Mi estúpido niñero

Capítulo 28

Hace cinco días de la videollamada con Tyler. No puedo creer 
que haya estado con otra chica a solo días de decirme que 
supuestamente me quiere. Me escribió y me llamó varias 
veces, pero finalmente ha entendido que no quiero hablar con 
él. Debí haberle hecho caso a mi conciencia. No debí 
arriesgarme. Ahora las cosas entre nosotros están mal, como 
tanto temía. Aunque nunca pensé que iba a ser por su culpa. 
—Sí. Adiós, Nick. 
Mi mejor amiga cuelga mientras camina hacia mí. 
La declaración de Nick irrumpiendo el sueño de Caroline 
resultó mejor de lo que esperaba. Ambos tuvieron una larga 
charla sobre lo que sienten. Ambos negaron querer al otro en 
el hospital por orgullo. Ella porque pensó que él diría algo así, 
y él porque ella mencionó primero que no iba en serio. Sí, dos 
completos estúpidos. Pero ¿quién soy yo para juzgarlos? 
Después de todo, estoy ignorando a Tyler. Detesto las 
confrontaciones. 
La dependienta trae tres pares de zapatos para que Caroline 
se los pruebe. Ella ya tiene su vestido de graduación desde 
principios de año, pero había dejado los zapatos para el último 
momento. Quién la entiende. Mientras se los prueba, me 
acerco para ver unos que llaman mi atención. Son de color 
crema, casi idénticos a unos que tengo, pero los míos son negros. 
—Disculpa, ¿vas a probártelos? —me pregunta una chica de 
cabello rubio ceniza recogido en una perfecta coleta. 
—Oh, no —contesto negando con la cabeza mientras se los 
paso. 
—Muchas gracias —dice sonriendo. Le correspondo con 
otra sonrisa. Miro hacia donde Caroline se encuentra, parece 
estar explicándole algo a la dependienta—. No puedo 
decidirme si me llevo estos o los negros. ¿Tú qué opinas? —la 
rubia me vuelve a hablar. 
La observo con más atención mientras mira indecisa los 
zapatos. Tiene unos ojos verdes almendrados. Una nariz recta 
y pequeña que tiene algunas pecas casi invisibles sobre ella. 
Labios delgados, delineados perfectamente para que parezcan 
más grandes, y una mandíbula recta. Sin duda parece una 
especie de modelo. 
—Puesss… —Tardo unos segundos en reaccionar—. 
Elegiría los negros porque pueden combinarse con cualquier 
color y usarse en cualquier ocasión. 
—Buena respuesta… —dice esperando mi nombre. 
—Sam —contesto sonriendo levemente—. Mucho gusto. 
—Juliett. —Deja los zapatos color crema nuevamente en su 
lugar—. El gusto es mío, Sam. 
—Dios, si estoy estresada con la graduación, no quiero 
imaginarme cómo estaré el día de mi boda. 
Caroline viene hacia mí quejándose por algo. Camina con el 
ceño fruncido y una mano sobre el estómago. Al ver que 
tenemos compañía, cambia ese rostro gruñón por uno más 
agradable.

—Juliett, ella es Caroline, mi gruñona mejor amiga —la 
presento con una sonrisa. Caroline finge fulminarme con la 
mirada—. Caro, ella es Juliett. La acabo de conocer. 
—Mucho gusto —le dice Caroline tendiéndole la mano. 
—Igualmente. —Ambas se dan un corto apretón de manos 
manteniendo la sonrisa—. Así que… graduación, ¿eh? 
—Así es… Estamos muy nerviosas —contesta Caroline. 
—Disculpa, ¿te oí decir «estamos»? —finjo estar confusa. 
—No sé si lo necesitan o no, pero soy maquilladora. —Mete 
la mano en el bolso rojo que cuelga de su antebrazo—. Quizá 
les quito un problema. —Nos tiende una tarjeta negra con algo 
escrito en letras doradas. 
—¡Ay, Dios! Realmente sí. —Caroline acepta la tarjeta como 
si fuera un millón de dólares—. Te llamaremos. 
—Espero su llamada —canturrea Juliett guiñándonos un ojo. 
Caroline suelta un suspiro mientras la vemos alejarse de 
nosotras. Le quito la tarjeta para leer lo que pone: Juliett Make 
UP, seguido de su número de teléfono. También lleva escrito 
para qué tipos de eventos realiza los maquillajes. Mi amiga 
vuelve a quitarme la tarjeta. 
—Qué simpática —dice sonriendo. Asiento con la cabeza—. 
Me imagino que sigues sin hablarle a Tyler… —me dice 
negando con la cabeza. 
—Claro que sí —respondo con obviedad—. Estaba con 
alguien más. 
—Pudo ser un error. 
—Sí, internet falló y la imagen se congeló —digo sarcástica 
—. Eso explica por qué sus labios no se movieron cuando se escuchó aquella voz femenina. ¡Oh! Y debo mencionar que 
también habló de él mismo en tercera persona. 
—¿Y tú qué sabes si era una chica? —me pregunta—. Quizá 
era su hermana. 
—Emily vive en Connecticut. 
—Entonces pudo ser su abuela. 
Le lanzo una mirada asesina y comienzo a caminar por la 
tienda. 
—Lo que tienes es miedo —me dice, apresurándose para 
ponerse a mi lado. 
—¿Disculpa? 
—Quieres creer que fue una chica porque así das por 
terminada tu relación con Tyler por miedo a que algo más la 
estropee en el futuro. 
La miro con las cejas arqueadas. Caroline me dedica una 
pequeña sonrisa de superioridad. 
—Caroline… —Al principio estaba enojada, pero ahora que 
lo pienso, esa puede ser la razón por la cual no busco una 
explicación—. Si querías analizar a alguien, tendrías que haber 
invitado a Daniela. 
TYLER 
No entiendo qué está sucediendo con Sam. Estábamos bien, 
hablábamos todo el día y siempre encontrábamos algún tema 
de conversación. No nos aburríamos nunca o eso pensaba yo. 
Ahora simplemente se dedica a ignorar mis llamadas y no da 
señales de vida. 
Me siento mal por ello. Sam se ha convertido en una persona 
muy importante para mí —obviamente—. La quiero, y que esté ignorándome sin ninguna razón me duele. Me había 
acostumbrado a hablar con ella sobre cualquier cosa, a 
molestarla por estupideces, a que me contara cómo le había 
ido el día… No sé. La echo de menos. 
—¡Hola! —exclaman a mi lado—. ¡Tierra llamando a Tyler! 
—¿Qué quieres? 
Odio que me asusten de esa forma. Estaba tan concentrado 
pensando en Sam que ni siquiera he notado la presencia de 
Emily. 
—¿En qué piensas, tontín? —pregunta enrollando un 
mechón de cabello en su dedo índice—. O mejor dicho: ¿quién 
ocupa tus pensamientos? 
Emily se pasa un mechón por detrás de la oreja mientras 
sonríe como si supiera la respuesta a su propia pregunta. 
Necesito la opinión de mi hermana en esta situación. 
Seguramente sabe qué le pasa a Sam. 
—¿Recuerdas a la chica que tuve que cuidar? —pregunto, y 
ella asiente confundida—. Bueno, pienso en ella. 
—¿Qué sucede con ella? —pregunta. 
—Pues que me está ignorando desde ayer —respondo 
soltando un suspiro. 
—¿Desde cuándo te importa que una chica te ignore? — 
pregunta mientras suelta una risita. 
Tiene razón. Jamás me había afectado ser ignorado por 
alguien, ya fuera una chica, un chico o la reina de Inglaterra. 
Todas las personas que estaban en mi vida antes eran una muy 
mala influencia para mí, y desde que me alejé de ellas, me 
volví una persona solitaria que solo disfruta de su propia 
compañía. Pero en Los Ángeles he conocido a personas geniales, sobre todo a Sam, y he tenido la suerte de que se 
convirtieran en mis amigos. Pero Sam es más que mi casi 
mejor amiga. En verdad, la quiero. 
Me encojo de hombros ante la pregunta de Emily. 
—¿Cuándo fue la última vez que hablaron? —pregunta. 
—Tú estabas presente. Estábamos hablando por 
videollamada. 
Emily frunce los labios y las cejas. Observa toda la 
habitación como si intentara recordar algo. Segundos después, 
me golpea mi pierna con la mano. 
—En serio eres estúpido —me suelta molesta—. Debe de 
haber malinterpretado lo que dije. 
—Tienes razón —asiento—. ¿Por qué no se me ocurrió 
antes? 
—Porque eres un idiota. 
En eso tiene razón. Pero por mi orgullo no lo admitiré. 
Saco el móvil del bolsillo del pantalón. Emily me observa 
fijamente mientras lo hago. Ella me ayudó a darme cuenta de 
lo que le pasa a Sam y sé que Sam va a seguir ignorándome 
porque odia las confrontaciones, y mucho más porque en este 
momento debe de estar pensando que todo lo que le he dicho 
fue mentira. 
—¿A quién llamas? —me pregunta mi hermana. 
—A la persona más controladora del mundo —le contesto 
comenzando a marcar. 
CAROLINE 
Estamos volviendo del centro comercial, pero sin los zapatos. 
Ninguno me llamó la atención. Sí, todos los que me enseñaron eran bonitos, pero ningunos eran los apropiados. Tendré que 
seguir buscando, pero la próxima vez invitaré a Daniela 
también, así mientras Sam está hablando con desconocidas, 
ella me ayudará a elegir. 
Mi teléfono comienza a sonar y puedo ver que en la pantalla 
se ilumina el nombre de Tyler. Miro de reojo a Sam, que 
mantiene su vista al frente mientras conduce. 
—Hola, mamá —contesto con alegría fingida. 
—¿Mamá? Soy Tyler, Caroline… —me dice Tyler, 
confundido. 
—Sí, estoy con Sam, mamá —recalco la última palabra. 
—Ah, claro… —Por fin entiende—. Eh…, lo he estropeado 
todo… Bueno, en realidad ha sido mi hermana. Yo… 
—Sí, sé que lo estropeaste, mamá. Pero Nick y yo te 
ayudaremos a arreglarlo. No te preocupes. 
Cuelgo. Siempre estoy un paso por delante de todo el 
mundo. Cuando estaba en el centro comercial con Sam, hablé 
con Nick para confirmar nuestro plan para solucionar las cosas 
entre ella y Tyler. 
Sé que tuve razón con respecto a por qué Sam evita hablar 
con Tyler. El confesar sus sentimientos para ella fue muy 
importante porque suponía colocar su amistad con él en una 
cuerda floja. La reciente relación que ambos están teniendo 
determina si su amistad se tambalea, se cae de la cuerda o si 
esta se rompe. Y ahora Tyler, siendo un estúpido como de 
costumbre, lo ha estropeado todo. Pero ellos tienen suerte de 
que Nick y yo estemos cerca. 
Sam va a la cocina y Nick llega detrás de mí. Ambos nos 
miramos y asentimos. Me coloco en la entrada de la cocina 
mientras él va a colocarse en la otra entrada, para evitar que Sam pueda salir de aquí. No se da cuenta de lo que hacemos, 
solamente bebe con tranquilidad de su botella de agua. 
—Sam. 
Me mira mientras vuelve a tapar la botella de agua. 
—Hablarás con Tyler y dejarás que te explique —le digo 
cruzándome de brazos. 
—No lo haré. 
—No es una pregunta —dice Nick. 
Sam asiente lentamente con la cabeza. Debe de estar ideando 
un plan de escapatoria, pero es imposible. He pensado en todo. 
—Voy a golpearlos si me tocan —nos dice, arqueando una 
ceja. 
—No puedes golpearme —contesto entrecerrando los ojos 
—. Estoy embarazada. 
Mira a Nick. 
—Yo soy tu primo. No puedes pegarme —dice él con 
obviedad. 
Sam vuelve a mirar a Nick y luego a mí. Se queda unos 
segundos en silencio y… 
—¡Mamá, papá! ¡Intentan matarme! ¡Socorro! —grita. 
Nosotros nos reímos. 
—Salieron a cenar. 
—Mierda. —Se muerde el labio inferior—. ¿Saben que solo 
lo haría porque ustedes me obligan y no porque yo quiero? 
—Nos lo agradecerás luego —contesto sonriendo. 
Sam entorna los ojos y asiente con la cabeza. Me acerco a 
encender su portátil, que está sobre la isla de la cocina. Nick saca unas esposas de su bolsillo trasero para colocárselas y así 
asegurarnos de que no saldrá corriendo. 
—¿Por qué diablos llevas unas esposas? —le pregunta Sam 
extrañada. 
—Son de juguete. 
No puedo evitar sonrojarme al escuchar eso. 
Cuando Sam me mira, dejo de sonreír y continúo con el 
ordenador. Le mando un mensaje a Tyler para avisarle de que 
se conecte. No sé cuántas horas de diferencia hay de Los 
Ángeles a Inglaterra, pero si quiere que Sam lo escuche, debe 
estar despierto. Para mi suerte, se conecta unos minutos 
después. 
Empieza la videollamada. Tyler parece estar acostado. Tiene 
el torso desnudo y de fondo puedo ver el cabezal de su cama. 
Apoya los codos sobre la cama y el rostro sobre las manos. Al 
ver a Sam, sonríe. Los dejamos solos para que puedan resolver 
sus cosas. 
SAM 
Al ver a Tyler, siento una sensación de alivio. Pasé de verlo 
todos los días, a verlo por una pantalla y, finalmente, a no 
verlo. Por más que en un principio estuve enfadada, ahora solo 
siento miedo de que nuestra amistad no sea como antes por las 
estúpidas peleas que tenemos debido a lo que sentimos el uno 
por el otro. 
En cuanto Caroline y Nick se van, Tyler comienza a hablar: 
—Así que celosa, ¿eh? —bromea para romper la tensión. 
—No puedo irme. —Muevo un poco el portátil para que vea 
que estoy esposada a la silla—. Pero puedo colgar.



#1738 en Joven Adulto

En el texto hay: adolescentes, drama, niñero

Editado: 07.01.2024

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