Meses después
—¿No te impresiona? —le pregunto mirando con
detenimiento su estómago.
—Creo que es hermoso —me contesta Caroline, encantada.
Estamos acostadas en mi cama. Caroline está en el medio,
entre Daniela y yo. Después de meses de espera, por fin será el
día en que mi mejor amiga dará a luz a su hija. Porque, sí, es
una niña. Al enterarnos de eso, nos sentimos emocionadas y
obviamente encantadas. Será tan lindo. Ninguno de los dos
quiere ponerle Sam, pero sé que los convenceré luego.
—A mí me parece molesto —dice Daniela, frunciendo el
ceño—. Es decir, no puedes dormir boca abajo y no quiero
imaginarme el dolor de espalda que sientes.
—Tú estuviste muy cerca de sentir ese dolor de espalda —le
recuerda Caroline con diversión.
Hace unos dos meses Daniela tuvo un retraso y casi
enloquece. Vino a mi casa a las cuatro de la mañana. Intentó
entrar por la puerta trasera y, al hacerlo, activó la alarma de la
casa. Me despertó a mí, a Nick, a mis padres y posiblemente a
todo el vecindario. Al final, fue una falsa alarma y su
menstruación solo se retrasó.
—Gracias a Dios, Satanás y el universo, no estaba embarazada —contesta Daniela, llevándose una mano al pecho
de forma dramática. Caroline y yo nos reímos.
Mi móvil comienza a sonar en la mesita que se encuentra
junto a Daniela, así que ella estira el brazo para cogerlo. Al ver
quién llama, entorna los ojos y luego me sonríe pícara al
dármelo.
—Oh —suelta Caroline, entendiendo el porqué de esa
mirada—. El señor de los negocios.
Cojo el teléfono y me incorporo.
—Hola —digo dulcemente al contestar la llamada.
—Hola, Donnut —responde del otro lado Tyler—. Estoy en
un descanso, así que pensé en llamarte. ¿Qué hacías?
Tyler está en Inglaterra, trabajando con sus padres. Nos costó
mucho despedirnos y todavía cuesta acostumbrarme a no
tenerlo en casa, pero llevamos la relación a distancia bastante
bien. Aunque durante estos meses ha hecho pequeñas
escapadas de unos días, así que nuestra separación se está
haciendo más llevadera.
—Oh, nosotras estábamos pensando en ir al centro comercial
—le cuento.
—Dile que le mando saludos —me susurra Caroline.
—Dile que me presente a su amigo, ese, el del golf —me
dice Daniela también en susurros.
Frunzo el ceño al no saber de quién habla, pero luego lo
recuerdo. Tyler subió una foto a Instagram con un chico.
—Caroline te dice hola —le paso el mensaje sonriendo—. Y
Daniela quiere que le presentes al chico con el que estabas en
tu última foto.
—Lo llevaré conmigo —dice Tyler bromeando, creo.
Escucho unas voces de fondo—. Oh, creo que mi descanso ha
terminado, Donnut.
—Bueno —contesto—. Te echo de menos —añado bajando
un poco la voz.
—Dos días —me dice—. Nos veremos en dos días, Donnut.
Yo también te echo de menos.
En cuanto finaliza la llamada, suelto un suspiro. Caroline y
Daniela se incorporan. Mi rubia amiga se va a retocar el
maquillaje. La embarazada, a mi lado, besa mi mejilla y me
dice que deje de sufrir, que vayamos por helado. Me río.
—Sé que jamás les he dicho esto, pero son las primeras
mejores amigas que tengo —suelta Daniela de repente,
volviéndose dramáticamente.
—¿Qué hay de Jenna? —pregunta Caroline, confundida.
—Nuestra amistad no era sana. Siempre competíamos entre
nosotras… —nos cuenta bajando la mirada—. Realmente
éramos patéticas… —agrega recordando esos momentos—.
Pero me alegra tenerlas a ustedes ahora —nos dice sonriendo.
—Y a nosotras tenerte a ti, Daniela —le digo sonriendo a mi
vez.
Jamás pensé que Daniela y yo seríamos amigas. Pero ahora
que lo es no puedo imaginar cómo sería mi vida sin su humor,
sus locuras y su amistad. Lo mismo me sucede con Caroline,
pero, obviamente, ella estará para siempre conmigo; es decir,
ella es directamente mi hermana.
—Ojalá mi hija tenga tan buenas amigas como ustedes —
dice Caroline, y suelta un suspiro, llevándose una mano al
estómago.
—Las tendrá —le asegura Daniela—. Será amiga de nuestras
hijas.
—Eso es tierno —le sonrío.
—Será amiga de la hija de Sam y Tyler —prosigue Daniela
—. Y de la hija que tendré con el millonario con el que me
casaré —finaliza encogiéndose de hombros.
Caroline y yo nos reímos. Sin duda adoramos a Daniela.
TYLER
Le pongo toda mi atención a unas carpetas que mi padre me ha
pedido que revise. Tanta que la secretaria de mi madre, Marie,
debe repetirme las cosas dos veces. Me disculpé las dos veces,
pero ella decía que no había ningún problema, así que dejé de
sentirme avergonzado. Cuando mi móvil suena, estiro la mano
para responder, por si es algo importante. No veo quién es.
—¿Hola? —digo.
—Hola, hermanito. —Al escuchar quién es, me relajo. Hace
días que no hablamos—. ¿Me has echado de menos?
Emily es mi «hermana mayor». Lo digo de esa forma porque
tiene solo un año más que yo, pero usualmente el que actúa
como hermano mayor soy yo. Hace días que no he hablado
con ella porque estaba con exámenes de la universidad, y si
está estresada evita tener contacto con personas. Eso o en
realidad es algo que se inventó para no tener que hablar
conmigo y responder preguntas sobre el trabajo.
—Hum, no tanto —respondo divertido—. Estoy… en la
oficina. ¿Podemos hablar después? —le pregunto.
—Claro —dice—. Me instalaré en el hotel mientras tanto.
Frunzo el ceño.
—¿Hotel? —pregunto intrigado—. ¿No estabas en New
Haven?
Emily vive en New Haven debido a que allí se encuentra su
universidad.
—Estaba —contesta—. Ahora acabo de aterrizar en Los
Ángeles.
—¿Por qué estás en Los Ángeles y no en New Haven? —
pregunto, dejando los papeles sobre mi escritorio y
recostándome en mi silla.
Escucho a Emily reír.
—Ay, Dios, pareces papá —dice divertida—. Tengo unos
días libres y quise venir a visitar a una amiga.
—Oh, genial —respondo—. Yo iré en dos días allí.
—¡Fantástico! —exclama, emocionada—. Entonces, por fin
conoceré a Sam, ¿eh?
Sí, aún no se conocen. No es por nada en especial, es solo
cuestión de agendas. Mi hermana suele estar ocupada con la
universidad, y Sam con sus cosas, así que pensé que era mejor
dejar que las cosas fluyeran y algún día ya se conocerían. Pero
ahora que lo pienso, no sé si es muy buena idea dejar a Emily
con mi novia.
—Veremos —contesto.
Escucho que suelta un bufido.
—Oh, vamos, no he conocido a nadie desde Jessica —me
dice en broma—. Y créeme, me gustaría que ella conozca a la
policía.
Recordar a Jessica ahora no me parece tan gracioso. No
después de que provocó el accidente de Sam. Me deja un mal sabor en la boca acordarme de ella.
—Bueno, debo colgar —le digo—. Hablamos luego.
Finalizo la llamada antes de que Emily pueda protestar. Me
quedo pensando en Jessica. Desde esa noche en el callejón, no
he vuelto a verla ni a saber nada de ella.
SAM
Escucho que llaman a la puerta y voy contenta a abrir porque
sé quién estará detrás.
Hoy por fin viene Tyler. Me siento feliz por ello. Mis padres
tuvieron que hacer un viaje de negocios, y por eso Caroline y
Daniela me hacen compañía. Cuando ellas no están, a veces
hago alguna videollamada a Luke. Aunque hace mucho tiempo
que apenas sé de él porque está muy ocupado. Así que tener a
mi novio aquí me hace muy feliz porque dejaré de sentirme
sola en esta enorme casa.
—¡Hola! —exclamo al abrir la puerta y me lanzo a sus
brazos—. ¡Qué bien que estés aquí!
—Me alegra estar aquí —me dice—. ¿Estás sola? —
pregunta al separarnos.
—Sí, Caroline y Nick tienen planes. —Me encojo de
hombros—. Y Daniela posiblemente esté en busca de su
millonario.
—¿Su millonario? —pregunta Tyler, mirándome confundido,
pero divertido.
—No importa. —Niego con la cabeza—. ¿Tienes hambre?
Entramos en casa. Tyler pasa su brazo sobre mis hombros,
acercándome a él, y me siento aliviada de tenerlo conmigo. En
realidad, me aburro mucho estando aquí sola.