—Que los cumplas feliz... —oigo la voz de Rose.
—Que los cumplas feliz... —hay otra voz también, pero no la reconozco.
—¡Que los cumplas linda Lis, que los cumplas feliz! —cantan ambas al mismo tiempo.
Me incorporo en la cama con lentitud y abro mis ojos de apoco. Hay mucha luz en mi habitación y creo saber porque. Ya estoy oliendo el perfume de mi mejor amiga y ni siquiera me voltee. Me volteo encontrándome con dos rubias.
— ¡Hola, feliz cumpleaños! — Me dice animadamente Sana.
— Gracias Sana — le sonrío ella se acerca a darme un abrazo el cuál le correspondo al instante.
— Ya vuelvo por tu regalo — Me guiña un ojo y desaparece por la puerta.
Estas dos últimas semanas las pasamos con Sana. Obviamente como toda mejor amiga celosa y protectora que soy no dude en preguntarle ¿Por qué tan repentina relación, no? A lo que ella me respondió que Taehyung le gustaba desde hace mucho tiempo y es repentina, pero llena de amor y buenas intenciones. También me conto que se separó de Jisoo, no le pareció bien lo que me hizo a mí y quiso unirse a mi grupo.
No sabía que tenía un grupo, pero quede como Okay.
— ¡Feliz cumpleaños! —me dice sonriendo la chica que ocupa el puesto de mi mejor amiga desde que tengo cinco años— Te amo mucho, zorra.
No me da tiempo de responder porque se lanza sobre mí y me envuelve en un efusivo abrazo. Su perfume se hace mucho más intenso en cuanto la tengo sobre mí. Luego de unos minutos me suelta y veo que sus ojos están cristalizados.
— ¿Que sucede? —le pregunto preocupada.
— Nada es que... —suelta un suspiro evitando llorar— Mi mejor amiga está cumpliendo dieciocho años.
Mis ojos no pueden evitar cristalizarse también. Al verla llorar no aguanto más y me largo a llorar junto a ella. Nos abrazamos nuevamente y luego de un rato nos separamos y reímos con lágrimas en los ojos.
— Parecemos dos locas —dice riendo. — En serio, te amo y discúlpame por dejarte con Jin sola el otro día.
— Estás disculpada, pero no vuelvas a hacerlo —ella asiente— ¡Te amo más, perra!
Y allí vuelven los abrazos otra vez y lágrimas otra vez.
(...)
Estuvimos mucho tiempo acostadas y llorando recordando cosas, ignorando que abajo había personas esperándome. En fin, le conté que estaba triste porque mis padres no estarían presentes en mi cumpleaños dieciocho y dijo que siempre, siempre podre contar con ella. A lo que agradecí, pero no me hizo sentir mejor. Después de todo son mis padres.
Bajo encontrándome con Jimin y Tae sonriendo junto a Rose y Sana. Busco inconsistentemente con la mirada a Jungkook y me sorprendo al encontrarme decepcionada al no verlo por ningún lado.
Desde el picnic me está evitando. Las pocas veces que está en casa ni siquiera me habla y yo tampoco lo hago porque... se metió en mi vida, ¿Quién se cree que es? Mis padres pueden haberlo puesto a mi cuidado, pero una cosa es muy diferente a la otra. Solamente tiene que cuidarme, no meterse en mi vida personal.
—¡Feliz cumpleaños, Lis! —gritan todos juntos.
—Ay, gracias fans míos —respondo egocéntricamente mientras me rio por mi estupidez.
Aún sigo algo dormida. La ducha fría no me despertó del todo.
—18 años y aún sigues siendo enana —bromea Taehyung.
—¡Oh, discúlpame Torre Eiffel, Monte Everest, Rascacielos! — digo sarcástica.
— Sabes que te amo —me dice medio riendo.
Lo miro mal y él me pellizca la nariz. Se aleja y Jimin se me acerca.
— ¿Estás bien? — pregunta algo preocupado.
Se a lo que se refiere. Mis padres.
— Creo que... Luego de tantos cumpleaños miserables uno se acostumbra. — me encojo de hombros.
— Si necesitas hablar estoy aquí, ya lo sabes. — me dice serio. Asiento con los labios apretados. Una sonrisa se posa en su rostro.
— ¡Vamos a abrir los regalos!
(...)
Es mi cumpleaños y es lunes. Genial ¿verdad?
Los chicos quisieron quedarse todo el día conmigo pero no quiero que dejen de hacer sus deberes por mí sí que me negué rotundamente. Él día transcurría con bastante normalidad, lo cual era raro, todo estaba tan calmado que extrañamente comenzaba a molestarme.
Aún no vi a Jungkook y me siento mal de alguna manera estúpida. No debo sentirme mal porque no me saludo todavía, no debe importarme.
Cierro mi casillero soltando un suspiro y siento ganas de llorar y rodar mis ojos cuando veo quien esta recostado a un lado.
— Hola Lisa —alarga con una sonrisa.
—Sehun —respondo sería.
—Feliz cumpleaños.
—Gracias.
Paso de él y comienzo a caminar tranquilamente hasta que vuelve a hablarme, deteniéndome.
— Sé que me mentiste.
Paren el mundo.
—¿Qué? —pregunto volteando mientras frunciendo mi ceño.
—Jungkook no es tu primo, es tu niñero —dice y ruedo mis ojos— ¿Ves? Todos mentimos alguna vez. Te perdono, si tú me perdonas.
Inhalo todo el aire que mis pulmones me permiten y cierro mis puños con fuerza para que no se escapen y lo golpeen en el rostro.
—No es lo mismo —digo con ganas de asesinarlo allí mismo— Tú me engañaste con Jisoo. Yo simplemente te oculte quien es en realidad Jungkook.
—Es lo mismo.
—¿Sabes qué? —digo de mala gana— No me hables nunca más en tu vida. Gracias de antemano.
Ya no siento nada. Ha pasado un mes y no siento absolutamente nada más por él. Me siento feliz porque por fin entendí todo. Fue Sehun, él jamás me amo de verdad, de lo contrario me habría esperado. No me habría traicionado de esa manera. En parte también fui yo, porque no confiaba en él lo suficiente. No habríamos llegado a ningún lado así. Superar a tu ex en un mes es excelente y me alegra que las charlas en la madrugada con Rose me hayan entender todo.
Salgo y me siento debajo de un árbol. Cierro mis ojos al sentir el viento recorrer mis hombros y elevar un poco mi cabello.
Las palabras de Jungkook aparecen en mi mente. ¿Por qué demonios se molestó? ¿A él que le importa? No por besarme con alguien me moriré al día siguiente. También fui una estúpida, ¿no reaccionar y golpear a Jin al instante? En cuestión, ambos somos estúpidos.