Al llegar a la entrega de diplomas, el instituto se ve mucho
más lleno de personas que en los días de clases. Me he
encontrado con la madre de Jeremy, que me ha llenado de
elogios, y cuando Tyler no se daba cuenta, me ha guiñado un
ojo dándome su bendición. Sin duda, Carol es la mejor
exsuegra del mundo.
Cuando Tyler y Nick nos abandonan para ir a buscar
asientos, Caroline enlaza su brazo con el mío para caminar
juntas entre la multitud que va de aquí para allá. Vamos en
dirección al teatro. Allí las personas son mucho más
civilizadas que las que están afuera, apenas ven nuestros
vestidos, nos ceden el paso automáticamente. Llegamos detrás
del telón, donde están todos los graduados.
—¡Hola, chicas! —Daniela nos saluda eufórica—. ¡Se ven
hermosas!
Daniela nos deja sin palabras. Su vestido parece el de una
especie de diosa griega. Es blanco con encaje dorado en la
parte de la espalda y un poco al comienzo del escote. No es
ajustado, pero tampoco muy suelto. Es perfecto. Ha recogido
su larga melena rubia en una hermosa trenza de espiga que le
cae delicadamente sobre uno de sus hombros.
—Tú también estás guau —le responde Caroline, moviendo
la cabeza mientras escanea su vestido.
—Superguau —asiento sonriendo.
Daniela sonríe negando con la cabeza, fingiendo falsa
modestia. Pero sabe que se ve perfecta.
—¡Oh, por Dios! —Escucho esa voz tan conocida—. No
puedo creer que vayamos a graduarnos. Necesito beber. —
Luke se coloca entre Caroline y yo y nos abraza por los
hombros—. Por cierto, están preciosas —nos dice a las tres.
—Y tú eres el más guapo del lugar —le responde Daniela en
broma, guiñándole un ojo.
—Agradezco el cumplido —contesta Luke, soltándonos
lentamente—. ¡Vamos a nuestros asientos!
Primero es la ceremonia donde nos entregarán los diplomas.
El director Frederic nos llamará por el micrófono y subiremos
al escenario caminando despacio. Nos dará el diploma y nos
tomarán una foto con él.
Mientras bajo ahora del escenario, puedo ver a mis padres
sentados junto a Nick y Tyler. Ellos están un poco cerca de la
sección apartada de sillas donde debemos sentarnos nosotros.
Sigo caminando hasta el sector donde nos encontramos el
alumnado. Hay diez hileras de sillas. Nosotras tres nos
sentamos junto a Luke en la quinta. En la segunda hilera
puedo ver a Jenna. Lleva un sencillo vestido esmeralda, muy
bonito y elegante, y se ha alisado su cabello rubio. Se gira
hacia nosotros y se me queda mirando sin expresión. Sonrío
sin separar los labios, esperando la misma respuesta, pero, en
vez de eso, frunce el ceño levemente antes de volver a girarse.
Suspiro dejando de sonreír. En serio quiero que las cosas estén
bien entre nosotras. La secundaria ya se ha terminado y, con
ello, también debería terminar nuestra estúpida enemistad.
—¿Han oído que Jenna hará una fiesta dentro de unos días?
—Daniela susurra haciendo que deje de mirar la espalda de
Jenna a unos metros de mí. Niego con la cabeza—. Yo
tampoco. La bruja no me ha invitado —dice indignada
volviendo a pegar la espalda en su silla.
Comienzan a darnos las togas y los birretes negros. En los
birretes se encuentran nuestros nombres bordados en dorado.
Todo es perfecto gracias a que Caroline lo organizó todo con
el consejo estudiantil. Tras colocarme la toga, me percato de
un terrible error.
—Esto debe de ser una broma —digo en voz baja.
—¿Qué sucede? —me pregunta Caroline.
—Escribieron Samantha en vez de Sam.
Se lo enseño, y ella finge estar sorprendida.
—Y vienen cosas peores, dice la Biblia —murmura,
simulando indignación.
Nos reímos en el mismo momento en que las luces se
apagan, quedando encendidas solo las del escenario.
—Bienvenidos a la entrega de diplomas número ciento
cuarenta y siete del Instituto Griffin Stone —anuncia el
director por el micrófono—. Me siento muy honrado de ser
quien les dé el pasaje para empezar su nueva vida a estos
jóvenes. Hoy termina una etapa y comienza otra para ellos. La
vida adulta. Un territorio completamente nuevo para algunos,
para otros no tanto, pero con much…
Dejo de prestar atención al discurso para centrarla en las
manos de Caroline. Está jugando con los dedos,
entrelazándolos. Está nerviosa. En cuanto acaben de entregar
los diplomas, ella deberá dar un discurso. Lleva escribiéndolo
semanas. Sé que a todos les encantará.
—Todo saldrá bien —le susurro. Ella asiente, pero aún está
nerviosa.
Yo también lo estaría, porque primero no tendría la
imaginación suficiente para escribirlo y si lo hiciera sería algo
así como: «Los odio a todos y espero no verlos nunca más.
Gracias». Segundo, posiblemente entraría en pánico y
vomitaría. Dios… Solo de imaginarme en ese trance ya me
entran ganas de vomitar.
—Creo que vomitaré —me dice Caroline.
—Yo también —admito.
Ambas nos miramos y sonreímos. Tras cinco minutos más
del discurso del director y algunas palabras de unos cuantos
profesores, por fin es el momento de recibir los diplomas.
—¡Me complace anunciar a los graduados de la generación
de 2014!
Siento que me sudan las manos por los nervios y miro a
Caroline. Está inhalando y exhalando. Le doy un leve codazo.
Me mira de reojo. Le hago una señal de que se calme. Va a
desmayarse si sigue así.
—Elizabeth Duncan.
Elizabeth es básicamente la chica tímida de la clase. Jamás
mostró expresión ante nada y ahora parece estar expresando
todo lo que nunca expresó. Sonríe abiertamente.
— Thomas Brown.
Oh, Thomas. Me alegra que se gradúe. Se caracteriza por ser
el chico holgazán.
Vuelvo mi vista al frente. Veo una parejita a lo lejos. Ambos
se dan la mano. Suspiro pensando en lo mucho que me
gustaría que Tyler estuviera sentado junto a mí, listo para recibir su diploma al igual que yo.
—Luke Williams.
Todos aplaudimos y animamos a mi mejor amigo. Luke,
básicamente, ha sido el bufón de la clase. El que, dijera lo que
dijese, hacía que todos nos riéramos. Esa es una de las
cualidades que más me gustan de él. Siempre hace felices a los
demás, incluso con una broma mala sobre la tabla periódica.
—Jeremy Johnson.
Nuevamente, todos aplauden y silban como ya han hecho
antes con Luke. Todos, menos Daniela y Caroline. Puedo
sentir sus miradas de reojo, como si buscaran mi permiso para
aplaudirle. Comienzo a aplaudir. Fue mi primer novio. Lo
malo que pasó entre nosotros se queda en la secundaria y lo
bueno siempre en mi corazón. Él sonríe contento con la
ovación que recibe y se posiciona en su lugar en el escenario.
—Jennifer Ferrer.
Jenna sube como solo ella sabe hacerlo. Comienzo a aplaudir
de nuevo, encogiéndome de hombros ante las miradas
confusas de Caroline y Daniela. Tras unos segundos, ellas
también aplauden. Después de todo, es solo un aplauso y esta
es la noche de todos.
—Daniela Pattison.
Daniela sube al escenario con una caminata elegante que
estuvo practicando las últimas semanas. Viéndola allí arriba,
siendo tan ella, no puedo evitar pensar que al comienzo de la
secundaria nos odiábamos, pero ahora somos amigas. Me
gustaría que fuera así también con Jenna.
Tras nombrar a otros compañeros y compañeras, por fin
llega mi turno.