Maratón 5/5: Soy muy curiosa

Apago el secador y peino bien mi cabello para luego atarlo en una coleta. Escucho mi celular sonar entonces salgo de baño para contestarlo. "Papá" aparece en la pantalla, acompañado de una fotografía que me saque con él hace algunos meses.

—Hola padre —saludo cortante cuando respondo.

Hace demasiado tiempo que no se nada sobre ellos. He estado llamándoles, pero al parecer están muy ocupados para responderme.

—Lis, ¿Cómo estás?

—Bien... ¿ustedes? —pregunto extrañada y algo enojada.

—Excelente —ríe levemente— Llamaba para decirte que el viaje se aplazó un poco de tiempo más.

—¿Recuerdas que mi cumpleaños se acerca? ¿Verdad? —pregunto sarcásticamente. Es obvio que no se acuerda.

—Claro que lo recuerdo, Lis. Eres mi hija —responde algo molesto— Pero estamos trabajando sabes cómo es esto.

—Claro que lo sé. Les importa más su trabajo que el cumpleaños de su única hija —digo von voz temblorosa— Que tengan lindo viaje, tráiganme un recuerdo —corto sin esperar respuesta.

Vuelvo al baño y me miro en el espejo. No había sido consiente de las pequeñas lagrimas que salían de mis ojos. ¿Tan mal me tome esto que tengo que llorar? Mejor dicho ¿Porque mis padres son tan cínicos? ¿No pueden ser padres normales y preocuparse por el cumpleaños de su hija? Al parecer no.

Dos golpes en mi puerta hacen que me sobresalte. Seco mis lágrimas con la palma de mi mano y suspiro dos veces.

—¡Esta abierto! —digo aún parada frente al espejo.

Tomo un labial rojo y comienzo a aplicarlo en mis labios. Escucho la puerta abrirse seguido de pasos acercándose hasta donde estoy. Trato de parecer lo más normal posible. Porque si es Rose me hará un interrogatorio y no quiero hablar del tema.

—Te estamos esperando, Lis —dice recostándose en el umbral de la puerta.

—Enseguida bajo —digo y sonrío sin separar los labios.

—¿Te sucede algo? —pregunta acercándose más a mí.

¿Tan mala soy como actriz? Es decir, no quiero ganarme un Oscar por mejor actriz ni nada solo no quiero que se dé cuenta de que estoy triste.

Suelto una risa nerviosa que al parecer me delata completamente porque ella entrecierra sus ojos.

—No me pasa nada — digo evitando mirarla— Ahora vete, enseguida bajo.

—De acuerdo... —alarga mirándome como si supiera algo.

Ella sale del baño dejándome sola y suspiro apoyándome en el lavamanos. Me sorprendo un poco ante lo que acaba de ocurrir. Rose siempre se da cuenta cuando algo me sucede, es estúpido estar ocultándoselo pero no quiero hablar sobre ello ahora.

—Pero luego me cuentas porque estabas llorando —la oigo decir antes de cerrar la puerta.

Creo que necesito unas clases de actuación.

Tomo mi celular, audífonos, algún libro y mi cámara. Lo guardo todo en mi bolso y me lo coloco en el hombro. Me coloco frente al espejo viendo que mi vestimenta este bien. Llevo un short negro alto y una blusa de mezclilla y unas vans negras.

La bocina del auto de Jimin suena y ruedo los ojo.

Que impacientes.

Bajo rápidamente y cierro la puerta de entrada con llave.

—¿Por qué tardabas tanto Lisa? —me pregunta Jimin y niego con la cabeza.

—Por nada —digo sonriendo.

Siento la mirada acusadora de Rose pero la ignoro y subo junto a ella. Sabiendo que este día me olvidare de todos mis problemas, sonreiré y me divertiré como retrasada. Iríamos de picnic así que tratare de olvidarme de todo.

El auto comienza a moverse y me coloco mis audífonos dejando correr mi playlist y cierro mis ojos.

(...)

Siento que alguien me está moviendo así que abro los ojos y me encuentro con los de Jungkook mirándome fijamente como ayer. Me incorporo en el asiento y hago una mueca, sintiendo ganas de reírme por su cara.

—¡Tienes que dejar de hacer eso! —digo divertida y el arquea una ceja.

—¿Qué cosa?

—Mirarme así. Asustas —le señalo con mi dedo índice— El otro día también me miraste así —recordando cuando Jin me trajo.

—Es la única cara que tengo —se encoje de hombros.

—Ajá.

Arqueo una ceja divertida y él levanta las manos en forma de defensa. Bajo con un suspiro del auto y me acerco a Rose quien está en la parte de atrás bajando las cosas. Rose al ver a Jimin y Jungkook jugando como dos niños pequeños frunce el ceño.

—¡Oigan par de idiotas! —dice llamando su atención— Que tal un poco de ayuda aquí ¿no?

Jimin voltea riendo y al ver las cosas que hay que bajar hace una mueca.

—Estamos bien —dice sonriendo— ¡Pero gracias!

Rose arquea una ceja y coloca ambas manos en su cintura. Jimin rueda los ojos divertido y se acerca, Jungkook hace lo mismo. Ambos bajan las cosas mientras Rose y yo nos hacemos las tontas y no bajamos nada.

Al terminar nos sentamos todos en el mantel blanco con rayas rojas. Los chicos comienzan a hablar de algunas cosas que no me parecen importantes y centro mi vista en el cielo. Tan hermoso y con nubes adornándolo.

Me gustaría que Tae estuviera con nosotros. Ahora siempre esta con Sana y eso me molesta. No por tener novia —muy de repente— debe ignorar a sus mejores amigas.

El ruido de un motor de auto hace que le preste atención a las personas que hay enfrente. Todos están mirando detrás de mí, por lo que volteo para enterarme también.

Jin y Hoseok bajaban de su auto. El chico de ojos azules trae unas cervezas al parecer y el de ojos verdes una cacerola en manos. ¿Qué hacen estos dos chicos aquí?

Todos volteamos hacia Rose quien se muerde el labio.

—Olvide decirles que los invite —dice encogiéndose de hombros.

Ambos se acercan a nosotros sonriendo. Ambas sonreímos, Jungkook y Jimin en cambio fruncen el ceño y los miran algo mal.

—Hola —saludan ambos.

—Hola chicos... —dice Rose algo nerviosa— Ellos son Jimin y Jungkook—les dice amablemente— Chicos ellos son Jin y Hoseok—dice sonriendo con los dientes apretados.