chaqueta tejana. 
—¿Hola? —respondo rápidamente sin fijarme quién es.

—Hola, hija. Acabo de llegar del aeropuerto y no encuentro 
mis llaves. —Me alegro al escuchar a mi padre del otro lado. 
No solo por saber que ya está en Los Ángeles, sino porque 
acaba de salvarme por unos segundos—. ¿Podrías venir? No 
hay nadie en la casa. 
—Sí, no te preocupes, papá. Enseguida voy a casa —le digo 
mirando a Tyler de reojo. 
Mi padre finaliza la llamada, volviendo a dejarnos en un 
silencio incómodo. Abro la boca para decirle cualquier cosa a 
Tyler, pero ni siquiera sé qué, y mis cuerdas vocales parecen 
querer negarse a emitir sonido alguno. 
—¿Edward ha vuelto? —me pregunta Tyler. Cierro la boca y 
asiento con la cabeza—. Vamos. Te llevo. 
No espera mi respuesta y comienza a caminar hacia la salida 
del hospital. Lo sigo en silencio durante todo el trayecto hasta 
el aparcamiento. Sé que no debí decir eso. Fue por culpa de 
Nick. Si él no hubiera sido tan hipócrita, mi boca se hubiera 
mantenido cerrada y nada de esto estaría pasando. ¿A quién 
engaño? Lo he estropeado todo. He hecho sentir mal a Tyler y 
debo disculparme por ello. 
—No quise decir eso —suelto cuando estamos dentro del 
coche. 
Tyler ignora lo que le digo y arranca. Suspiro. 
—Aunque, sinceramente, no sé qué fue ese beso —comento. 
Creo que es momento de hablar de algo mucho más serio que 
el beso—. Yo… 
—Fue la presión del momento —me interrumpe—. Todos 
hacemos cosas estúpidas bajo presión. 
Creo que estamos en paz.

—Claro —asiento sonriendo forzadamente, sintiendo sus 
palabras como miles de cuchillas en mi corazón—. La verdad 
es que tienes razón. Fue solo un estúpido beso. —Me río 
falsamente. 
—Así es… —asiente, manteniendo la mirada al frente. 
Me recuesto en el asiento y miro por la ventanilla. ¿En 
verdad acaba de dejarme por segunda vez en la friendzone? Si 
es así, sigue doliendo como si fuera la primera. Suelto un 
suspiro. «Estúpido, Tyler.» 
—Jessica volvió a dar señales. —Giro mi rostro para mirarlo 
—. Ayer, para ser más específico. 
—¿Y qué quiere? —le pregunto. 
—Verme —contesta. 
—¿Y… vas a verla cuando te vayas a Inglaterra? —pregunto 
algo insegura. 
—No, no voy a verla en ninguna parte. 
—Oh, bien. 
La verdad es que me alegra que no vaya a encontrarse con 
Jessica. Tuvieron una historia, y si se encontrara con ella, me 
pondría algo celosa. Me guste o no admitirlo. Justamente por 
eso debo intentar olvidar estos sentimientos que no son 
correspondidos. Me lo ha aclarado dos veces de formas 
dolorosas. Agradecería que a la tercera me atropellara, eso 
dolería menos que las frases «Todos hacemos cosas estúpidas 
cuando estamos bajo presión» y «Me alegra que seamos 
amigos». 
El resto del camino es silencioso. Él no dice nada más, y yo, 
después de cómo se ha referido a nuestro beso, decido no 
agregar nada más y quedarme sufriendo en silencio. Cuando llegamos a casa, no veo a nadie fuera, así que asumo que quizá 
mi madre ya ha llegado y ha abierto la puerta. El coche se 
detiene y Tyler se queda inmóvil en el asiento del piloto. 
—Sam, debo decirte algo… —me dice con la mirada en el 
volante. 
—Te escucho —contesto arqueando una ceja. 
—Yo… 
—¡Por fin! —exclaman en mi ventanilla. Me sobresalto al 
escuchar la voz de mi padre—. Estoy asándome con este traje. 
—Sonrío al verlo—. Hola, Sammie. 
—Hola, papá —contesto riendo por lo bajo. Busco mis 
llaves en la mochila y se las doy—. Aquí tienes. 
Papá se aleja de nosotros para entrar en casa. Tyler mantiene 
su vista al frente, pensativo y serio. Me aclaro la garganta para 
llamar su atención. Él me mira y lo observo elevando las cejas. 
—¿Qué ibas a decirme? —pregunto. 
Asiente con la cabeza. 
—Iba a decirte que tengo que hacer las maletas. 
—¿Bien? —digo, pero suena más a pregunta. Él sonríe y 
baja del coche con rapidez. 
La semana de exámenes finalmente ha terminado. Gracias al 
cielo. Ha sido una semana difícil por tener la presión de 
graduarnos sobre nuestros hombros. Estamos muy confiados 
en que hemos hecho bien todos los exámenes. Aún falta que 
nos den las notas, y debemos seguir yendo, pero cruzamos los 
dedos para que todo vaya bien. 
Pero esa etapa de sufrimiento ha finalizado y estoy muy 
contenta por ello, más que nada por Caroline. Ahora que se graduará (porque, vamos, es Caroline, la mejor de la clase. 
Nadie duda de que lo ha aprobado todo) podrá concentrarse en 
su embarazo. Su madre, obviamente, lloró se enojó y lo pasó 
mal cuando mi primo y mi mejor amiga le dieron la noticia, 
pero luego comprendió y recapacitó que lo ocurrido no ha sido 
culpa de ninguno de los dos. Ella, al igual que Nick, apoyan a 
Caro en lo que sea que decida. Después de todo, es su cuerpo. 
No volví a hablar con Tyler sobre el beso, y básicamente no 
volví a hablar con él de nada más. Estuvo evitándome casi 
toda la semana, rompiendo nuestra lista de cosas por hacer 
antes de que se vaya. No lo culpo. Después del beso, es 
entendible que se sienta incómodo. Al final, yo tenía razón: 
me arriesgué y las cosas salieron mal. 
Me acuesto después de secarme el pelo. Estos meses han 
sido muy estresantes. Mañana les pediré a mis padres una 
semana de spa como regalo de graduación. O quizá me vaya a 
un retiro espiritual en vacaciones. No lo sé. 
Puedo escuchar el sonido de un coche. Me levanto con 
rapidez de la cama para mirar por la ventana, que está 
entreabierta. Tyler está bajando de su coche en este momento, 
lleva unas bolsas en las manos. Me pregunto qué serán. 
Vuelvo a acostarme, decidida a dormir. 
—¿Estás dormida? —Escucho una voz unos minutos 
después. 
—Qué ¿no sabes llamar? —pregunto de mala gana. 
—¿Quieres hacer una fiesta de pijamas? 
Me estiro para encender mi lamparita. Tyler está asomándose 
por la puerta de mi habitación y no parece estar bromeando 
con querer hacer una fiesta de pijamas. 
—Bueno. —Me encojo de hombros.



#1732 en Joven Adulto

En el texto hay: adolescentes, drama, niñero

Editado: 07.01.2024

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